Gratitud: Cómo nos influye ser agradecidos

Gratitud: Cómo nos influye ser agradecidos


¿Con qué frecuencia expresas gratitud en tu vida?


Ser agradecido no es sólo un gesto amable, en realidad crea cambios constructivos en la estructura neurológica de tu cerebro. Esta poderosa práctica puede potenciar los efectos a largo plazo de sentirse feliz y motivado, y aumenta su capacidad para expresar gratitud.

Se han realizado numerosos estudios que demuestran los efectos beneficiosos de practicar la gratitud y los resultados positivos que se derivan.

Cómo el agradecimiento afecta directamente a nuestro cerebro

En 2003, el Dr. Robert Emmons, de la Universidad de California, y Michael McCullough, de la Universidad de Miami, realizaron un estudio titulado "Counting blessings versus burdens" (Contar las bendiciones frente a las cargas), publicado en The Journal of Personality and Social Psychology. El estudio muestra lo influyente que puede ser la palabra "gracias" cuando se pronuncia conscientemente.

Gratitud: Cómo nos influye ser agradecidos

El estudio examinó los efectos psicológicos y físicos de la tendencia al agradecimiento en una clase de estudiantes durante un periodo de 10 semanas. La clase se dividió en tres grupos, y al primero se le pidió que escribiera cinco cosas que le hubieran ocurrido la semana anterior por las que pudiera estar agradecido.

Al segundo grupo se le pidió que escribiera cinco problemas cotidianos de la semana anterior, y al tercer grupo se le pidió que escribiera cinco sucesos ocurridos la semana anterior, pero sin centrarse en aspectos positivos o negativos.

> La gente escribió que estaba agradecida por presenciar la puesta de sol, por el simple hecho de estar viva y por la generosidad de sus amigos, entre otras cosas. Algunas de las molestias incluían los impuestos, la dificultad para encontrar aparcamiento y pequeñas tareas domésticas.

Las personas que se centraron en la gratitud acabaron sintiéndose un 25% más felices y optimistas sobre su futuro. El estudio también reveló que algunos de los estudiantes que mostraban más gratitud hacían ejercicio 1,5 horas más a la semana que los que habían anotado sus preocupaciones.

Este estudio es un ejemplo sencillo pero contundente de cómo el simple hecho de centrarnos en la positividad puede generar en nosotros sentimientos mucho más inspiradores; cuanto más lo hagamos, más fácil nos resultará aprovecharlo.

Las emociones y la gratitud

Otro investigador en neurociencia llamado Alex Korb, de la UCLA, ha escrito un libro titulado "La espiral ascendente", que describe cómo podemos utilizar la neurociencia para invertir el curso de la depresión.

En el libro, Alex Korb describe cómo emociones como la culpa y la vergüenza activan el centro de recompensa del cerebro, y ésta es una de las razones por las que es tan fácil sentir estas emociones. Animan circuitos neuronales como el córtex orbitofrontal o dorsomediano, la parte de nuestro cerebro responsable de potenciar la autoconciencia.

La misma lógica se aplica a la preocupación. La preocupación nos hace creer que la necesitamos para sentirnos mejor. Calma el sistema límbico y suele ser la fuente de una sensación de "al menos estoy intentando remediar mi ansiedad", aunque el acto de preocuparse en sí continúe.

Por otro lado, centrarse en la gratitud estimula la zona del tronco cerebral que produce dopamina, y también puede aumentar nuestros niveles de serotonina. Esto se debe a que la gratitud nos obliga a centrarnos en los aspectos positivos de nuestras vidas, aumentando así la producción de serotonina y creando en nosotros una sensación de felicidad.

El Músculo de la gratitud puede entrenarse y fortalecerse con el tiempo

Otro estudio dirigido por Prathik Kini, de la Universidad de Indiana, reclutó a 43 personas que sufrían ansiedad o depresión. La mitad de estas personas recibieron un ejercicio de gratitud en el que se les pedía que escribieran cartas de agradecimiento a las personas de su vida. Tres meses después, los 43 participantes se sometieron a escáneres cerebrales.

Durante estos escáneres cerebrales, todos los sujetos participaron en otra actividad de gratitud en la que se les dijo que recibirían una suma de dinero. A continuación, se les preguntó si querían donar parte de su salario a una organización benéfica como forma de expresar su gratitud. Los que optaron por hacer una donación mostraron una actividad específica en sus cerebros.

Uno de los factores más interesantes fue que los participantes que habían completado la tarea de gratitud declararon sentirse más agradecidos dos semanas después de concluir el estudio, mientras que los miembros del grupo de control no tenían el mismo grado de gratitud perpetua. Es más, incluso meses después, seguían mostrando actividad cerebral vinculada a la gratitud en el escáner. El equipo de investigación describe esto como un profundo efecto nervioso a largo plazo, centrado simplemente en ser agradecido.

Estos resultados demostraron que tenemos una especie de "músculo de la gratitud" en el cerebro que puede entrenarse y fortalecerse con el tiempo. Cuanto más nos esforcemos por sentir gratitud, más fácil nos resultará en el futuro. Practicar la gratitud desencadena un ciclo saludable y autoperpetuante en nuestro cerebro que nos facilita centrarnos en lo positivo de nuestras vidas.

¿Por qué es más fácil centrarse en lo negativo?

¿Por qué es más fácil centrarse en la negatividad o en las cosas que van mal en nuestras vidas, que centrarse en ser agradecidos? Una posible explicación es que nuestro cerebro es capaz de adaptarse a nuestro entorno. Si tenemos una casa segura en la que escondernos y comida en la nevera, este estilo de vida cómodo y recurrente puede convertirse en una expectativa en lugar de una bendición. Olvidamos lo afortunados que somos realmente y damos por sentado todo lo que tenemos.

Cuando surge un problema en la vida, no solemos estar acostumbrados a la constancia de los problemas como lo estamos a nuestras bendiciones. Los problemas suelen ir y venir, pero nuestro cómodo estilo de vida sigue siendo el mismo y empezamos a darlo por sentado. Por eso, a los habitantes de países del Tercer Mundo les resulta más fácil expresar una profunda gratitud por todo lo que la vida les ofrece.

Practicar la gratitud significa no dar nada por sentado. Cuando podemos ver la belleza y las bendiciones en todos los aspectos de nuestra vida, nuestra gratitud puede representar un cambio fundamental, por el simple hecho de estar agradecidos por todas las cosas que tenemos, y por el simple hecho de estar vivos.

La vida en sí es un regalo precioso y mágico, y dar las gracias a diario puede recordárnoslo.

¿Qué cosas puedes agradecer en tu vida?

La ciencia de la gratitud: jessica-stillman

Fuente: psy.miami.edu



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