Presta atención a cómo te trata la gente, porque refleja su verdadera naturaleza

Presta atención a cómo te trata la gente, porque refleja su verdadera naturaleza


Cómo te trata la gente refleja su verdadera naturaleza.

El autoconocimiento y las relaciones están intrínsecamente unidas.

Forman un delicado equilibrio que influye en cómo interactuamos con el mundo que nos rodea, en las interacciones humanas.

Los conflictos suelen producirse por discrepancias entre nuestras palabras y nuestros actos, entre nuestras expectativas y la realidad.

Este tema tan presente en las conversaciones con la familia, el trabajo, los amigos y en las redes sociales refleja el reto constante de comprender. También para gestionar nuestras propias actitudes y las de los demás.

Presta atención a cómo te trata la gente, porque refleja su verdadera naturaleza

¿Cómo podemos llegar a conocer nuestra verdadera naturaleza?

Conocernos como seres humanos imperfectos es el primer paso hacia la mejora continua.

Reconocer nuestros propios errores y admitir que todos tenemos aspectos que mejorar cada día es esencial. Para fomentar relaciones satisfactorias y constructivas.

También se trata de comprender nuestras propias actitudes, y la concordancia entre nuestras palabras y nuestros actos.

Es un tema frecuente en las conversaciones con la familia, el trabajo, los amigos e incluso en las redes sociales.

En las relaciones humanas, es frecuente que surja insatisfacción entre las personas por discrepancias entre lo que dicen y cómo se comportan.

En primer lugar, es importante reconocer nuestra humanidad. Con sus imperfecciones, pero también con el potencial constante de mejorar cada día.

Por supuesto, hay algunas personas que no comparten esta perspectiva, que creen que ya son suficientemente buenas. Probablemente hayas conocido a alguien así, ¿verdad?

Sin embargo, una vez que somos conscientes de esta realidad fundamental, ¡pasamos a la acción!

Lo que quiero exponer, está relacionado con las fábulas, esas historias alegóricas que, mediante metáforas, nos transmiten lecciones.

He observado que, en los serpenteos de la vida, a veces nos encontramos con individuos malintencionados. Se presentan con apariencia benévola, como villanos disfrazados de hadas. Supongo que entiendes de qué estoy hablando.

En este contexto, el término "malvado" se refiere específicamente a los personajes de las fábulas. Se les describe como individuos traicioneros, capaces de conspirar en su propio beneficio.

En cuanto a las hadas, en el mismo contexto se las describe como figuras etéreas, desenfadadas y bienintencionadas.

Con el tiempo, he llegado a la conclusión de que estos dos aspectos coexisten en todos nosotros. Pero que, en un momento dado, según la situación y el escenario, uno puede imponerse al otro. También he descubierto que un comportamiento repetido puede establecer un patrón. De este modo, los seres humanos pueden acercarse más al arquetipo del hada o del villano.

Guiada por esta conclusión y por mi continuo interés en el comportamiento humano sobre la verdadera naturaleza de las personas me propuse observar con mayor profundidad e interrogar a los implicados en los conflictos.

Mi primera inquietud era comprender cómo una persona concreta, dentro de un grupo. podía ser percibida como deshonesta, falsa o mentirosa cuando surgía una situación de conflicto.

Basándome en la perspectiva presentada en el libro de Eric Berne "Juegos En Que Participamos", me di cuenta de que nuestras interacciones, sea cual sea el contexto, introducen dinámicas inconscientes.

Nuestras posiciones en la interacción, ilustradas por el triángulo dramático o triángulo de Karpman propuesto por este psicólogo, oscilan entre los papeles de víctima, perseguidor y salvador, alternándose a medida que avanza la conversación.

Sin embargo, un rayo de esperanza empezó a iluminar mi comprensión. Esta luz era opulenta, cálida y llena de amor.

Con gran afecto y comprensión. Me di cuenta de que las personas ‘malas’ se comportan como lo hacen porque son esenciales. Como las raíces de un árbol que necesitan absorber tierra para sobrevivir.

Al mismo tiempo, me di cuenta que las hadas, como el fruto del mismo árbol, ofrecen su dulzura y abundancia. Ambos son perfectos a su manera. ¡Qué alivio tan reconfortante!

Continuando con mi reflexión sobre la verdadera naturaleza de las personas, puede que esta frase te ilumine. "Cuando Pedro me habla de Pablo, sé más de Pedro que de Pablo.

