Síguenos en nuestro canal de WhatsAppEl viejo maestro pidió a su joven discípulo que estaba muy triste, que se llenase la mano de sal, colocase la sal en un vaso de agua y bebiese.
- ¿Qué gusto tiene?
Le preguntó el maestro.
- Fuerte y desagradable respondió el joven aprendiz.
El maestro sonrió y le pidió que se llenase la mano de sal nuevamente.
Después, lo condujo silenciosamente hasta un lindo lago, donde pidió al joven que derramase la sal.
El viejo Sabio le ordenó entonces: bebe un poco de esta agua.
Mientras el agua se escurría por la barbilla del joven, el maestro le preguntó:
- ¿Qué gusto tiene?
Le preguntó el maestro.
- Fuerte y desagradable respondió el joven aprendiz.
El maestro sonrió y le pidió que se llenase la mano de sal nuevamente.
Después, lo condujo silenciosamente hasta un lindo lago, donde pidió al joven que derramase la sal.
El viejo Sabio le ordenó entonces: bebe un poco de esta agua.
Mientras el agua se escurría por la barbilla del joven, el maestro le preguntó:
- ¿Qué gusto tiene?
- Agradable, contestó el joven.
- ¿Sientes el sabor a sal?
Le preguntó el maestro.
- No: Le respondió el joven.
El maestro y el discípulo se sentaron y contemplaron el bonito paisaje.
Después de algunos minutos, el Sabio le dijo al joven:
El dolor existe….
Pero, el dolor depende de donde lo colocamos.
Cuando sientas dolor en ti, debes aumentar el sentido de todo lo que está a tu alrededor.
Tenemos que dejar de ser del tamaño de un vaso y convertirnos en un lago grande, amplio y sereno.
- Agradable, contestó el joven.
- ¿Sientes el sabor a sal?
Le preguntó el maestro.
- No: Le respondió el joven.
El maestro y el discípulo se sentaron y contemplaron el bonito paisaje.
Después de algunos minutos, el Sabio le dijo al joven:
El dolor existe….
Pero, el dolor depende de donde lo colocamos.
Cuando sientas dolor en ti, debes aumentar el sentido de todo lo que está a tu alrededor.
Tenemos que dejar de ser del tamaño de un vaso y convertirnos en un lago grande, amplio y sereno.
“Cuando adormeces la tristeza, también adormeces la alegría y la alegría”
La realidad es que no puedes adormecer selectivamente las emociones. Usar comportamientos negativos para evitar tus sentimientos pueden ayudarte a experimentar menos tristeza e ira , pero también te impiden sentir felicidad y alegría. Parte de lo sorprendente de ser humanos es que podemos tener una variedad de emociones. Experimentar tristeza y dolor es parte de lo que hace que sea tan increíble sentir alegría y felicidad.
Piensa en tus sentimientos como olas en el océano. Vienen y van, suben y bajan. Ningún sentimiento dura para siempre; la ira y la tristeza son partes necesarias y útiles de la experiencia humana. Además, todas nuestras emociones contienen dones y nos ayudan a crecer como personas.
Piensa en tus sentimientos como olas en el océano. Vienen y van, suben y bajan. Ningún sentimiento dura para siempre; la ira y la tristeza son partes necesarias y útiles de la experiencia humana. Además, todas nuestras emociones contienen dones y nos ayudan a crecer como personas.
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