3 consejos sencillos para cultivar la humildad y convertirte en una mejor persona

3 consejos sencillos para cultivar la humildad y convertirte en una mejor persona


Hemos dejado que el mundo se convierta en un lugar donde la apariencia y los logros tienen más valor que el carácter y la belleza interior. Las personas humildes y con los pies en la tierra son consideradas débiles y frágiles.

Sin embargo, mostrar humildad es un signo de fortaleza y definitivamente no es algo de lo que avergonzarse.

Si puedes aprender a ser humilde, te llevará a lograr el éxito en todas las esferas de tu vida, así como la paz interior y el crecimiento.

Esto es lo que representa la humildad y cómo cultivarla.

¿Por qué es buena la humildad?

Cuando me encuentro con alguien que irradia humildad, mis hombros se relajan, mi corazón late un poco más tranquilo y algo dentro de mí se suelta.

3 consejos sencillos para cultivar la humildad y convertirte en una mejor persona

¿Por qué? Porque sé que estoy siendo vista, escuchada y aceptada completamente por lo que soy, con verrugas y todo, un regalo precioso y raro que permite que nuestros muros protectores se derrumben.

Las personas verdaderamente humildes pueden ofrecernos este tipo de regalo porque ven y aceptan sus propias fortalezas y limitaciones sin ponerse a la defensiva ni juzgar, una dimensión central, según los investigadores, de la humildad y que cultiva una poderosa compasión por la humanidad .

Este tipo de autoaceptación surge de basar el valor de uno en nuestro valor intrínseco como seres humanos en lugar de cosas como salarios de varias cifras o el cuerpo de una estrella de cine o escalar la escalera corporativa o el número de amigos en Facebook. En cambio, las personas humildes valoran mucho las cosas más significativas que benefician a los demás, como las cualidades nobles.

También ven la vida como una escuela, reconociendo que, si bien ninguno de nosotros es perfecto, podemos, sin afectar negativamente nuestra autoestima, trabajar en nuestras limitaciones estando abiertos a nuevas ideas, consejos y críticas.

Dado lo que los científicos han descubierto sobre la humildad, es evidente que cultivar esta cualidad no es para los pusilánimes, ni aparece de la noche a la mañana.

Esta habilidad por sí sola cultiva una fuerza interior impresionante, cuyo ejemplo más poderoso es Gandhi, cuya Autobiografía es un viaje de humillante autodisección. Una vez dijo: “Afirmo ser un simple individuo propenso a errar como cualquier otro mortal. Reconozco, sin embargo, que tengo la humildad suficiente para confesar mis errores y volver sobre mis pasos”.

Si Gandhi es un ejemplo de lo que puede lograr un líder humilde, entonces la sociedad se beneficia de este tipo de gobierno. Considera lo que sugieren los investigadores del “ego silencioso” , una construcción similar a la humildad, que sucede cuando ganamos el control de nuestro ego: es menos probable que actuemos agresivamente, manipulemos a otros, expresemos deshonestidad y destruyamos recursos. En cambio, asumimos la responsabilidad y corregimos nuestros errores, escuchamos las ideas de los demás y mantenemos nuestras habilidades en una perspectiva humilde.

¿Quién no querría ese tipo de liderazgo para nuestros países?

Pero los beneficios de la humildad no se extienden solo a nuestros líderes. La investigación incipiente sugiere que esta hermosa cualidad es buena para nosotros individualmente y para nuestras relaciones. Por ejemplo, las personas humildes manejan el estrés de manera más efectiva y reportan niveles más altos de bienestar físico y mental. También muestran una mayor generosidad, ayuda y gratitud, todas las cosas que solo pueden servir para acercarnos a los demás.

¿Cómo ser humilde?

Es tan difícil ser humilde. Aquí hay tres consejos para domar tu ego.

Acepta el hecho de que eres humano

La humildad nos enseña acerca de la aceptación incondicional. Este es un proceso que debe comenzar en la infancia. Los padres y cuidadores deben enseñar a sus hijos que deben aceptar todo lo que se presente en el camino, ya sea bueno o malo.

Esto nos enseña a aceptar los valores humanos innatos. Valorando a los demás, según sus valores y no por logros externos seremos humildes. El fracaso debe ser el motor que nos impulsará hacia el éxito y el progreso y no como algo de lo que alguien deba avergonzarse.

Ejercitar la atención plena y la autocompasión

Otro paso crucial en el camino hacia el desarrollo de la humildad es practicar la atención plena y la autocompasión. La atención plena te dará la oportunidad de entrar en modo observador y analizar y evaluar tus pensamientos. Comprenderás que no estás definido por tus deseos superficiales y aprenderás a aceptarte a ti mismo.

Podrás conocer las áreas de tu vida que necesitan ser cambiadas. Y nuevamente a través de la autocompasión, podrás corregirte a tí mismo con respeto y paciencia. No serás duro contigo mismo, sino que aceptarás y comprenderás.

Expresa tu gratitud

Las personas humildes siempre están agradecidas por los regalos que reciben de los demás. Mostrar gratitud dice que estás más centrado en los demás que en ti mismo. Si reconoce que todas las personas pasan por dificultades y dolor, será menos probable que las juzgue.

Tener una mejor opinión de los demás en comparación con uno mismo es la clave de la humildad.
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