Si sientes que tu cuerpo está constantemente cansado, rígido o dolorido puedes estar padeciendo sobrepeso.
Pero no nos referimos a un incremento de volumen físico, ni tampoco al aumento de tu perímetro craneal, sino a un sobrepeso mental. A un exceso de pensamientos negativos, inertes e improductivos.
Durante el día, imaginamos, comprendemos, reflexionamos, creamos, calculamos, tomamos decisiones… En definitiva, vivimos pensando.
Pero no todos los pensamientos son válidos ni útiles, de hecho a veces pensamos demasiado de manera inútil y nos producimos un empacho de pensamientos inservibles.
Si traemos a colación ideas que no nos aportan nada, ni nos llevan a ninguna parte, al final la mente termina agotándose. Se vuelve pesada, se corroe, se bloquea y renuncia a ejercitar otros procesos potenciadores.
Los pensamientos son la unidad básica de la mente
Como vemos, pensar formar parte de la naturaleza humana. De hecho, es uno de los procesos que nos diferencian del resto de seres vivos. Pero nuestro pensamiento, contrariamente a lo que se suele considerar, no es en su mayoría consciente. Más bien todo lo contrario.
Pensemos en un iceberg. La punta del mismo o lo que se encuentra al descubierto en la superficie sería el pensamiento consciente. Mientras, el hielo que está sumergido, que es la mayoría, constituye la parte inconsciente.
Según el doctor Michael Shadlen, investigador principal en el Instituto del Comportamiento del Cerebro Mortimer B. Zuckerman de Columbia (Estados Unidos), “la gran mayoría de los pensamientos que circulan en nuestro cerebro ocurren por debajo del radar de conciencia consciente, lo que significa que a pesar de que nuestro cerebro los está procesando, no somos conscientes”.
Por tanto, la calidad de nuestros pensamientos determina nuestro día a día.Dependiendo de las ideas conscientes e inconscientes que se crucen por nuestra mente, así será el resultado de nuestro desarrollo.
Pensemos en un iceberg. La punta del mismo o lo que se encuentra al descubierto en la superficie sería el pensamiento consciente. Mientras, el hielo que está sumergido, que es la mayoría, constituye la parte inconsciente.
Según el doctor Michael Shadlen, investigador principal en el Instituto del Comportamiento del Cerebro Mortimer B. Zuckerman de Columbia (Estados Unidos), “la gran mayoría de los pensamientos que circulan en nuestro cerebro ocurren por debajo del radar de conciencia consciente, lo que significa que a pesar de que nuestro cerebro los está procesando, no somos conscientes”.
Por tanto, la calidad de nuestros pensamientos determina nuestro día a día.Dependiendo de las ideas conscientes e inconscientes que se crucen por nuestra mente, así será el resultado de nuestro desarrollo.
Los pensamientos basura engordan nuestra mente
Los pensamientos basura son aquellos cuya recurrencia nos agota porque no nos aportan ningún tipo de beneficio. Son razonamientos vacíos e incluso tóxicos. Y son originados en nuestra mente consciente. Es decir, el sobrepeso mental no es resultado de procesos mentales reprimidos, impulsos o deseos; sino fruto de una elaboración deliberada.
Son superfluos e innecesarios, por lo que en vez de proporcionarnos mayor autoconocimiento y ventajas cognitivas, nos desgastan energéticamente y ralentizan el resto de procesamiento consciente. Nos impiden ser creativos, comprensivos o aprender nuevas habilidades. Nos bloquean y paralizan otras virtudes.
Por eso, cuando tenemos sobrepeso mental, nuestros pensamientos actúan como la comida basura. Y provocan consecuencias físicas que pueden ser incluso análogas a las de la obesidad. Entre ellas, agotamiento físico, el cual provoca dificultad para andar o realizar esfuerzos físicos. También problemas para respirar con normalidad, un aumento de la sudoración, dolores generalizados en las articulaciones o incluso alteraciones cutáneas como acné.
Por eso, cuando tenemos sobrepeso mental, nuestros pensamientos actúan como la comida basura. Y provocan consecuencias físicas que pueden ser incluso análogas a las de la obesidad. Entre ellas, agotamiento físico, el cual provoca dificultad para andar o realizar esfuerzos físicos. También problemas para respirar con normalidad, un aumento de la sudoración, dolores generalizados en las articulaciones o incluso alteraciones cutáneas como acné.
Causantes de sobrepeso mental
Existen muchos tipos de pensamientos tóxicos, pero algunos a los que recurrimos con más frecuencia son los siguientes:
¿Cómo adelgazar la mente?
Para evitar que nos asedie la toxicidad mental no se debe permitir que los pensamientos nos dominen. Es decir, es necesario aprender a controlarlos. Y para ello puedes poner en práctica los siguientes consejos:
Si los pensamientos negativos se tienen de vez en cuando, su incidencia física es prácticamente inapreciable. Pero de tenerlos presentes de manera constante, pueden llegar a inhibir nuestras capacidades y a menguar nuestra calidad de vida.
Las personas que tienen sobrepeso mental buscan apartarse de su propia realidad y solapar su vacío interior con la riqueza personal de otros. Son individuos que necesitan descargar sus pensamientos improductivos y liberarse de todas las emociones desagradables que estos les producen. No dejemos que nos contaminen.
Si cuidamos la calidad de nuestros pensamientos, estaremos cuidando de la calidad de nuestra vida. No lo olvidemos.
Las personas que tienen sobrepeso mental buscan apartarse de su propia realidad y solapar su vacío interior con la riqueza personal de otros. Son individuos que necesitan descargar sus pensamientos improductivos y liberarse de todas las emociones desagradables que estos les producen. No dejemos que nos contaminen.
Si cuidamos la calidad de nuestros pensamientos, estaremos cuidando de la calidad de nuestra vida. No lo olvidemos.
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Autor: Sara Clemente
Autor: Sara Clemente
Fuente: La mente es Maravillosa.com
Imagen principal: Brooke Shaden
Ilustraciónes: Duy Huynh