Según la investigación del Dr. Ronit Peled, investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad Ben-Gurion del Negev (Israel),
“Las mujeres jóvenes que han estado expuestas a una serie de acontecimientos negativos deben considerarse como un grupo “en riesgo” en el grupo de cáncer de mama y deben ser tratadas en consecuencia”
Señala la nota de prensa “si bien los pensamientos positivos tiene una función protectora, el estudio también sugiere que eventos vitales adversos como la pérdida de un padre o pariente cercano, el divorcio o la pérdida de un cónyuge puede aumentar en una mujer el riesgo a desarrollar la enfermedad.
Durante la investigación se encuestó a 255 mujeres con cáncer de mama y 367 sanas sobre sus experiencias de vida, y se evaluaron sus niveles de felicidad, optimismo, ansiedad y depresión previa al diagnóstico”
Según otra nota:
“El equipo les preguntó a las participantes si habían sufrido alguna experiencia traumática, como la pérdida del esposo o de un familiar cercano, o situaciones leve o moderadamente estresantes, como una enfermedad grave, la pérdida del trabajo o la separación del esposo.”
Ellas respondieron también un cuestionario con 15 preguntas para evaluar los niveles de ansiedad, depresión, felicidad y optimismo.
Las mujeres que habían sufrido dos o más experiencias graves o leves a moderadas eran un 62 por ciento más propensas a tener cáncer de mama.
El artículo científico original del Dr.Peled et al. puede leerse íntegramente aquí. En el resumen de ese artículo, se puede leer
“Since 1983, studies have suggested an interaction between the severe life events, psychological distress and the etiology of Cancer. However, these associations are still under dispute.”
Ya en 1981, el Dr.Hamer descubrió que el cáncer de mama es causado por los siguientes conflicto biológicos:
- Conflicto de preocupación o de pelea con los hijos o algún compañero. Conflicto de nido. Esto solo aplica al cáncer de las glándulas mamarias, es decir, según la terminología de la medicina convencional, al carcinoma lobulillar de seno.
- Conflicto de separación de la pareja (ej: frecuente en casos de divorcios problemáticos), de los hijos o de la propia madre (ej: en caso de la muerte o distanciamiento de un hijo). Conflicto de separación del nido (ej: separación del hogar). Esto solo aplica al cáncer de los ductos mamarios, llamado por ello carcinoma ductal o intraductal de mama.
Además de conocer el conflicto biológico que se corresponde con cada tipo de cáncer de mama, la NMG especifica que siempre habrá un área del cerebro concreta en donde aparecerá un Foco de Hamer correspondiente al tipo de cáncer de mama que tenga la paciente. Por ejemplo, una paciente con un cáncer lobulillar en el seno derecho tendrá siempre un Foco de Hamer en la parte lateral izquierda del cerebelo, como puede verse en la siguiente imagen:
Esto es lo que predice la NMG en todos y cada uno de los casos del cáncer lobulillar de seno (cáncer de las glándulas mamarias), según la siguiente cartografía cerebral descubierta empíricamente por el Dr.Hamer:
En consecuencia, para quien conozca la NMG, no son sorprendentes los hallazgos obtenidos por el equipo del Dr.Peled, y mucho menos que entre los eventos “estresantes” se incluyan precisamente “la pérdida de un padre”, el “divorcio” o la “pérdida de un pariente cercano”. Pero el conocedor de la NMG será probablemente crítico de estas investigaciones también, debido a su carácter vago y asistemático (al menos, en comparación con la NMG).
La NMG demuestra que no es el estrés, ni la pérdida de un familiar o una situación concreta la que causa el cáncer, sino que es el Síndrome de Dirk Hamer o DHS (que es una experiencia subjetiva específica y concreta) la que, cuando se experimenta con el contenido de algunos de los conflictos antes mencionados, da lugar al cáncer. Esta situación no predispone al cáncer, sino que directamente lo causa. Y esto puede ser empíricamente contrastado en cualquier número de pacientes tomados al azar.
La importancia de esto, es que el resultado del Dr.Peled, si bien es consistente con la NMG, esconde al mismo tiempo las relaciones causa-efecto que existen en el cáncer de mama, ya que usando una fraseología psicológica (ej: estrés, felicidad, optimismo, etc.) se distrae la atención sobre fenómenos sin duda existentes y en otros contextos importantes, pero causalmente irrelevantes en el origen del cáncer de seno.
