Cómo Vivir tu Vida y Dejar que los Demás Vivan la Suya


Tómate un tiempo para pensar en una situación en la que hayas sentido que otra persona se entrometía en tu vida. ¿Qué sentiste?

Seamos sinceros: a ninguno de nosotros nos gusta que otras personas interfieran en nuestras vidas, sin embargo muchos de nosotros nos apresuramos a interferir en la vida de los demás.

¿Puedes pasar de largo ante una pelea entre vecinos sin expresar tu opinión? ¿Te resulta difícil abstenerte de comentar los asuntos familiares de tus colegas? ¿Sientes un fuerte impulso de dar consejos y expresar tu opinión sobre un problema que te ha mencionado un amigo? ¿Te sientes insatisfecho si no te piden un consejo valioso?

Si uno de estos puntos te describe, ¡enhorabuena! Tienes la necesidad de convertirte en un salvador de los que sufren.No te importa si los que padecen realmente te necesitan. Lo principal es que te escuchen y, preferiblemente, te hagan caso, admitan sus errores, te den las gracias por tu ayuda y acudan a ti la próxima vez.

Cómo vivir tu vida y dejar que los demás vivan la suya

Las personas que nos rodean son nuestros espejos

La frase "las personas que nos rodean son nuestros espejos" significa que cada persona que conocemos, y aquellas que nos dan ganas de ayudar, reflejan en nosotros las cualidades de la persona. Si se interfiere en la vida de sus amigos, parientes y colegas y justifica su comportamiento preocupándose por ellos, significa que su alma quiere recibir lo mismo a cambio. Busca poner su corazón y su alma en otra persona, creyendo sinceramente que está ayudando, pero en realidad quiere recibir una respuesta en forma de amor, comprensión y compasión para sí misma.

Esto ocurre inconscientemente, quizás en el pasado no se dio cuenta de su valor. Sus padres sólo le prestaban atención cuando ella les ayudaba. Tal vez los adultos no la cuidaron lo suficiente. Por eso, en algún momento de su vida se dio cuenta de que sólo la querrían si ayudaba a alguien. Esta creencia se hizo más fuerte a medida que crecía, ya que encontró a muchas personas que necesitaban ayuda. Ahora confía en su importancia sólo en el contexto de otras personas y ayuda en forma de consejo, ánimo, orientación o informes del día. Cree sinceramente que sólo sabiéndolo todo sobre todo el mundo podrá responder a tiempo a una llamada de socorro o advertir de un peligro.

Los adultos no necesitan que los controlen

Las personas adultas y autosuficientes no necesitan el control de sus vidas y son capaces de hacer frente a sus problemas por sí solas. Quienes se inmiscuyen en la vida de los demás  se sienten rechazadas e innecesarias.

Esta actitud infantil de importancia es muy fuerte, ya que la persona sacrifica su vida en busca de quienes puedan utilizarla. Desde la perspectiva de los demás, su comportamiento parece histérico e irracional, ya que se siente claramente ofendida por la negativa a aceptar consejos u opiniones.

Deténgase un momento. De hecho, ¿por qué es tan raro que se acerquen a ti cuando crees que te necesitan? ¿Por qué la gente mira hacia otro lado cuando expresas tu opinión por milésima vez? ¿Cómo sabes lo que es mejor para los demás? Piensa en lo que es mejor para ti. No te metas en la vida de los demás, aunque estén cerca de ti. Haz lo tuyo, llena tu vida. Las personas que interfieren demasiado en la vida de los demás no suelen tener una vida propia plena.

No hables a menos que te lo pidan. Reduce el número de intervenciones a la mitad, deja que sientan su necesidad de ti. No expreses tu opinión a quienes no piden oírla. Recuerda que no puedes salvar a todo el mundo. Los demás resolverán sus problemas por sí solos. Al inmiscuirte en la vida de los demás, los estás menospreciando e insinuando que no pueden arreglárselas solos.

Empieza a llenar tu vida de cosas interesantes y tu mundo brillará con nuevos colores, sonidos y canciones.

Para terminar…

Sólo tienes una vida, así que vívela al máximo y ten cuidado de no intentar vivir la vida de los demás por ellos. Seamos sinceros, la gente rara vez te agradece que interfieras en su vida.

Nuestros mejores consejos para no interferir en la vida de los demás son:

  • Controla tus ganas de dar consejos no solicitados.
  • Recuerda que no conoces la mente de los demás mejor que ellos mismos.
  • Aléjate de los chismes.
  • Cuidado con tu forma de proyectar.
¿Has aprendido por las malas los peligros de interferir en la vida de los demás? ¿Qué te ha pasado? ¿Qué consejos darías para dejar de interferir?



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