Una técnica mnemotécnica que te permitirá llevar tu capacidad memorística a un nivel superior.
¿Existen técnicas mnemotécnicas que nos  permitan memorizarlo todo? Desde luego, la capacidad para  procesar datos del cerebro humano es  limitada, pero eso no significa que, siguiendo la metodología adecuada y con un  poco de paciencia, no se puedan utilizar trucos para expandir nuestra memoria  hasta límites impresionantes. 
Si alguna vez has investigado sobre el tema, te habrás dado cuenta de que existen auténticos especialistas en explotar los recursos de su memoria. Individuos que, habiendo entrenado su mente día a día, logran reproducir datos con pasmosa facilidad.
En este sentido, el método de loci es una de las herramientas más útiles.
Si alguna vez has investigado sobre el tema, te habrás dado cuenta de que existen auténticos especialistas en explotar los recursos de su memoria. Individuos que, habiendo entrenado su mente día a día, logran reproducir datos con pasmosa facilidad.
En este sentido, el método de loci es una de las herramientas más útiles.
Memoria basada en la narración
La educación tradicional  que se basa en las clases magistrales (los profesores hablan, los alumnos  callan) se ha basado durante años en la idea de que los seres humanos almacenamos  los recuerdos como piezas de información que "entran" en nuestro  cerebro una a una, por separado. 
Así, en las clases de educación obligatoria ha sido muy frecuente ver lecciones en las que el maestro o maestra recita los nombres de una serie de ríos, nombres de reyes o de partes del cuerpo, en el mejor de los casos añadiéndole a este bombardeo de datos un elemento de musicalidad para facilitar la memorización.
Sin embargo, actualmente son muchos los investigadores de la memoria y de las ciencias cognitivas en general que sostienen una idea radicalmente opuesta: que nos es mucho más fácil memorizar las cosas cuando las integramos en una narración, algo que ocurre en un espacio y un tiempo determinados. Una manera de entender la memoria que se basa en el modo en el que se tendía a recordar las cosas hace miles de años.
Así, en las clases de educación obligatoria ha sido muy frecuente ver lecciones en las que el maestro o maestra recita los nombres de una serie de ríos, nombres de reyes o de partes del cuerpo, en el mejor de los casos añadiéndole a este bombardeo de datos un elemento de musicalidad para facilitar la memorización.
Sin embargo, actualmente son muchos los investigadores de la memoria y de las ciencias cognitivas en general que sostienen una idea radicalmente opuesta: que nos es mucho más fácil memorizar las cosas cuando las integramos en una narración, algo que ocurre en un espacio y un tiempo determinados. Una manera de entender la memoria que se basa en el modo en el que se tendía a recordar las cosas hace miles de años.
La memoria de la tradición oral
Hoy en día la escritura  y la facilidad de imprimir textos hacen que prácticamente todo el mundo  disponga de una "expansión" artificial de su capacidad de recordar  cosas. La escritura es, a la práctica, la posibilidad de crear depósitos de  recuerdos a los que podemos acceder con relativa facilidad cada vez que  necesitemos consultar ciertos datos. Sin embargo, el hecho de que esta  herramienta se fundamente en la existencia de un cierto grado de tecnología  (escritura, imprenta y ordenadores) significa que la humanidad no siempre ha  podido disfrutar de esta segunda memoria compuesta por hojas de papel y  sistemas informáticos.
  Sin embargo, muchas  civilizaciones llegaron a prosperar y alcanzaron a tener un conocimiento muy  detallado sobre el entorno en el que vivían, e incluso consiguieron crear  leyes, normas y sistemas de valores y de creencias muy complejos que actuaban  como cohesionador social. ¿Cómo era posible que los miembros de estas culturas  memorizasen este tipo de información sin tener un acceso constante a las  escrituras? Posiblemente, esto fue posible a la tradición oral y la  mitología. Lo  que debía ser memorizado se explicaba en forma de narración, algo que puede ser  visualizado y relacionado con un entorno fácil de recordar vívidamente.
¿Qué es el método de loci?
El método de loci es una técnica para facilitar la  memorización cuya creación es atribuida al poeta griego Simónides de Ceos. 
El término "loci", que en latín significa "lugar", da una pista sobre lo que es este método; en él se relacionan los trozos de información que se quieren memorizar con un entorno tridimensional que podamos recordar y evocar vívidamente. De este modo, el método de loci aprovecha la memoria espacial para "expandir" toda nuestra capacidad para recordar cosas en general.
Su uso habitual no hace que nuestra memorización espontánea mejore ni que recordemos muchas cosas que ni siquiera nos hemos propuesto evocar más tarde, sino que es una herramienta que podemos usar deliberadamente en momentos puntuales para acumular mucha información y no olvidarla (sin la ayuda de la escritura). Así pues, puede ser usada como un método de estudio eficaz: nos permite retener mucha más información para poder ser recuperada después.
El término "loci", que en latín significa "lugar", da una pista sobre lo que es este método; en él se relacionan los trozos de información que se quieren memorizar con un entorno tridimensional que podamos recordar y evocar vívidamente. De este modo, el método de loci aprovecha la memoria espacial para "expandir" toda nuestra capacidad para recordar cosas en general.
Su uso habitual no hace que nuestra memorización espontánea mejore ni que recordemos muchas cosas que ni siquiera nos hemos propuesto evocar más tarde, sino que es una herramienta que podemos usar deliberadamente en momentos puntuales para acumular mucha información y no olvidarla (sin la ayuda de la escritura). Así pues, puede ser usada como un método de estudio eficaz: nos permite retener mucha más información para poder ser recuperada después.
Ubicando recuerdos en una trama narrativa cualquiera
El hecho de que  siguiendo el método de loci introduzcamos una noción de espacio a nuestros  recuerdos hace posible crear narraciones que nos permitan memorizar fácilmente  lo que queremos recordar. Por ejemplo, si queremos memorizar las principales  tareas que hemos de hacer a lo largo de la semana podemos crear una narración  vívida en la que todos estos elementos estén presentes. Da igual que sea totalmente  surrealista y, de hecho, cuanto más divertida sea más gancho tendrá y más fácil  nos será de recordar. La clave es evocar muchos detalles del  espacio o espacios en los que transcurre la acción, teniendo en cuenta todas  las sensaciones que transmite cada momento: tacto, olor, colores, etc.
De este modo, cada trozo de información que debamos recordar nos llevará espontáneamente al siguiente: una turba de gente (representando la reunión a la que debemos asistir el lunes) nos persigue por la plaza de nuestra ciudad, y nos escondemos de ella en un cajero (representando los trámites bancarios que hemos de realizar el miércoles).
En definitiva, puede que el método de loci no nos permita gozar de un cerebro sobrenatural, pero desde luego resulta útil en multitud de contextos. Quizás por eso es utilizado tanto por personas que quieren mejorar su rendimiento de trabajo como por campeones mundiales de la memorización.
De este modo, cada trozo de información que debamos recordar nos llevará espontáneamente al siguiente: una turba de gente (representando la reunión a la que debemos asistir el lunes) nos persigue por la plaza de nuestra ciudad, y nos escondemos de ella en un cajero (representando los trámites bancarios que hemos de realizar el miércoles).
En definitiva, puede que el método de loci no nos permita gozar de un cerebro sobrenatural, pero desde luego resulta útil en multitud de contextos. Quizás por eso es utilizado tanto por personas que quieren mejorar su rendimiento de trabajo como por campeones mundiales de la memorización.
Por: Arturo Torres  ~ Psicólogo
Fuente: psicologiaymente.net
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