La vida después de la muerte, según el budismo

La vida después de la muerte, según el budismo


Las religiones de todo el planeta tienen sus propios sistemas de creencias en referencia a la muerte y a la vida después de la muerte. Al igual que cualquier otra religión, el sistema de creencias que el budismo en este sentido es distintivamente hermoso.

Según el budismo, todos vivimos en un ciclo eterno de nacimiento, vida, muerte, seguido de un posterior renacimiento. Los budistas creen que la muerte no es el final, sino otra fase que forma parte de un proceso infinito.

Los budistas creen que la muerte no es más que un acto físico, en referencia al breve cuerpo mortal de los seres humanos. Aunque probablemente a todos nos gustaría habitar nuestros cuerpos físicos para siempre, al igual que todo se desintegra y muere, nuestros cuerpos no son una excepción a esto.

La vida después de la muerte,  según el budismo

Samsara

Este ciclo de renacimiento se denomina Samsara. Es esta progresión la que transfiere la energía de las vidas que hemos tenido para cambiarla de lugar. Es decir, a transformarse del cuerpo tras nuestra muerte a otra forma o cuerpo.

Varias religiones se centran en mantener vidas positivas para asegurarse una buena vida después de la muerte. El budismo no es una excepción.

Con cada buena acción, el desarrollo de la sabiduría y la concentración y la iluminación de nuestras almas, seremos más grandes en cada vida posterior.

Las acciones positivas salvaguardarán que tengamos un renacimiento mucho mejor. Y a la inversa, las acciones negativas prepararán el camino para todo lo contrario.

Nirvana

Tras la realización de la verdadera iluminación o Nirvana, seremos capaces de romper con los confines del samsara. Pero para alcanzar la iluminación, el budismo predica la aceptación de las Cuatro Nobles Verdades, que nos llevarán a despertar a la realidad.

La misma filosofía acerca de cometer buenas acciones y pensar positivamente para progresar es la misma que el sistema de creencias para el karma. Es haciendo el bien a los demás y progresando positivamente como inculcamos el buen karma.

Por el contrario, los malos actos y llevar una vida con negatividad conducirán a un mal karma, que obstaculizará la progresión en el renacimiento.

El Buda Gautama siempre decía a sus discípulos que nunca temieran a la muerte, ya que ésta era el trampolín para alcanzar la iluminación.

Según las creencias budistas, el individuo se reencarna en un reino después de la muerte, es decir, el cielo, el infierno, el humano, el animal, el Asura o el fantasma hambriento. Su karma es el factor decisivo de en qué se convierte uno después de la muerte, pero estas formas no son los lugares permanentes de su existencia.

Cuando el Señor Buda habló de la muerte, quizá lo hizo para que limpiáramos nuestros cuerpos, mentes y espíritus. También expresó la importancia de no aferrarse a las cosas materiales de la vida.

Así pues, Buda animó a todo el mundo a aceptar la mortalidad. No es más que otra fase que conduciría a la meta final, que es el Nirvana.

Por Alma de Plata

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