Una carta que dice lo que el Universo quiere que sepas


A veces es difícil recordar lo brillante que eres. Que tu sonrisa es diferente a la de los demás, y lo importante y no negociable que eres en este gran universo.

En algún momento de tu vida, vas a llegar a un punto en el que dirás “ya no doy más”. Ese momento en el que tu fuego se apagará, y cada trozo pequeño de carbón abandone su resplandor, acomodándose en un mar de materia gris.

Eventualmente, dejarás de luchar, envolverás tus brazos alrededor de tus rodillas con tanta fuerza, que te sostendrás a ti mismo cuando lo único que sientes es que te estás rompiendo a pedazos.

Habrá un momento en el que te vas a desmoronar, que te vas a sentir derrotada y no podrás contener el llanto.

Habrá un momento en el que sentirás que no estás dando tu mejor esfuerzo. Y que sientes que no estás dando la mejor versión de ti misma. Te sentarás en silencio y pensarás qué es lo que puedes cambiar y tendrás la sensación de que estás perdiendo el tiempo.

Habrá un momento en el que no podrás dormir tranquila, y que cada segundo que pase te darás cuenta de que no estás en paz. Surgirán más preguntas que no te dejarán dormir. A veces te sentirás muy pesada, con un cerebro agotado de pensar en la horrible persona que te puedes llegar a convertir.

Habrá un momento en el que lo único que desearás es descansar. Arroparte en una cobija cálida y descansar tus huesos hasta sentir que el cansancio desaparezca. Hazlo hasta que lo logres, esfuérzate y ayúdate a ti mismo a dar un paso más hacia adelante. Porque después de todo, un pequeño paso, sigue siendo un paso hacia adelante.
Habrá un momento en el que te compararás con los demás. Puede ser con la mujer parada en frente tuyo en la línea de espera, o el corredor que te tomó ventaja, o con tu amiga del colegio con la cual no has hablado en años, pero ahora está felizmente casado y con dos hijos. Aunque ni siquiera sabes si compartirías un café con ellos, ni te interese sus vidas.

Habrá un momento en el que querrás darte por vencida. En tu pequeño negocio, en tu carrera de 5 kms., en tu relación amorosa o en tu vida.

Y aunque está bien tropezar, darle vuelta a las situaciones negativas y perder temporalmente nuestros caminos, sepan esto:

Habrá un momento en el que te darás cuenta de todo lo que te ha hecho sentir un dolor profundo, que son las mismas cosas más transformadoras. Que han ayudado a definirte a ti misma, te han demostrado lo que eres capaz de atravesar y a ser más fuerte cada día.

Habrá un momento en el que sólo tú sabrás lo que es mejor para ti misma. Cuando ningún consejo, investigación, lecturas psíquicas o deseos te guiarán así como lo hará tu instinto.



Habrá un momento en el que mirarás hacia atrás y sentirás que la nostalgia se apodera de tu estómago al pensar en las noches de insomnio que te hicieron salir de la casa a mitad de la noche. 
Un momento en el que dejarás ir la ira, la amargura, la decepción y la tristeza, liberándolas en el viento y viéndolas disolverse lentamente. Y finalmente lo dejarás ir.

A veces es difícil recordar lo brillante que eres. Que tu sonrisa es diferente a la sonrisa de los demás, y lo importante y no negociable que eres en este gran y sorprendente universo. Cómo tus pestañas atrapan tan perfectamente tu sudor, la forma en que los pelos de tus brazos se ponen de punta cuando sientes que tu banda favorita está tocando la nota perfecta.

Cuando el camino parezca oscuro y solitario, recuérdalo. Recuerda la forma como te sientes al soplar las velas de tu cumpleaños. Recuerda la forma en que tus músculos se funden después de una caminata de una tarde de verano. Recuerda que eres una persona fuerte, que tú eres capaz, y que estás completa.

Eres suficiente, independientemente de dónde hayas estado o a donde planeas ir. Y debes estar orgullosa de ti misma; por estar aquí, por seguir con tu vida y por intentarlo, todos los días.

Fuente:  Jessica Manuszak