Cómo ayudar a tu cerebro a manejar el escenario de una pandemia

Cómo ayudar a tu cerebro a manejar el escenario de una pandemia


En el actual contexto, nuestro cerebro procesa la realidad a través de emociones como el miedo, la sensación de alarma y la ansiedad. Todos podemos entrenar una serie de estrategias mentales para aliviar esa angustia y manejar mejor el nerviosismo.

Puedes ayudar a tu cerebro a manejar el contexto de una pandemia. Nos encontramos ante una situación en la que navegamos de manera recurrente entre emociones como la tristeza, la angustia y la inevitable ansiedad. Los expertos llaman a este estado «el sistema de supervivencia», un mecanismo instintivo cerebral que nos ayuda a reaccionar ante un peligro o amenaza.
Señala Vilayanur S. Ramachandran, reconocido neurólogo, que no hay en el universo una estructura tan organizada a la vez que compleja como el cerebro. A día de hoy aún no conocemos todos sus misterios, pero vamos desentrañando su funcionamiento como quien logra dar con las respuestas a un enrevesado, pero fascinante misterio.

Sabemos, por ejemplo, cómo nos afecta la vida en espacios confinados gracias a estudios como los llevados a cabo por el doctor Michael Proulx de la Universidad de Bath.
Entendemos, también, cómo suele reaccionar el cerebro ante situaciones de estrés e incertidumbre. Aún más, gracias al psicólogo y premio Nobel Daniel Kahneman, comprendemos qué tipo de pensamiento es el que más puede ayudarnos a manejar este tipo de situaciones.

Está claro por tanto, que nadie nos ha preparado ante contextos como el que estamos viviendo actualmente con la crisis sanitaria y humana por coronavirus. Sin embargo, desde un punto de vista psicológico, disponemos de abundante experiencia, estudios y trabajos para saber qué tipo de enfoques mentales deberíamos aplicar para gestionar mejor el actual presente y el futuro que nos espera.

Profundicemos en ellos.

Claves para ayudar a tu cerebro a manejar el escenario de una pandemia

Para ayudar a tu cerebro a manejar el contexto de una pandemia debes entender primero cómo actúa en las circunstancias actuales.

No hay un mejor punto de partida que la comprensión que descubrir esos procesos de los que se sirve este órgano para producir desde el clásico nerviosismo hasta ese estado de ansiedad que tanto nos bloquea.

El cerebro en estado de supervivencia y el cerebro pensante

Cuando lidiamos con situaciones complejas, podríamos decir que nuestro cerebro actúa de dos modos muy concretos. Son los siguientes:
  • Estado de supervivencia: en este caso, cerebro y mente están regidos por el sistema límbico, por esa parte más primitiva en la que quedamos secuestrados por nuestras emociones. Tanto la amígdala cerebral, como el cerebelo y el tronco encefálico nos activan para procesar riesgos de nuestro entorno, para estar alerta y preparados. Esto hace por ejemplo que determinadas noticias y datos nos afecten más o que procesemos la información de manera menos reflexiva activando el miedo e incluso el pánico.
  • El cerebro pensante. Para ayudar a tu cerebro a manejar el contexto de una pandemia debes aprender a pensar mejor. Decimos esto por algo que nos señala el doctor Daniel Kahneman. Cuando atravesamos por situaciones de estrés, pensamos mucho, pensamos rápido y lo que es más peligroso, pensamos mal. ¿Qué significa «pensar mal»? Significa decirnos que no tenemos control sobre nada, anticipar fatalidades antes de hora y caer en estados de pensamiento excesivo. Esto hace que a veces, no sea imposible tener bajo control nuestra mente para poder resolver problemas.
Cuando el cerebro activa el «modo de supervivencia» el estrés empieza a hacer mella en nosotros. Nos cuesta concentrarnos, el ánimo se apaga y todo se acumula.

A medida que pasan los días y la semanas, ese estado de estrés se transforma en ansiedad y es entonces cuando el pensamiento se acelera. ¿Qué podemos hacer entonces ante esta situación?

Estas son algunas claves en las que reflexionar.

  • Intentar sentirte bien cuando lo que experimenta tu cerebro es ansiedad, no sirve. No se puede cambiar una emoción por otra. Así que no te juzgues a ti mismo de manera negativa por experimentar nerviosismo, estrés o angustia. Da espacio a esos sentimiento, teniendo en cuenta, que es completamente normal experimentarlas dadas las actuales circunstancias.
  • Realiza actividades que te permitan sentirte seguro. Busca un refugio mental donde tu cerebro alivie la sensación de alarma. Las actividades manuales y creativas, el ejercicio físico, la lectura o escuchar música alivian el estrés cerebral. No dudes tampoco en hablar con esas personas que saben escucharte y que te confieren calma con sus palabras.
  • Reduce estímulos estresantes. Para ayudar a tu cerebro a manejar el contexto de una pandemia debes detectar esas situaciones que actúan como detonantes del estrés. Estar sobreexpuestos a la información de manera constante es un factor. A veces, hasta hay amigos o familiares que con sus mensajes o conversaciones alimentan nuestro miedo o malestar. Regulemos esos factores.
  • Pensar despacio es focalizarse en el presente e higienizar pensamientos. «¿Qué pasará si…?», «¿Qué ocurrirá cuando…?». Este tipo de recursos mentales incrementan la ansiedad. Es llevar la mente hacia esos futuribles que aún no han sucedido y que de algún modo, nos inyectan un gran nerviosismo. Debemos detectar y detener este flujo de pensamientos.
  • Asimismo, hay que entrenarse en el arte de pensar despacio. Focalizarnos en el momento presente de manera exclusiva dándonos lo que necesitamos, inyectando calma y reflexión a la mente, nos puede ayudar.
  • Para concluir, este contexto no es fácil para nadie. No obstante, si nos servimos de algunas estrategias mentales para evitar que nuestras emociones tomen el control absoluto de nuestro cerebro, navegaremos con mayor acierto por el actual contexto.
Gracias por tomarte el tiempo para leer este artículo. Si has encontrado esta información útil, por favor compártela con tus amigos y familiares.

Lo que otros están leyendo...

Recuerda cada día sonreír, agradecer y apreciar tu preciada vida

Por: Lic. Valeria Sabater - Psicóloga
Fuente: Lamenteesmaravillosa.com