3 reglas del Universo que necesitas conocer y aplicar correctamente para poder recibir la energía de la abundancia
Cada día, cada minuto atraemos algo a nuestras vidas. La única diferencia es que uno atrae sonrisas y ayuda, y el otro bofetadas y puñetazo. Dirás que lo semejante atrae a lo semejante. Tienes razón, pero sólo en parte.
El asunto es que muchos interpretan la "Ley Universal de Similitud" de manera demasiado estrecha: al mal - mal, al bien - bien. Todo es mucho más sutil. El Universo no clasifica nuestras acciones como buenas o malas, para él no existen el blanco y el negro.
Sólo entiende el lenguaje de las vibraciones energéticas. Determina qué emociones sentimos cuando hacemos tal o cual acción, qué energía emitimos en este momento: a quién debemos ayudar, a quién debemos recompensar y a quién debemos abandonar.
Primera regla: compartir la energía
La insatisfacción, las quejas, la falta de sinceridad, la avaricia... Nos llenan de vibraciones negativas, que son leídas por el Universo como una protesta, una falta de voluntad para compartir nuestra energía.
Pero el Universo es, ante todo, equilibrio. Si no queremos compartir, ¿es justo nuestro deseo de recibir? ¿Sueñas con que tus deseos se cumplan con un chasquido, quieres tener suerte, éxito? No seas avaricioso, aprende a dar. Cuanto más das, más recibes. ¡Créelo, funciona!
Solo es necesario dar correctamente. Creo que no es necesario explicar que la ayuda dada de mala gana nunca se devolverá como un regalo del cielo, y los cumplidos falsos y las sonrisas no se transformarán en un amigo leal y confiable.
Pero el Universo es, ante todo, equilibrio. Si no queremos compartir, ¿es justo nuestro deseo de recibir? ¿Sueñas con que tus deseos se cumplan con un chasquido, quieres tener suerte, éxito? No seas avaricioso, aprende a dar. Cuanto más das, más recibes. ¡Créelo, funciona!
Solo es necesario dar correctamente. Creo que no es necesario explicar que la ayuda dada de mala gana nunca se devolverá como un regalo del cielo, y los cumplidos falsos y las sonrisas no se transformarán en un amigo leal y confiable.
Segunda regla: aceptar la energía
Saber aceptar es igual de importante si quieres que la vida deje de darte sorpresas desagradables.
Piensa en el día de hoy: ¿cuántas veces has dicho u oído la frase "de nada" en diferentes variantes? Algo me dice que más de una vez.
Qué más da, dirás, cortesía común. Pero todas estas frases supuestamente corteses se pueden recopilar en un manual titulado "Cómo arruinarte la vida fácilmente y sin esfuerzo".
Después de gastar esfuerzo y tiempo, declaras precipitadamente al Universo que todo esto, exactamente, no significa nada y no vale para nada. Pero lo peor es que, queriendo parecer una persona bien educada, te castigas a ti mismo.
Aceptar la gratitud, en el lenguaje del Universo, significa compensar el gasto de energía. Toma como norma responder "Me ha gustado, me he sentido bien, ha sido fácil hacerlo". Siéntete libre de decirle al Universo que necesitas recargar.
Piensa en el día de hoy: ¿cuántas veces has dicho u oído la frase "de nada" en diferentes variantes? Algo me dice que más de una vez.
Qué más da, dirás, cortesía común. Pero todas estas frases supuestamente corteses se pueden recopilar en un manual titulado "Cómo arruinarte la vida fácilmente y sin esfuerzo".
Después de gastar esfuerzo y tiempo, declaras precipitadamente al Universo que todo esto, exactamente, no significa nada y no vale para nada. Pero lo peor es que, queriendo parecer una persona bien educada, te castigas a ti mismo.
Aceptar la gratitud, en el lenguaje del Universo, significa compensar el gasto de energía. Toma como norma responder "Me ha gustado, me he sentido bien, ha sido fácil hacerlo". Siéntete libre de decirle al Universo que necesitas recargar.
Tercera regla: no te hagas ilusiones
El enemigo más insidioso que corta el flujo de energía y nos convierte en una pizarra en blanco para el Universo es una vida de espera de un milagro.
Deseando apasionadamente algo, pensando que nos hará felices, declaramos directamente al Universo: me siento mal, y la felicidad sólo es posible... Y entonces la lista es tan larga como un rollo de papel higiénico.
Sueña, desea, pero hazlo bien. Aprende a desprenderte de tus deseos, disfruta y agradece cada pequeña cosa: el sol que brilla, un sonriente vecino, un libro interesante....
Deseando apasionadamente algo, pensando que nos hará felices, declaramos directamente al Universo: me siento mal, y la felicidad sólo es posible... Y entonces la lista es tan larga como un rollo de papel higiénico.
Sueña, desea, pero hazlo bien. Aprende a desprenderte de tus deseos, disfruta y agradece cada pequeña cosa: el sol que brilla, un sonriente vecino, un libro interesante....
En esos momentos, tú, aunque sea en el incomprensible para un lenguaje humano de las vibraciones energéticas, dices: me siento bien aquí y ahora. De inmediato te conviertes en un feliz receptor de la energía de la abundancia del Universo. Y atraerá hacia ti todo lo que desees.
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Basado en "Letters To Louise" de Louise L. Hay.