La despedida parte I

La despedida parte I


La Ley del Amor - Vicent Guillem 
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¿Y cuál es el tercer secreto de Fátima si es que se puede saber? ¿Tiene algo que ver con el fin del mundo? 
Si el mundo espiritual quisiera guardar un secreto no lo habría revelado al mundo. Es el egoísmo del ser humano, sobre todo el de aquellos que ostentan el poder material del mundo, el que guarda las revelaciones del mundo espiritual bajo llave y no quieren darlas a conocer por temor a quedar en evidencia. En cualquier caso no os rebanéis los sesos por ello, porque lo que allí se dijo ya ha sido revelado por otras vías. 



LA DESPEDIDA 

Una de las veces que me estaba relajando hablando con Isaías, me dijo: 

HOLA HERMANO. HOY ME GUSTARÍA QUE SALIERAS DE TU CUERPO PORQUE QUIERO QUE VEAS UNA COSA. 

Y acto seguido estaba fuera del cuerpo catapultado a toda velocidad hacia el interior de una de las pirámides de cristal que formaban parte de aquel lugar tan precioso al que Isaías me solía llevar. Me llevó a un lugar que parecía una especie de sala de exposiciones circular. En el centro había como un pequeño escenario circular rodeado por gradas alrededor. En el centro del escenario había como un soporte sujetando una piedra cristalina que parecía cuarzo, muy grande y bien tallada. 

SIÉNTATE DONDE QUIERAS Y ESPERA­ME, dijo. 

Después de mí empezaron a llenarse las gradas de otra gente que también iba acompañada como yo. Entendí que aquellas personas eran encarnados como yo, y deduje que sus acompañantes, por la forma en que iban vestidos, con túnicas, y por la luz que desprendían, que eran sus espíritus guía. Se sentaron al igual que hice yo mientras los espíritus guía, al igual que Isaías, se dirigieron al centro formando un circulo alrededor del soporte con la piedra. Se cogieron todos de las manos. En un determinado momento la luz de la sala se atenuó hasta casi apagarse. Luego empezamos a ver cómo el cristal de cuarzo se encendía poco a poco, y de repente vimos cómo la luz del cristal impactaba en el techo y activaba algún mecanismo desconocido que hizo que todo el centro del ruedo se encendiera en luz, como formando una especie de cilindro luminoso. Luego el cilindro luminoso se fue expandiendo hasta englobarnos a todos los que estábamos en la sala, como si nos metiera dentro.

"NO OS ASUSTÉIS, NADA OS PUEDE PASAR. PRESTAD ATENCIÓN A LO QUE VAIS A VER"­pudimos oír en nuestras mentes. Poco a poco la luz se fue difuminando y empezamos a ver imágenes. Era como una película de 3D pero mucho más real, pues era como si estuviéramos dentro, con un realismo total. Las imágenes eran tan perfectas que hubiera dicho que me encontraba realmente en ese lugar. Empezamos a ver a hombres que parecían políticos hacer discursos delante de un montón de gente y la gente enfervorizada aplaudía y rugía. Aunque no entendía las palabras, podía percibir los pensamientos. Los políticos obedecían las órdenes de otros seres cuya fisonomía no llegamos a ver, pero que eran oscuros y que transmitían flujos de oscuridad a los políticos que hablaban. Les estaban incitando a hacer una guerra. A medida que los políticos hablaban la corriente de oscuridad se iba extendiendo como si fuera niebla sobre el público y penetraba en ellos de modo que éstos quedaban como impregnados de esa niebla oscura. Percibí como una gran corriente de miedo, odio y fanatismo que me impactó profundamente. Luego, las imágenes desaparecieron y aparecieron otras donde se veían ejércitos desfilar.

Luego empezamos a ver imágenes de aviones, carros de combate, barcos de guerra, tanques, lanzaderas de misiles en plena actividad. Vimos soldados con ametralladoras preparándose para entrar en acción. Luego empezamos a ver bombas caer y explosiones que destruían todo a su paso. Vimos la forma en que moría muchísima gente, hombres, mujeres y niños, unos acribillados a balazos, otros reventados por explosiones de bombas, otros quemados. Vimos también cómo los soldados tomaban a mujeres y las violaban sin ningún miramiento y luego las mataban sin ninguna contemplación. Vimos prisioneros golpeados y torturados hasta la muerte. Ciudades, pueblos, campos totalmente destruidos, cadáveres y cadáveres esparcidos por todos sitios. Fue lo mas horrible que he visto en mi vida porque todo eso pasaba como si estuviera allí mismo. Estaba en estado de shock, todos lo estábamos. En un momento determinado fue como si ascendiéramos de golpe en una nave y viéramos toda la destrucción desde arriba.

Empezamos a ver misiles por el cielo y vimos lo que pasaba cuando uno de los misiles hizo blanco sobre una ciudad muy grande. Se produjo un enorme estruendo, al mismo tiempo que una onda explosiva de fuego se extendía a gran velocidad arrasándolo todo con una capacidad de destrucción impresionante. Se formó una enorme nube de polvo gigantesca. No sé calcular la extensión que quedó arrasada pero era enorme. En un momento descendimos nuevamente a ras de suelo a una distancia bastante lejana de donde había explotado aquella bomba. Vi la forma de la nube. Era semejante al hongo de las explosiones de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, pero la sensación era que fueron detonaciones mucho más potentes y destructivas. Vimos explotar varias bombas atómicas semejantes en diferentes lugares. El espectáculo era dantesco. En algunos lugares no había nada en pie. Nada. Todo arrasado completamente a polvo y cenizas.

