Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas emocionales. Estas heridas pueden ser múltiples y podemos llamarlas de muchas formas: traición, humillación, desconfianza, abandono, injusticia.
No obstante, debemos de hacernos conscientes de nuestras heridas emocionales y evitar maquillarlas, pues cuanto más tiempo esperemos a sanarlas más se agravarán. Además, cuando estamos heridos, vivimos de forma constante situaciones que tocan nuestro dolor y hacen que nos pongamos múltiples máscaras por el miedo a revivir nuestro dolor.
Buscar culpables solo nos hará perder energía. Es fundamental que nos demos permiso para enfadarnos y aprendamos a perdonarnos. Al sanar nuestras heridas podremos ir por el mundo sin ocultarnos.
Así es que, a continuación, te mostramos 33 reglas de oro para sanar las heridas emocionales.
-
Acepta la herida como parte de ti. Tarde o temprano el episodio y los sentimientos que generó nos afectarán, ya sea psicológicamente o somatizando algún tipo de enfermedad. Por eso, es importante comprender qué sucedió y por qué, y aceptarlo como parte de nuestra historia.
-
Evalúa de qué manera te has apegado a la herida. Muchas veces queremos justificar nuestra tristeza por algo que nos hirió y nos victimizamos de manera constante. Es recomendable abandonar poco a poco esa costumbre.
-
Asume las experiencias dolorosas como un entrenamiento. Las heridas emocionales son parte de la vida y cada vez que ocurren podemos aprender de ellas.
-
Cuida de ti mismo. En la medida de lo posible, evita situaciones que puedan exponerte a algún tipo de daño emocional.
-
Practica algún deporte. Nos genera sensación de bienestar y despeja la mente, lo que puede ayudar a disipar pensamientos negativos.
-
Analiza el problema. Conviene considerar racionalmente la situación que nos hizo daño, para entenderla desde otra perspectiva y aceptar que teníamos que pasar por esa circunstancia difícil.
-
Practica meditación o ejercicios de relajación. Te ayudarán a despejar la mente cuando te asedien pensamientos negativos.
-
Piensa en positivo. Repetir frases motivadoras en voz alta puede ser de gran utilidad para reprogramarnos en sentido positivo.
-
Escribe. Es una buena forma de desahogo que te ayudará a liberar la carga emocional negativa.
-
Acude a personas cercanas. Nada mejor que sentir el apoyo de quienes más uno aprecia para superar dolores emocionales.
-
Busca algún referente. Encontrar el testimonio de alguien que logró superar una dificultad similar, brinda mucha motivación y ofrece la sensación de no estar solo en el dolor.
-
Evita reprimir lo que sientes. Si estás mal, comunícaselo a alguien de confianza. Guardar las emociones negativas durante mucho tiempo puede traernos consecuencias desagradables.
-
Encuentra tiempo para sentir lo que quizás en otro momento no te permitiste. Algunas veces, la ira puede esconder tristeza o miedo. Por ello, es saludable buscar un momento para identificar cuáles son las verdaderas emociones asociadas a los episodios que has vivido.
-
Busca hacer algo que te agrade o practica algún pasatiempo artístico. La creación por medio del arte nos ayuda a expresarnos y puede ser muy sanadora.
-
Escucha música relajante. Puede ayudar a destrabar tus nudos emocionales.
-
Date un respiro. Rompe con la rutina, organiza un viaje y cárgate de renovadoras energías.
-
Acude a un grupo de apoyo. Hay grupos que se organizan en torno a una problemática específica. Es de gran ayuda saber que uno no está solo cuando afronta un problema.
-
Sale a caminar. Nos ayuda a reflexionar y ampliar nuestra visión de las cosas.
-
Mira la otra cara de la moneda. Tendemos a ver el pasado con un sesgo negativo, pero debemos admitir que no todo fue como pensamos. Recordemos y valoremos los buenos momentos que hemos disfrutado.
-
Valora a tu familia. Son quienes más te conocen y pueden brindarte un importante soporte cuando te sientas mal.
-
Practica la aceptación. Admite los sucesos como vengan, no los etiquetes ni los juzgues. Tómalos como algo que tenía que ocurrir para transmitirte una enseñanza y aumentar tu resiliencia.
-
Disfruta las pequeñas cosas. Cualquier actividad que te produzca bienestar es un gran aporte a tu vida. Nada es poco importante cuando te da alegría, vive cada uno de esos momentos al máximo.
-
Mira el pasado de otra manera. No lo tomes como determinante. Hay hechos aislados en los que pudiste verte afectado, pero no son la suma de todo en tu vida y más bien sirven para superarte.
-
Busca nuevas oportunidades. Cada día es una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor que ayer.
-
Brinda nuevas oportunidades. No guardes rencor a quien te lastimó, intenta comprenderlo y entender sus motivos. Acepta que, como todo ser humano, se puede equivocar. Practicar el perdón te beneficiará a ti más que a nadie.
-
Jamás te presiones, tómate tu tiempo. No hay un límite de tiempo para sanar una herida emocional, camina con calma.
-
Habla con gente mayor sobre tu dificultad.Tienen más experiencia de vida y pueden aconsejarte sabiamente.
-
Procura evitar arrepentimientos futuros.Todos cometemos errores, pero trata de minimizarlos para no experimentar sentimientos de culpa excesivos.
-
Confía en tus recursos. Todos tenemos un poder sanador en nuestro interior, confía en tu capacidad de superar las dificultades.
-
Engríete. Date gustos, invierte tiempo en ti mismo, diviértete con amigos.
-
No pierdas la esperanza. Sin ella, las grandes ilusiones no tendrían la energía para hacerse realidad y no podrías entender que todo puede superarse emocionalmente.
-
Busca ayuda profesional. Los tratamientos de psicoterapia aportan mucho en la sanación de heridas emocionales.
-
Vive el presente. Deja el pasado en su lugar y procura construir un día a día que valga la pena ser vivido.
👉 Ayúdanos a COMPARTIR lo positivo {+} en tu red social favorita: Google +, Facebook, Pinterest, Twitter o la aplicación WhatsApp
Autor: Dr. José Luis Pérez-Albela
Fuente: Revista bien desalud.com
Autor: Dr. José Luis Pérez-Albela
Fuente: Revista bien desalud.com