Ley de atracción: atrae a tu camino lo que quieras

Ley de atracción: atrae a tu camino lo que quieras


Obsérvalo

El secreto para volar hacia el mundo maravilloso es simplemente "sentirte bien", y no requiere de otra cosa que empezar a pensar en los "quiero", en lugar de en los "no quiero". Debido a que los "quiero" y los "no quiero" se pueden confundir tan fácilmente, y a que los "no quiero" casi siempre predominan, debemos ser muy precavidos.

Por ejemplo, consideremos el pensamiento: "No quiero que me dé gripe". Aun cuando lo que estás diciendo es que quieres sentirte bien, ¿en qué te estás enfocando? Lo estás haciendo precisamente en lo que no deseas, así que de ese modo es como estás vibrando. De acuerdo con la Ley de Atracción, vibras y das vida a aquello en lo que te concentras, en este caso, a la gripe.

O bien, considera la siguiente frase: "No quiero seguir conduciendo este viejo automóvil" . Lo que tú quieres es un automóvil nuevo, pero te estás enfocando en el viejo. No sólo estás vibrando en armonía con tu "no quiero" (conducir tu viejo auto), lo cual aleja la posibilidad de que se vuelva realidad tu deseo de tener un nuevo automóvil, sino que ese enfoque probablemente provocará que ocurran todo tipo de cosas desagradables a tu pobre auto viejo. Y si sólo te enfocas en el dinero que te falta para comprar un auto nuevo, o para arreglar el viejo, observa cómo las dos cosas se atraen como abejas a la miel: el viejo auto se descompondrá y no habrá dinero en el banco para arreglarlo.

Un fuerte sentimiento de: "No quiero que me multen por exceso de velocidad”, es una buena invitación vibratoria para que el agente de tránsito escondido detrás del árbol que está cavilando en: "Voy a alcanzar a ese tonto como sea". Las mismas vibraciones' negativas se unen. Un fuerte sentimiento de: "No quiero reprobar este examen" es un tipo de enfoque del que deberías prescindir si realmente quieres aprobarlo. Un fuerte sentimiento de: "No quiero que mi hijo resulte lastimado" es un gran preludio vibrátil de un accidente.

"No quiero que me roben."
"No quiero enfermarme cuando sea viejo.".
"No quiero que se descomponga mi automóvil."
"No quiero vivir así."           .
"No quiero pagar tantos impuestos."
"No quiero cometer un error."
"Odio la guerra."

Todas son cosas que quieres cambiar, pero que con tu en foque, las has incluido en tus vibraciones. Enfócate en los "no quiero" y obsérvalos crecer.

Asimismo, resulta engañoso enfocarte en el "quiero", cuando en realidad estás vibrando en un "no quiero" como en los siguientes casos:

"Quiero terminar con esta relación."
"Quiero un empleo con mejor sueldo."
"Quiero al gobierno fuera de mi vida."
"Quiero salir de deudas."
"Debemos detener la destrucción de los bosques."

¿En dónde está tu enfoque? En cada uno de esos casos, está en lo que no quieres, no en lo que sí quieres.  Si al pensar en ellos tienes un pensamiento pasajero sobre un "no quiero", no hay problema. Pero si prestas demasiada atención a algo que realmente no quieres -aun cuando pienses que es algo que quieres- tarde o temprano crecerá y te alcanzará.

Vuélvelo acogedor

Obviamente, nadie se detiene a analizar cada pensamiento que tiene, para ver si esa tontería es un "quiero" o un "no quiero". Nos volveríamos locos en cinco minutos. No, no tenemos que hacer eso. Todo lo que tenemos que hacer, es prestar atención a cómo nos hace sentir un pensamiento.

Si lo que estás diciendo o pensando te hace sentir rumbo al cielo, lleno de alegría, estás en un "quiero" (bandera verde). Si, en cambio, sientes que has entrado a una nube oscura y húmeda, estás en un "no quiero" (bandera roja). De hecho, si te produce cualquier tipo de sentimiento que no sea, agradable, tienes un "no quiero" en acción. Simplemente vuelve a pensarlo, usa otras palabras, otro enfoque, y vuelve a sentirlo hasta que hayas encontrado una forma acogedora en un cálido y suave "quiero" y estés vibrando ahí, seguro ya salvo.
A continuación te presento un buen ejemplo. Repítete a ti mismo: "Quiero ser feliz". Es evidente que es un "quiero", pero estás partiendo de una carencia de lo que deseas. Así que, decirlo de esa manera, ¿cómo te hace sentir? ¿De maravilla? (¡Lo dudo mucho!) ¿Feliz? (¡es muy poco probable!).

Muy bien, ahora di: "Quiero que la felicidad que tengo en este momento en mi vida se extienda, y se convierta en una alegría continua e interminable". ¿Cómo te sientes con eso? Mucho mejor, ¿verdad?

"Quiero salir de deudas." No hay necesidad de preguntarte cómo te hace sentir eso. Mejor repite: "Quiero usar mi talento en una forma que sea positiva, satisfactoria y realmente remuneradora. Sé que puedo hacerlo". O: "Intento tener más tiempo para dedicarme a proyectos agradables, novedosos y que me produzcan dinero". O: "Me siento lleno de vida cuando soy creativo", lo cual marca una enorme diferencia con el sentimiento de: "Quiero salir de..."

