El Arte de Bendecir Permite que la Suprema Energía:
Que está más allá de la existencia y de la no-existencia, fluya sobre la persona.
Proviene de la esfera todopoderosa del Divino Espíritu de Dios Padre.
No existe nada en el Universo igual o superior a ella.
Es todopoderosa, ubicua, eterna, y todo, en los tres mundos, está subordinado a ella.
La persona que adquiera esta técnica por completo, comprende que nada existe más allá de Dios Padre.
Esta Energía nos conduce a la única Realidad Eterna, y nos revela la verdad última acerca de la auténtica manifestación del Espíritu Eterno de Dios.
Aunque puede ser débil al comienzo, este flujo de Energía Divina gradualmente nos ayuda a trascender el Maya, la raíz de todos los placeres y de todos los sufrimientos), y de este modo alcanzar una vida pura, benéfica.
La Suprema Energía Divina nos ayuda a desprendernos de todo lo que nos encadena, nos ayuda a descubrir la sabiduría divina sin ser afectados por el remolino de la vida, conduciéndonos a la liberación final. Nos enseña que todo ser humano es una manifestación divina, lo que nos lleva a experimentar más a menudo y más intensamente sentimientos de amor, compasión, perdón, no-violencia, y altruismo.
Nos impulsa y sostiene para que irrevocablemente podamos liberarnos del ciclo de la reencarnación. Nos ayuda a descubrir la naturaleza del Atman. Más aún, puede despertar en nosotros un infinito e incondicional amor, asegurándonos una fuerza interior extraordinaria.
Las principales condiciones para el éxito en el Arte de Bendecir son:
- Una gran fe en Dios;
- El amor a Dios;
- Una clara y profunda comprensión del divino proceso a que se da inicio;
- Un auténtico estado de humildad y abnegación;
- El despertar y la profundización de un estado de ser semejantes a un niño;
- El objetivo de incrementar nuestro altruismo, y de disminuir nuestro ego;
- La comprensión profunda de la realidad de Dios Padre es un misterio total y abrumador;
- La aceptación del hecho de que Dios Padre está siempre presente en nosotros, a través del Atman;
- La firme creencia de que nosotros, como un niño lleno de humildad, pedimos a Dios algo con la ley divina, Dios habrá de concedernos lo que pedimos;
- La aspiración a superar nuestro ego a través de la humildad y la sincera aspiración hacia Dios Padre, ya que la disminución del ego es directamente proporcional a la capacidad de entrar en comunión con la Suprema Energía, que se derrama desde el Todopoderoso Espíritu de Dios;
- Cultivar una amabilidad sincera y real, y la capacidad de perdonar;
- Purificarnos internamente para poder transformarnos rápidamente.
La libre voluntad es un regalo divino, pero debemos saber como emplearla. A través de ella somos capaces de hacer lo que queramos, a pesar de que no todo está permitido. Mediante el Arte de Bendecir, el hombre que ruega a Dios es el que propone, y en breve tiempo, Dios es Aquél que dispone. Cuanto más pequeño el ego, mayor es la energía que recibimos a través de Sahasrara durante la Bendición. La "repuesta" que recibimos es un modo de determinar el grado de egoísmo que nos caracteriza. Es muy importante no mentirnos a nosotros mismos.
Los obstáculos internos son:
- Falta de fe en Dios;
- Vanidad, orgullo y arrogancia;
- Falta de amor, rencor;
- Vicio y fornicación;
- Debilidad, la fascinación con el lujo;
- Codicia y egoísmo;
- Pobreza de espíritu, maldad, sadismo;
- Ira, furia, violencia, crimen;
- Escepticismo despectivo;
- Las pasiones de envidia, celos, murmuración, calumnia;
- Pereza y apatía;
El ātman (en sánscrito: आत्म, ātma; en idioma palí: atta) literalmente significa "sí mismo", pero a veces se traduce como "alma" o "ego".
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Fuente: Yoga esotérico