Síguenos en nuestro canal de WhatsApp¿Qué cosas indican que te valoras y te respetas?
¿Cómo juzgan los extraños la calidad de tu vida?
Se fijan en las cosas que llevas, en el tiempo que te queda para descansar después del trabajo. También se fijan en la marca de tu auto y en el tipo de propiedad que tienes.
Una mujer bastante famosa dijo una vez con emoción
"Andar con una chaqueta de plumón abullonada, coger el metro y vivir en una casa de paneles: no te respetas a ti mismo".
En su opinión, todo el mundo debería vestirse con pieles, tener un Lexus y vivir en áticos.
Entre mis conocidos hay una persona con buenos ingresos. Cuando su negocio empezó a dar frutos, sus amigos decidieron que empezaría a "madurar": se compraría un lujoso coche de lujo, una vivienda en una urbanización cara y veranearía sólo en hoteles de cinco estrellas.
Pero las expectativas no se cumplieron. Vivía en la misma casa de ladrillo a la sombra de los arces, en el tercer piso, pero compró parcelas. Año tras año se fueron encareciendo y ahora era dueño de una sólida fortuna. Pasaba sus vacaciones en el mismo río, con una caña de pescar. No le importaba viajar en metro. La gente no le conoce de vista, no está en las listas de Forbes, no corren a pedirle autógrafos. ¿Por qué gastar dinero en cosas inútiles?
Entonces, ¿cuáles son las señales de que te valoras y te respetas? A continuación, tres puntos principales.
1. ¿Cómo se organizas tu tiempo libre?
Si tienes que "trabajar" en casa después de una jornada laboral, o acudir en ayuda de alguien porque no pueden prescindir de ti, eso es una señal de alarma.
Tal vez la gente pueda arreglárselas sin ti y valerse por sí misma, pero les gusta mucho aprovecharse de ti.
2. ¿Cómo y qué comes?
¿Comes bocadillos sobre la marcha o pones la mesa? ¿Te alegras de poder ahorrar dinero en comida o, por el contrario, eliges sólo los productos de mejor calidad?
¿Desechas sin piedad los vasos resquebrajados y astillados? ¿Comes despacio o con prisa?
3. ¿Qué tipo de cosas eliges cuando nadie te ve?
¿Sobre qué duermes, qué te pones en casa? ¿Usas ropa vieja hasta que está hecha añicos? ¿O tienes un traje casero de calidad?
¿Tienes que correr a cambiarte si llama al timbre un inoportuno invitado? ¿Con qué frecuencia cambias la ropa de cama? ¿Te gusta, o más bien te fijas en el precio? ¿Sueñas con poder permitirte sábanas de sedas antes o después si la vida mejora?
El ahorro razonable no tiene nada de malo, pero sólo si no mata tu amor propio, tu autoestima.
La suerte nunca favorece a quienes se contentan con harapos y retazos.
Sandra V.
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