Bendice cada mañana

Bendice cada mañana


Hoy nos llega este pensamiento vivificador. Nos habla Aïvanhov de bendecir cada jornada que se abre ante nosotros.

Antes de iniciar las actividades del día, en la meditación del alba, se nos invita a la bendición.

La vida puede entonces tomar el cariz de la consciencia.

Todos sin excepción estamos sometidos a la pérdida y al dolor, pero desde la consciencia podemos vislumbrar la existencia de un todo mayor, de un plan.

El plan es redescubrir nuestro vínculo con el alma universal.

A partir de ahí se abren las puertas de la luz y del gozo.

Cuando bendecimos nos curamos unos a otros.

Bendice cada mañana

«Bendice cada mañana la jornada que se abre ante ti. Ahí tienes todas las posibilidades de dar una nueva orientación a tu vida. ¿Por qué el pasado y sus errores tendrían que prolongarse en el futuro?.

Abre los ojos pensando en cada una de las facultades que posees y que puedes poner a trabajar para realizar todos tus  buenos proyectos. ¿No es nada ser capaz, aún hoy en día, de pensar, de desear, de ver, de oír, de caminar?

Bendice también las dificultades con las que te vas a encontrar durante esta jornada. Dadolos nuevos problemas que tienes que resolver, el cielo te muestra que cree que eres capaz, no sólo de trabajar eficazmente, sino también de reparar los errores que hayas podido cometer.

Bendice tu vida cuando el alba aparece, aunque tus fuerzas vayan declinando poco a poco. Éste es el momento de abrir tus ojos interiores a otro mundo. Y no pienses que vas a morir, piensa que vas a nacer en otra parte, y que, después de haber pasado por una puerta estrecha, entraras en un espacio de luz. Si llegas a tener una buena comprensión de cada etapa de tu vida, avanzarás siempre en la luz y en el gozo.”

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Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.