Es una toma de conciencia. El propio título del texto era un consejo perspicaz: "Ten cuidado con cómo te trata la gente. Es un reflejo de quiénes son en realidad". En pocas palabras, el autor, Thomas Nelson, sugería que algunas personas guardan oscuros secretos sobre sí mismas como forma de defensa contra la revelación o el juicio. Llevaba tiempo observando esta dinámica en las relaciones sociales.

En mi opinión, el uso de máscaras sociales es preocupante. Nos estamos alejando gradualmente de la autenticidad y, en consecuencia, de la tan ansiada satisfacción que conduce a momentos de felicidad.

En esta charla, el autor menciona que, cuando una persona acusa deliberadamente a otra, simplemente están exponiendo su aspecto agresivo, su maldad dominante.

Observa que esta acción actúa como un metalenguaje, porque sitúa a la otra persona en el centro del acontecimiento. El acusador minimiza automáticamente su propio papel. Se posiciona como víctima en busca de un salvador, en este caso la tercera persona del triángulo a la que van dirigidas las revelaciones/acusaciones.

Al mismo tiempo, esto indica que la creación de este juego ofrece el consuelo emocional de haber encontrado a alguien que comparte y participa en sus dramas personales.

En la misma línea está la acusación de mentir.

A pesar de los estudios filosóficos y espirituales que han examinado la búsqueda de la verdad, los seres humanos, cuando somos más honestos y morales, buscamos mantener la coherencia entre nuestros valores, nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones, tanto para nosotros mismos como para los demás.

Sin embargo, somos conscientes de que la verdad, concepto abstracto y fluido relativo a los hechos o a las personas, sigue siendo esquiva, incluso para la ciencia y sus métodos. Aunque existen aproximaciones, siguen siendo eso, aproximaciones. En otras palabras, sólo tú eres capaz de discernir cuándo mientes o no, cuándo eres auténtico o no.

Desde esta perspectiva, concluyo que existe una fuerte tendencia hacia el acusador. El que señala con el dedo al otro como falso o mentiroso, ¡a ser él mismo el mentiroso!

La idea fundamental sigue la misma lógica, acusar al otro para que no se examine su propio comportamiento. Posicionarse como víctima y buscar ser salvado por su propio héroe.

Así que te ofrezco este consejo para afrontar situaciones similares. Que son tan frecuentes en la vida, ya sea en la familia o en el trabajo. Sé consciente de quienes provocan conflictos y comprende el escenario en el que operan cuando causan discordia.

Si eres el objetivo, no dejes que la tristeza te abrume y no te dejes arrastrar a papeles confusos.

Sin embargo, si eres una de las personas implicadas en el conflicto, examina la situación, analiza quién desempeña cada papel, reajusta el triángulo y no asumas la responsabilidad que no te corresponde. Este enfoque es un método excelente para resolver conflictos internos/personales, familiares, institucionales y de relaciones.

Recuerda que todos tenemos cualidades y defectos. Somos a la vez el villano y el hada en nosotros mismos. No obstante, es nuestra responsabilidad, como la tuya, trabajar para equilibrar esta dualidad. Asegurándonos de que la luz prevalezca sobre la sombra.

Mostrando empatía y compasión hacia las personas que se perciben como "malas". Puede ofrecer una comprensión más profunda de su verdadera naturaleza.

Estos individuos, a través de sus acciones y actitudes, revelan una parte de su ser. Acercándote a ellos con cuidado, observando y escuchando. Puedes darte cuenta de que su implicación puede significar que te ven como alguien especial, invitándote a participar en su "juego".

Manejar una situación de conflicto con amor puede ser un reto, pero también ofrece una oportunidad de crecimiento personal. Aprovecha esta oportunidad para conocerte mejor y observar tus propias reacciones y actitudes. Sin embargo, no permitas que estas interacciones conflictivas te afecten demasiado emocionalmente.

La clave está en comprender, discernir y preservar tu bienestar emocional.

Por Sandra V.


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⚠️ Aviso Importante: ⚠️ Este contenido se proporciona solo con fines informativos y educativos. No debe interpretarse ni usarse como sustituto del diagnóstico, consejo o tratamiento profesional. Si tienes preocupaciones o dudas, consulta siempre a un especialista de confianza.