Hablemos ahora de las  personas que se unen por necesidad de ser amados. 
Esta es una razón bastante común. Generalmente  corresponde a las personas que se han sentido poco queridas en la vida o con  nostalgia de un amor que no han conocido en esta vida, pero que su interior  intuye que han vivido (en su pasado anterior a la vida actual). Tienen una  necesidad de ser amados tan grande que cuando alguien se interesa por ellos  como pareja se sienten tan agradecidos que aceptan esta relación sin tener en  cuenta sus propios sentimientos. Suelen ser personas con una autoestima baja.  Se sienten poco atractivos y creen que nadie les va a querer. No se creen con  el derecho de poder ser felices. 
Muchas de estas personas han tenido una infancia  difícil, con carencias afectivas enormes, desamparo o situaciones de maltratos  físicos o psicológicos. Si esa persona no se ha liberado todavía por sí misma  del ambiente familiar opresivo puede utilizar la relación de pareja con una  válvula de escape para liberarse de esa relación familiar insufrible.
¿Pero  acaso hay algo de malo en sentir la necesidad de ser amado? Creo que es algo  natural e inherente a todo ser humano y creo que no hay nadie que no lo desee. 
No hay nada de malo en desear ser amado.  Efectivamente, es algo natural en todo espíritu y síntoma de que ya hay cierto  nivel de evolución, pues uno ya es consciente de que la clave de la felicidad  tiene que ver con el amor. El problema es que si esa necesidad de ser amado es  muy acuciante puede provocar desesperación y ceguera emocional, ansiedad por  encontrar rápidamente a alguien que llene ese vacío, lo cual hace que la  persona se precipite a la hora escoger pareja, pues seguramente aceptará como  pareja a cualquier persona que se presente en ese momento, y no la que  despierte sus sentimientos. El vacío afectivo provoca la ceguera emocional, que  impide ver a la pareja tal y conforme es. Más bien la idealiza de acuerdo con  sus expectativas para poder quererla.
Estas personas también suelen vivir relaciones de  dominación o de dependencia. Muchas de estas personas son las que han llegado a  la relación huyendo de una relación familiar asfixiante. Cuando dan con alguien  autoritario y dominante suelen ser sumisas y permiten que el otro los domine y  les humille. La ceguera emocional, la falta de claridad y el deseo de escapar  les han hecho elegir lo desconocido con la creencia de que no podía ser peor  que lo anteriormente vivido. Y ha resultado ser que lo desconocido era igual o  peor que lo que intentaban dejar atrás. El desconocimiento de algo mejor les  hace incluso aceptar esta situación como normal y acaban adoptando el mismo rol  de sumisión que tenían en su familia, con lo cual en su vida de pareja  reproducen las mismas situaciones de sufrimiento que en la vida familiar.
A veces sí eligen con cierto conocimiento de causa,  buscando lo contrario de lo que han tenido, es decir, buscan personas  cariñosas, pacíficas, tolerantes y de buen corazón, que saben que las van a  tratar bien. En estos casos hay una relación más de tipo paternal/filial o  maternal/filial, pues buscan recibir de la pareja el cariño que no tuvieron de  sus padres, y por eso el cónyuge actúa más de protector que de pareja. La  persona rescatada de la relación familiar de sufrimiento se siente agradecida y  en deuda con el protector que les rescató de la situación de sufrimiento y  procura compensarle de alguna forma, hasta el punto de llegar a autoconvencerse  de que ese sentimiento de gratitud es amor de pareja. Se genera una relación de  dependencia entre uno y otro.  
En  este último caso observo que hay al menos un final feliz. 
Hay menos sufrimiento, pero sigue sin haber  felicidad, porque no hay correspondencia de sentimientos, pues al menos por una  parte hay sólo agradecimiento y esto hace que ninguna de las dos persona sea  feliz, la una porque no ama y la otra porque no es amada.
Este último ejemplo de  la relación de protección se asemeja entonces a la conveniencia emocional, ¿no? 
Se asemeja porque uno busca una pareja con  determinado perfil psicológico, con el matiz de que en la conveniencia  emocional no existe la necesidad de ser amado, mientras que en este caso es la  necesidad de ser amado la que promueve la búsqueda de un determinado perfil  psicológico en la pareja.
Creo que también hay  muchas personas que se unen a otras por miedo a la soledad. ¿La persona que  busca una relación por miedo a la soledad se puede considerar que tiene  necesidad de ser amado, o es por conveniencia emocional? 
A veces es por una cosa y a veces por la otra. Hay  personas que tienen miedo a la soledad y no es por necesidad de ser amados,  sino por conveniencia, porque necesitan a alguien que les complazca en sus  deseos, les facilite la vida o se la haga mas cómoda, sobre todo cuando se  hacen mayores, porque temen a la vejez y a la enfermedad y no quieren quedarse  desamparados en el final de su vida. Pero es cierto que en algunos casos el  miedo a la soledad es una manifestación de la necesidad de ser amado.  
Háblame  ahora de la unión que se sustenta en la necesidad de amar. 
De acuerdo. Este tipo de relación se da cuando uno  de los miembros, o los dos, tiene ya una capacidad de amar bastante  desarrollada y necesita manifestarla para llenarse y sentirse feliz. Suelen  también ser personas que tienen nostalgia de haber amado intensamente en una  relación que no han conocido en esta vida, pero que su interior intuye que han  vivido (en otra vida). Cuando esta necesidad de amar y de encontrar al ser  amado se hace muy acuciante, puede ocurrir, como en el caso de los que necesitan  ser amados, que la necesidad de sentir se imponga sobre los propios  sentimientos, y se elige a la pareja no en función del sentimiento que surge  por ella, sino por la propia necesidad de amar.
¿Pero acaso hay algo  de malo en tener necesidad de amar? Digo yo que si no hay necesidad de amar no  puede haber sentimientos, pues si no existiera esa necesidad nunca habría una  búsqueda de pareja. Parece una contradicción con el mensaje de desarrollar los  sentimientos ¿no? 
Como he dicho cuando hablamos de las personas que  necesitan ser amadas, no hay nada malo en sentir la necesidad de amar. Como  bien dices, la necesidad de amar está unida a la capacidad de amar. Las  personas que tienen gran capacidad de amar pueden querer a muchas personas,  pero no significa que se puedan enamorar de cualquiera de ellas, pues el  sentimiento de amor de pareja no se despierta con cualquiera. El problema viene  cuando por necesidad de sentir uno se obliga a sentir lo que no siente, es  decir, fuerza los sentimientos, y en las relaciones de amor los sentimientos no  se pueden forzar, sino que han de darse espontáneamente. Forzar los  sentimientos es distinto a desarrollar los sentimientos y aquí lo que estamos  diciendo es que forzar los sentimientos no es bueno, simplemente porque genera  sufrimiento en vez de felicidad. La persona que se ve dominada por la necesidad  de amar padece también una ceguera emocional que le impide distinguir el amor  de la necesidad de amar. Es decir, se autoconvence de que está enamorada,  cuando en realidad se esfuerza por sentir amor. Además tampoco suele mirar si  es o no correspondida en sus supuestos sentimientos de amor. Simplemente se  autoconvence de que lo es, o de que si no lo es en ese momento, será  correspondido si se entrega totalmente a la otra persona, es decir, que la otra  persona no podrá resistirse a su caudal de sentimientos y acabará enamorándola.
Continuará...
Partes anteriores Extracto del libro "La ley del amor" - Las Leyes Espirituales II de Vicent Guillem
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