Sonidos que curan...


Se ha comprobado que la música es capaz de afectar notablemente a la actividad cerebral y por tanto afectar a los patrones cognitivos, y a las funciones vegetativas (frecuencia cardiaca, ritmo respiratorio, etc). La música tiene la capacidad de mover al ser humano tanto en el ámbito físico como en el psíquico.

La MUSICOTERAPIA es el uso de la música y/o sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) realizada por un músico-terapeuta con una persona o grupo, en un proceso creado para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.

Es conocida la función de la música desde hace años como herramienta de sanación, y de hecho la tradición ya marcaba una influencia directa o indirecta de las vibraciones acústicas sobre el organismo, pero no había prueba científica. Los curanderos primitivos, los chamanes y los sanadores del mundo entero sanaban con sus instrumentos y sus cánticos en una frecuencia que hacia revivir a las células de su ostracismo.

La Musicoterapia tiene como fin desarrollar potenciales y/o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración consigo mismo y el entorno, y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento.

Toda terapia de sonido, se basa en el principio de RESONANCIA , el cual designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.(en este caso resonancia acústica). Además el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de sanación espontánea y estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación. Según los músicos chinos e ingenieros acústicos modernos, La Tierra en el espacio genera una vibración de bajísima frecuencia pero muy poderosa afinada en el Fa de la escala de Do. Toda la naturaleza responde con su propia vida y vibración, como un coro con sus mil armónicos, a esta tónica vibratoria propia, sólo, de la Tierra, y que los egipcios vincularon al color verde.

FRECUENCIAS CEREBRALES: Las frecuencias u ondas cerebrales son ritmos eléctricos generados en el tejido nervioso de cerebro. El patrón emocional disfuncional (estrés, ansiedad, miedo, depresión, etc.) altera fuertemente a este perfecto equilibrio autónomo, ya que para poder manifestar estas emociones también se requiere de energía electro bioquímica, electricidad con la que funciona nuestro cerebro para producir frecuencias cerebrales (actividad neurológica) y las mas representativas son: Beta, alfa, theta y delta. Estas ondas se miden en hercios o hertz, la cual equivale a un ciclo por segundo

ONDAS BETHA: Originan un campo electromagnético con una frecuencia comprendida entre 13 y 30 Hz (vibraciones por segundo). Se registran cuando la persona se encuentra despierta y en plena actividad mental. Los sentidos se hallan volcados hacia el exterior, de manera que la irritación, inquietud y temores repentinos pueden acompañar este estado.

ONDAS ALFA: Tienen una frecuencia de 8 –12 Hz y están asociadas con estados de relajación. Se registran especialmente momentos antes de dormirse. Sus efectos característicos son: relajación agradable, pensamientos tranquilos y despreocupados, optimismo y un sentimiento de integración de cuerpo y mente.

ONDAS THETA: Con una frecuencia de 4-7 hz., se producen durante el sueño (o en meditación profunda, entrenamiento autógeno, yoga...), mientras actúan las formaciones del subconsciente. Las características de este estado son: memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa.

ONDAS DELTA: Con una frecuencia de 1-3 Hz, surgen principalmente en el sueño profundo y muy raras veces se pueden experimentar estando despierto. Sus estados psíquicos correspondientes son el dormir sin sueños, el trance y la hipnosis profunda. Las ondas delta resultan de gran importancia en los procesos curativos y en el fortalecimiento del sistema inmunitario.

Una herramienta importante de la terapia del sonido son la música clásica barroca, así como los mantras y cuencos tibetanos. La vocalización con una cadencia armónica determinada produce una vibración en el cuerpo. Solo hay que hacer la prueba. Repitamos sonidos como OM HA HUM de forma prolongada en una nota musical determinada, apoyemos la palma de la mano en el estómago, y sentiremos la vibración del sonido en nuestro cuerpo, como si tuviera una sutil diapasón vibrante. Así mismo, Los Sufis siempre han considerado la música como fuente de inspiración para sus meditaciones y creen que la meditación con música es más fructífera que la meditación sin ella.

La búsqueda del placer es un fuerte impulso natural del hombre. Es sabido que yoguis, lamas y otros practicantes de la sabiduría oriental llegan a estados de conciencia elevados y altamente placenteros a través de la música: ciertas frecuencias emitidas -y sus alícuotas (armónicos o tonos parciales)-, al vibrar en la caja de resonancia craneana, estimulan la norepinefrina y la dopamina, drogas endógenas del cerebro que se asocian con el placer, así como otros neurotransmisores que de otra manera permanecerían siempre inertes, pero que una vez despiertos son capaces de reactivar impresionantes destrezas físicas y cognitivas.

MUSICOTERAPIA

Entrevista a Jordi Jauset, autor del libro Musicoterapia y Neurociencia


Sonidos Theta, usados para la meditación y la sanación



Música Barroca


Musicoterapia que ayuda a curar el cáncer


Información tomada de diversas fuentes en Internet: www.taringa.net, Música milagrosa -Solfeggio, frecuencias que sanan y www.webislam.com, Terapia del sonido: La sanación por la música.