La Navidad tendrá Luna llena que no volverá a repetirse hasta 2034

La Navidad tendrá Luna llena que no volverá a repetirse hasta 2034


Como si quisiéramos recordarnos que NUNCA hay dos momentos exactamente iguales en esta vida, aquí llega la Navidad de la mano de una Luna Llena en el signo de Cáncer, fenómeno que no ocurre desde el 1977 y no volverá a ocurrir hasta el 2034. Ni en 1977, ni en el 2034, el resto de los planetas estaban o estarán igual que para esta lunación, lo que la convierte en absolutamente Única.
Es aún más potente ya que se encuentra muy cercana al solsticio de Invierno en el Hemisferio Norte, o el principio del retorno hacia la luz, y el de Verano en el Hemisferio Sur, o principio del camino hacia la oscuridad. El solsticio de Verano o de Invierno, es un fenómeno astronómico, que ocurre debido a la inclinación de la Tierra, en su eje y en su viaje alrededor del Sol. Esta inclinación, de unos 23º y medio, es lo que nos trae el invierno y el verano y no la distancia de la Tierra con respecto del Sol. Todos los que viven al Sur del Ecuador, pasan a tener días más largos de 12 horas de luz y aquellos al Norte del Ecuador pasan a tener días con menos de 12 horas de luz. Muchas culturas celebran estos dos puntos del año, con rituales en sitios sagrados, como ocurre hoy en día en el Reino Unido en Stonehenge, en la pirámide de Chichen Itsa en Méjico y muchos otros.

Astrológicamente esta lunación ocurre en el ángulo Cáncer (la Luna)- Capricornio (el Sol) que nos habla de la lucha para encontrar un balance entre aquello que nos hace sentir seguros: el hogar, un lugar, seres queridos, y el anhelo de liberarnos de lo conocido y dejar que nuestra ambición, nuestro deseo de progreso y evolución no lleve o nos impulse en direcciones que a lo mejor no nos proveen de tanta seguridad. Como balancear estos dos puntos tan importantes de nuestras vidas como son el hogar, la familia y el desarrollo de nuestra profesión, nuestra posición en la sociedad como seres independientes. Otra forma de verlo sería hablar de compartir nuestro amor por los hijos físicos y los hijos de nuestra creatividad, de nuestro trabajo.  Nos dará una ayudita a la hora de disfrutar del entorno familiar, si es eso lo que hemos decidido hacer para esta Navidad. Las emociones encuentran un profundo balance mientras la mayoría de nosotros, totalmente inconscientes de lo que se teje en el Cosmos, procedemos a celebrar una Navidad más, comiendo más de la cuenta y algunos bebiendo de una forma que les obligará a lamentarlo al día siguiente.

Disfruta de esta oportunidad de reunirte con la gente con quien quieres compartir y medita sobre todas esas decisiones típicas del nuevo año, que al menos nos llevan a pensar en aquello que debemos hacer, o nos gustaría hacer, pero como alguien dijo: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”.
Feliz Navidad a todos!!!