El Agua y la Sal. Dos formas diferentes de cristales: el uno, sólido y el otro, líquido. El agua, elemento purificador por naturaleza, y además, podemos programarla.
La sal es un cristal y por lo tanto emite ondas electromagnéticas que pueden  ser medidas por los radiestesistas.
Las energías densas tienden a concentrarse en los rincones de la casa, así que,  poner un vaso de agua con sal gruesa o sal de mesa, equilibra estas fuerzas y  deja la casa más “liviana”. 
 
Para lugares normales, como de una casa, donde no  hay mucha gente circulando, un vaso de agua con sal en las dos esquinas es  suficiente. En dos o tres días, ya se percibe la diferencia. Cuando se forman  burbujas es el momento de renovar la salmuera.
Una solución de agua y sal también es capaz de disipar de iones positivos, es  decir, las partículas de energía eléctrica de la atmósfera, y reequilibra la  energía de los ambientes. Sobre todo en interiores, oscuros o justo antes de  una tormenta, estos iones tienen efecto intensificador y pueden causar tensión  e irritación. Ahora se pueden conseguir las lámparas de cristal de sal. Su  función es equilibrar el exceso de iones positivos perjudiciales para la salud  gracias a la presencia del yodo salino que enriquece el ambiente con iones  negativos. Se trata de un ionizador natural que absorbe el exceso de ondas  electromagnéticas emitidas por los televisores y los electrodomésticos en  general y ayuda a crear una atmósfera sana.
Los chamanes siberianos echaban puñados de sal al aire para que cayera sobre  sus cabezas y les limpiara. Abrían sus bocas para degustar la sal ya que así se  purificaban internamente.
Ya está considerada oro blanco (salmuera para conservar los alimentos).
La simple purificación con agua y sal, nos ayuda a descargar los ambientes, después de discusiones, o por la noche,  en la habitación para que el sueño sea más  tranquilo.
La gente ha estado desarrollando técnicas para utilizar la sal, como se  describe a continuación:
Una pizca de sal sobre los hombros aleja la envidia.
Para protegerse del mal de ojo o evitar las visitas no deseadas, algunos suelen  poner una línea de sal en la puerta o una taza de salmuera a la izquierda de la  entrada.
La mezcla de sal con agua o alcohol absorbe todo lo malo que hay en el aire,  ayuda a purificar y evita que la envidia, el mal de ojo y otros sentimientos  inferiores entren en la casa.
Cuando acostumbramos a tener amatistas, cuarzo, u otras piedras, es bueno cada  tanto descargarlas bajo el chorro de agua, fregándolas con sal gruesa
 
Después de un día de esos que la mala vibra estuvo dando vueltas, nada mejor  que un baño de inmersión de unos 5 minutos, con unas cucharadas de sal gruesa,  si hay sal marina, mejor.
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