Según la NMG, el estrés asociado al cáncer es consecuencia del DHS, y parte del programa especial durante la fase activa (que se caracteriza por una simpaticonía constante). Pero no todo estrés es generado por un DHS, y al no hacer esta distinción (entre estrés producidos por un DHS y otros estrés no producidos por un DHS), la investigación del equipo del Dr.Peled carece de reproducibilidad científica en todos los casos (solo puede, a lo sumo, reproducirse en un cierto porcentajes de casos).
Estos investigadores confunden un síntoma (el estrés) no exclusivo del programa especial, con una presunto factor de riesgo del programa especial (cáncer). Y esto, sin tener idea de que es ni DHS ni las leyes biológicas de la NMG aplicables al cáncer de mama.
Si una mujer sufre un DHS con un conflicto biológico de separación de la pareja, durante la fase de activa del conflicto se producirán unas úlceras en los ductos mamarios. Si durante este tiempo, algún investigador busca una situación de “estrés” probablemente la consiga, pero el “cáncer” no lo encontrará en ningún lado, ya que el cáncer ductal solo se desarrollará durante la fase de curación, durante la cuál las úlceras serán “rellenadas” mediante una proliferación celular que comenzará a partir de un edema alrededor de las úlceras. Si durante esta fase se le pregunta a la mujer (usando algún cuestionario psicológico) si está estresada o está feliz, el investigador encontrará que más bien está feliz y sin problema alguno (a menos que esté preocupada por otro problema, como lo sería el miedo al cáncer; pero esto último no tiene relación alguna con su programa especial de mama en fase de curación).
En el caso de la investigación del equipo del Dr.Peled, ellos usaron el siguiente método:
“A case control study. The study population included 622 women, underthe age of 45 years. 255 were diagnosed for BC, and 367 were healthywomen. A validated Brief Symptom Inventory (BSI) and Life EventQuestionnaire were used”
Y obtuvieron el siguiente resultado “The cases presented significantly higher scores of depression comparedto the controls and significant lower scores of happiness and optimism. A significant difference was found when comparing the groups accordingto the cumulative number of life events (two or more events). Amultivariate analysis suggest that exposure to more than one life eventis positively associated with BC [Odds Ratio(OR) :1.62 95% ConfidenceInterval (CI): 1.09–2.40], and that a general feeling of happiness andoptimism has a “protective effect” on the etiology of BC. (OR-0.75, 95%CI:0.64–0.86)”
Llegando a la siguiente conclusión:
“Young women who were exposed to a number of life events, should be considered as a risk group for BC and treated accordingly”
Es claro entonces como el desconocimiento de las relaciones sistemáticas y producibles que plantea la NMG no solo a nivel de la psique, sino a nivel del cerebro y los órganos, cuando se combina con ideas de la psicología, permite llegar casi a cualquier conclusión; que en este caso, es la inclusión dentro de un “grupo de riesgo” de las mujeres jóvenes que han sido expuestas a un cierto número de eventos estresantes en su vida.
Interpretando de forma caritativa esta investigación, se puede decir que efectivamente una mujer expuesta a diversas situaciones negativas tiene, quizás, una mayor probabilidad de sufrir un DHS, y por tanto, activar algún programa especial (no solo de mama). Pero aun así, esto está muy lejos de la NMG, ya que ésta busca directamente la causa biológica concreta, haciendo predicciones específicas que son contrastables (ej: sobre la localización exacta del Foco de Hamer en el cerebro de las pacientes con cáncer de mama) en todos los casos individuales comprendidos en las leyes biológicas, no en términos estadísticos.
Aunque desde el punto de vista de la NMG estas investigaciones están parcialmente viciadas en sus conclusiones (por algunas de las razones antes expuestas), pienso que ellas pueden ser positivas en el sentido de hacer tomar conciencia a los médicos convencionales (así sea en forma imperfecta o tergiversada) del rol que juega la psique en el origen del cáncer.
Pero conformarnos con esto sería tener unas miras muy cortas. La NMG merece la oportunidad de una verificación oficial en el ámbito académico, en donde puede demostrarse empíricamente su veracidad (o, en su caso, su falsedad), permitiendo así, de ser el caso, su aplicación a gran escala por médicos competentes para todos los pacientes del mundo que deseen tratarse con ella.
Lo que otros están leyendo...
Esta publicación ha sido seleccionada especialmente para ti, ya que nos pareció interesante que lo leyeras. Si lo encontraste útil, ayuda a otros compartiendo en cualquier red social.
Fuente: Nueva Medicina Germánica