Pero no te dejes seducir por las palabras, o terminarás hundido en la confusión. Simplemente mantente sintonizado en como te sientes cuando dices o piensas algo. Después, experimenta con diferentes declaraciones. Cuando encuentres una que te provoque sentimientos realmente agradables, .significa que te has conectado con tu Fuente de energía y verifica cómo te hacen sentir las cosas que dices todos los días:
"Sí, estoy enfermo y harto de eso, también."

"Sí, sí, ya lo sé. Es terrible lo que está sucediendo." "Olvídalo, no tenemos ni la menor oportunidad." "Estoy de acuerdo, él es un verdadero problema."
Si no te hacen sonreír, si no te hacen sentir cómodo y protegido interiormente, son vibraciones negativas y "no quieros"; si no te hacen sentir verdaderamente acogido, no las digas, o cámbialas por otras.

Éstas son tus opciones

El pensamiento social consciente, entendiendo a éste como el que fluye de las masas, gira principalmente en torno a los "no quiero", pero no es justo culpar a los demás por el turbio mar de pensamientos en el que vivimos. ¿Cuántas veces has hablado de lo terrible que es algo? Eso se agrega a ese mar. ¿O cuántos de tus compañeros de trabajo protestan y se quejan por esto, por eso y por lo de más allá?, o qué tal la frase: "iOh, demonios, otra vez es lunes!", también eso va a parar a ese mar. Todo eso es lodo de bajas vibraciones. Lo transpiramos, lo aspiramos, vivimos en él.

Así que a continuación te presentaré tus opciones: o aprendes a identificar una vibración positiva de una negativa y tomas el control de tus "quiero" y "no quiero", o seguirás en ese negativo mar de basura, para andar a ciegas, como casi todo el mundo, el resto de tus días. Forcejeos, desacuerdos, conflictos, enfermedades y muy poca felicidad, serán tu recompensa.

¡Quizá son palabras duras, pero eso se puede remediar fácilmente volvámonos generadores de pensamientos, en lugar de receptores de los mismos! De ese modo estaremos en otro juego, y ya no tendremos que vivir sometidos al capricho de las emociones ajenas. Dejaremos de ser el pasajero vulnerable e indefenso y pasaremos a ocupar el asiento del conductor o las fuerzas exteriores son irrelevantes. El pasado ya no tiene importancia. Finalmente estaremos saliendo del ambiente que no podemos controlar. Nuestra vida, de aquí en adelante, será la que escojamos.

El final de la historia

Hace tiempo solicite un préstamo que fue rechazado.  Bueno, tan pronto como me dijeron analice y me di cuenta de que me había hundido en serios "no quiero" que no solo había arruinado el préstamo, no me tomó mucho tiempo cambiar el interruptor de "sentirme mal" a "sentirte bien". Y me mantuve firme en ello, a pesar de que el préstamo había sido rechazado. Aun cuando no parecía haber esperanzas, me negué a considerarlo así, y me puse a trabajar en cambiar mi enfoque, mis sentimientos, mis vibraciones y hasta mi ropa cuando llegué a casa (aunque esto último fue llevar las cosas demasiado lejos). A la mañana siguiente, el prestamista me llamó por teléfono para decirme que habían solucionado el problema, que el préstamo por fin estaba aprobado y que el dinero me sería entregado en unos cuantos días.

¿Fue suerte? ¡Para nada! Fue un deliberado y propositivo cambio de sentimiento y por lo tanto de flujo de energía. Ya había recibido lo que no quería, así que no fue muy difícil identificar mi "quiero", cambiar de sentimiento, tenerlo y fluir, y fluir. No siempre resulta sencillo "darle la vuelta" a un no quiero" después de que se ha saltado del avión sin para­caídas, pero en este caso funcionó.

La creación negativa ha sido nuestra especialidad. Hemos moldeado nuestros mundos privados usando incontables barriles de "no quiero" para responder a las eternas preguntas de por qué, por qué, por qué: "¿Por qué nuestras vidas.- toman este curso?" "¿Por qué no somos tan felices como nos gustaría ser..., como podríamos ser..., como deberíamos ser?"
"¿Cómo es que nunca hemos llegado ahí, ni hemos logrado subir hasta allá?".  ¡Está bien! Lo está, realmente. Lo hermoso hecho perfectamente. Sin nuestros "no quiero", jamás habríamos alcanzado nuestros "quiero". Ahora, sólo tenemos que aprender cómo dar vuelta a las cosas deliberadamente, en lugar de hacerlo por casualidad.

Así que si sientes que de pronto te ha envuelto una horrible y espesa nube negra recuerda que está fluyendo energía negativa de ti. Sencillamente salta de ella y ponte a hurgar buscando algún tipo -cualquier tipo- del agradable "sentirse mejor". Ahora estás ondeando banderas verdes en tu camino de atraer tus más amados profundos y acariciados anhelos, que en principio, es a lo que viniste a este mundo.

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 94 Volumén 2