En otros lugares quedaban ruinas donde se podía ver cadáveres destrozados por doquier. Veíamos en ciertos lugares cómo algunos supervivientes demacrados y cubiertos de harapos se dirigían sin rumbo fijo, intentado huir de las zonas más devastadas. Esa visión pasó. Y luego empezamos a ver otra visión de un lugar en el que la tierra empezaba a temblar y a abrirse en muchos puntos. Se produjeron terremotos muy fuertes que destrozaban lo poco que quedaba en pie. Se formaron también volcanes en muchos sitios, y la lava corría por todos lados arrasándolo todo por la superficie de una tierra ya devastada. En otro momento experimentamos un estruendo mucho mayor, que no tengo palabras para describir. La tierra de aquel lugar se estaba hundiendo. Veíamos simultáneamente imágenes de diferentes lugares, todos pasando por un cataclismo semejante. El hundimiento de la tierra hizo que se formaran olas gigantescas en los mares circundantes, a modo de tsunamis gigantescos que cuando alcanzaban las costas de los continentes que no se habían hundido lo arrasaban todo en una extensión enorme, difícil de determinar.

El contacto súbito de la lava con el agua provocó una evaporación de agua enorme. El cielo se cubrió totalmente de nubes muy espesas. Tormentas y tempestades enormes lo azotaban todo y la luz del sol dejó de verse. Luego fuimos alejándonos progresivamente de la superficie terrestre hasta ver completamente la esfera terrestre desde el espacio. El aspecto era desolador. Ya no se veía el azul del mar y el marrón y verde de los continentes, ni el blanco de las nubes. Se veía una esfera completamente cubierta de una atmósfera gris y densa, que impedía ver la superficie terrestre. ¡Qué tristeza más grande, ver cuál había sido el destino de nuestro mundo! Ahí terminó la visión. La pantalla cilíndrica menguó de nuevo hasta el centro de la sala y luego se apagó. La luz de la sala de proyección se volvió a hacer intensa. Todos los asistentes estábamos en estado de shock. Vimos cómo uno de los guías se acercó al centro de la sala y sacó el cristal de cuarzo, substituyéndolo por otro.

Antes de que tuviéramos tiempo de reaccionar se volvió a reactivar el cilindro de la misma manera que la vez anterior, y de nuevo la pantalla cilíndrica de imágenes 3D nos volvió a envolver. Volvimos a ver a los mismos políticos de antaño, los que hacían discursos en favor de la guerra, con las entidades oscuras transmitiéndoles influjos negativos. Pero esta vez lo hacían en platós de televisión. Estaban comunicando a través de la televisión la decisión de entrar en guerra contra otros países. Pero la gente reaccionaba de manera diferente a la visión anterior. También formaban multitudes, pero esta vez no era para apoyar a sus gobernantes belicistas, sino para protestar contra ellos. Las manifestaciones eran multitudinarias. Los gobernantes intentaron sofocar las protestas dando órdenes al ejército y a la policía para que actuaran contra la gente. Pero los propios soldados y policías se negaban a acatar las órdenes de agredir a sus conciudadanos y se unieron a la protesta. Vimos la caída de estos gobernantes frente al impulso de las rebeliones populares y cómo eran detenidos y encarcelados. Esto sucedía simultáneamente en todos los países que iban a entrar en guerra. Vimos aparecer entonces a otras personas que transmitían sensaciones muy diferentes a las de los políticos. Estos estaban acompañados de seres luminosos que les transmitían flujos luminosos, y ellos los extendían sobre los demás. Desprendían humildad, serenidad. Vimos cómo un halo de luz se extendía desde ellos hacia la gente transmitiéndoles paz y amor. Estos nuevos dirigentes decretaron el cese de toda actividad violenta y formaron una especie de congreso mundial para decidir cuál iba a ser el nuevo rumbo para la humanidad.

Vimos otra visión donde todas las máquinas de guerra eran desmontadas y fundidas, los ejércitos eran desmantelados y todos los que habían contribuido a llevar al mundo al borde de la guerra eran llevados a juicio. La visión desapareció. Nos hicieron saber mentalmente que íbamos a ver los cambios que se habían producido en el mundo después de esta decisión, después de un tiempo que no supe precisar. Todo había cambiado a mejor. Vimos a la gente en sus actividades cotidianas. No había guerras, no había conflictos, no había pobreza ni desigualdades. La humanidad vivía en armonía. Se veía la cara de la gente y desprendían felicidad. La visión terminó, al igual que antes, con una imagen de la Tierra vista desde el exterior. ¡Qué contraste tan grande con la primera visión! ¡Qué bonita se veía ahora, comparada con la visión anterior! El cilindro luminoso volvió a encogerse hasta el centro del ruedo y luego se apagó. Las luces se encendieron. Yo estaba conmovido y emocionado en extremo. Vi a los demás y comprobé que también estaban tan impresionados como yo. Habían sido muchas emociones muy fuertes y contradictorias en muy poco tiempo. Los guías fueron dispersándose del círculo que habían formado y se reunieron con sus protegidos. Pude ver cómo les transmitían oleadas de energía para ayudarles a reponerse del impacto de la experiencia vivida. En poco tiempo todos habían desaparecido de la sala. "ES HORA DE VOLVER TAMBIÉN PARA TI". Era Isaías el que me hablaba. Yo noté un fuerte tirón y una caída libre que me llevó directamente a mi cuerpo. Sin embargo no me desperté de inmediato, sino que seguí en estado de parálisis.




Continuará...


Extracto del libro  "La ley del amor" - Las Leyes Espirituales II de  Vicent Guillem