No eres responsable de tu herida, pero sí de tu curación

No eres responsable de tu herida, pero sí de tu curación


Es inevitable que en algún momento de tu vida te sientas lastimada. Que la gente pueda decepcionarte, derribarte o hablar mal de ti y causar un dolor de gran magnitud en lo más profundo de tu alma y corazón.

A menudo se dice “Tu herida probablemente no sea tu culpa, pero tu curación es tu responsabilidad”. A menudo escuchamos las palabras “aprender a dejar ir”, y aunque vemos el sentido de hacerlo, el “dejar ir” real parece casi imposible.

Ni siquiera puedes imaginar lo que se siente tener sueños y esperanzas debido a la angustia. Sientes y sabes que los demás se aprovecharon de ti, te usaron tanto como fue posible y luego te tiraron.

Tu corazón ha sido aplastado y el mundo se siente al revés. Todo lo que alguna vez apreciaste ha sido quitado. Solo queda el trauma. Ahora, las cicatrices de ese trauma parecen ser un recordatorio repetitivo y permanente de ese tremendo dolor. Sin embargo, ten en cuenta que no tienes la culpa de ninguna de estas desgracias.
No eres responsable de tu herida, pero sí de tu curación

Nunca pediste que sucedieran estas cosas, pero tuviste que sufrirlas. El sufrimiento y la agonía eran completamente inmerecidos. Los eventos estaban más allá de tu imaginación.

Sin embargo, la realidad es que tuvieron lugar, y ahora has sufrido a través de ellos. Solo hay una opción de aquí en adelante: levantarse y seguir hacia adelante,para atrás ni para agarrar impulso.

Tu presente es tu identidad y aquí es cuando debes comenzar a avanzar. Como tal, has intentado todo para simplemente olvidarte de ese oscuro pasado. Has estado tratando de navegar por este turbio pantano emocional y llegar a algún tipo de terreno estable y seco. Sigue intentándolo y no pierdas de vista tu humanidad.

Parece que hay un enorme obstáculo que te impide volver a la normalidad. Es una voz premonitoria que no deja de repetirse sobre cómo nada se puede recuperar a lo que era. Como resultado, el miedo se ha arraigado profundamente en tu interior. Temes a tu mente y la consideras un infierno viviente. Puede sentir que la cuerda está a punto de romperse.

La salida

Sin embargo, puedes y debes seguir adelante. El primer paso para eso es confrontar a los demonios internos. Debes trabajar en la aceptación de eventos pasados. Sólo entonces, puede comenzar realmente la curación.

Debes entender que el dolor es una de tus partes y tratará de someterte. Sin embargo, tienes que encontrar la fuerza para verte a ti misma en ese momento y decir: “Estoy rota y perdida, ¡PERO tengo la determinación de salir de este problema!”

Los eventos dolorosos que has sufrido pueden haber sido inmerecidos. Sin embargo, depende de ti comenzar el proceso de curación. Después de todo,  después de experiencias tan destructivas, esto será lo mínimo que puedes darte a ti misma.

Adéntrate en lo inmenso desconocido, sabiendo que está lleno de potencial. Enfréntate a las cosas aterradoras sabiendo que deben ser tratadas. Una nueva y estimulante luz espera tu vida una vez que logres trabajar a través de tus recuerdos agonizantes.

Depende de ti superar, evolucionar, cambiar y vivir la vida al máximo. Simplemente esperar a que los sentimientos desaparezcan no es la respuesta. De hecho, nunca sucederá. Incluso si lo haces, no encontrarás la paz que buscas.

El sufrimiento sólo tomará una forma más tenue. Después de todo, nuestras vidas no están destinadas a ser perfectas y siempre sin daño. A menudo habrán aguas agitadas combinadas con períodos tranquilos.

En la vida, lo que importa es el viaje. Lo interesante de la vida es cómo cambia, inspira, motiva, pero también te lastima y sobre todo, lo más importante es cómo reaccionas a estos muchos eventos diferentes en la vida. Depende de ti ser tu héroe o jugar como la víctima eterna.

Por Recordatorio Consciente

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