Afirmaciones Positivas dan resultados parte 1/2

Afirmaciones Positivas dan resultados parte 1/2


"¡Si la juventud supiese. !
¡Si la vejez pudiese...! "
Henry Estienne

¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué creencias tenemos sobre la vida?. Durante miles de años, encontrar las respuestas a estos interrogantes nos ha exigido “volvernos hacia dentro”, aunque la verdad pocos lo han hecho. Pero, ¿qué significa eso? Yo creo que hay un Poder en el interior de cada uno de nosotros capaz de orientarnos amorosamente hacia la salud perfecta, las relaciones perfectas, la profesión perfecta, y que nos puede ofrecer prosperidad de todo tipo. Pero para obtener estas cosas, primero tenemos que creer que son posibles. El segundo paso es estar dispuestos a “aflojar” las pautas o hábitos que nos crean situaciones que decimos que no deseamos.

Reprogramación de cintas viejas

Decídete a dar el primer paso por pequeño que sea. Concéntrate en el hecho de que estás dispuesto a aprender. Sucederán verdaderos milagros.

Las afirmaciones dan resultado

Ahora que sabemos un poco más acerca de lo poderosos que son nuestros pensamientos, emociones y palabras, es preciso que requemos nuestra forma de pensar y de hablar, con la práctica de pautas positivas. De esta forma lograremos resultados beneficiosos. ¿Estás dispuesto a cambiar tu diálogo interno y a convertirlo en afirmaciones positivas? Recuerda que cada que tienes un pensamiento y cada vez que dices una palabra, estás haciendo una afirmación.

Una afirmación es un punto de partida. Nos abre el camino hacia el cambio. En el fondo es decirle al subconsciente: Yo asumo la responsabilidad. Sé que hay algo que puedo hacer para cambiar. Cuando hablo de “hacer afirmaciones» me refiero al hecho de elegir frases o palabras que contribuyan a eliminar algo de nuestra vida o a crear algo nuevo, y esto ha de hacerse de forma positiva. Si dices: “No quiero volver a enfermar”, el subconsciente retiene el concepto en el que has puesto el énfasis, es decir, «enfermar». Es preciso decirle claramente lo que uno quiere: “Me siento fabulosamente bien. Irradio buena salud”.

El subconsciente es muy directo y honrado. No tiene intenciones ocultas ni usa estrategias. Lo que oye es lo que hace. Si dices: “Odio este coche”, no te proporcionará un coche nuevo y maravilloso porque no sabrá qué es lo que quieres. Incluso si compras un coche nuevo probablemente lo vas a odiar muy pronto porque eso es lo que tú has estado repitiendo constantemente. El subconsciente sólo oye: “Odio este coche”. Es necesario enunciar los deseos de forma positiva; por ejemplo:

“Tengo un fabuloso coche nuevo que se adapta a todas mis necesidades”.

Cuando hay en mi vida algo que verdaderamente me disgusta, he descubierto que una de las maneras más rápidas de eliminarlo es “bendecirlo con amor”. “Te bendigo con amor y te libero, te dejo marchar. “ Esto funciona con personas, situaciones, objetos y casas. Incluso se puede probar con algún hábito del que uno desea librarse y ver qué sucede. Conocí a un hombre que cada vez que fumaba un cigarrillo decía: “Te bendigo con amor y te libero de mi vida”. Unos cuantos días después, el deseo de fumar era bastante menor; a las pocas semanas el hábito había desaparecido.

Te mereces el bien

¿Qué es lo que verdaderamente deseas en este momento? ¿Qué anhelas hoy que haya en tu vida? Piénsalo y después di: 

Acepto ________________ (lo que sea que desees)”. Aquí es donde me parece que la mayoría de la gente se queda estancada.

El problema esencial es la creencia de que no nos merecemos lo que deseamos.

Nuestro poder personal reside en la manera como consideramos nuestro merecimiento. Nuestra falta de merecimiento nos viene de los mensajes que recibimos en la infancia. Vuelvo a repetir, no pensemos que no podemos cambiar debido a estos mensajes. He oído grandes estudiosos que afirman que las afirmaciones no dan resultado. En realidad no es que las afirmaciones no den resultado, sino que no nos creemos merecedores del bien

Lo voy a volver a escribir:  En realidad no es que las afirmaciones no den resultado, sino que no nos creemos merecedores del bien. Es más no solo las afirmaciones TODO lo que hagas no te servirá si no te sientes merecedor.

La manera de descubrir si crees que te mereces algo es que  hagas una afirmación y te fijes en los pensamientos que surgen al hacerla. Entonces anótalos, porque cuando se ven escritos sobre el papel se vuelven muy claros. Lo único que nos impide sentirnos merecedores, o amarnos, o lo que sea, es la creencia u opinión de otra persona que hemos aceptado como verdad.

Cuando no nos creemos merecedores de un bien, solemos practicar una especie de auto-sabotaje, lo cual se puede conseguir de diversas maneras: creando una situación caótica perdiendo cosas, haciéndonos daño o teniendo problemas físicos, como una caída o un accidente. Empecemos a que nos merecemos todo el bien que tiene la vida para ofrecernos.

Con el fin de reprogramar una creencia falsa o negativa, ¿cuál es el primer pensamiento que necesitaremos para comenzar a crear una nueva creencia, sea la que sea, en nuestra vida? ¿Cuál será el elemento esencial o el cimiento que necesitaremos para apoyarnos? ¿Cuál será el tipo de pensamiento que necesitaremos para conocernos, creer en nosotros y aceptarnos?

Algunos pensamientos para comenzar podrían ser:
• Soy valioso.
• Soy merecedor.
• Me amo.
• Me doy permiso para realizarme.

Estos conceptos forman el fundamento mismo de las creencias sobre las cuales se puede edificar. Sobre estos cimientos haz tus afirmaciones para crear lo que deseas.

Cuando no decidimos liberar algo, dejarlo marchar, es porque no estamos dispuestos a dejar marchar algo, cuando realmente deseamos aferrarnos a ello porque de alguna manera nos sirve, hagamos lo que hagamos, lo más probable es que no resulte. Sin embargo, cuando estamos dispuestos a marchar, como lo estaba esa mujer, es sorprendente como la más insignificante circunstancia nos ayuda a liberarlo. Si Todavía tienes algún hábito que no has liberado, pregúntame para qué te sirve. ¿Qué sacas de él? Si no logras obtener una respuesta, haz la pregunta de otro modo: “ ¿Qué pasaría si ya no tuviera este hábito?”  Con mucha frecuencia la respuesta es: “Mi vida sería mejor”. Y volvemos al hecho de que, en cierto modo, no nos creemos merecedores de una vida mejor.

Encargando la comida en la cocina cósmica

La primera vez que hagas una afirmación puede que te parezca que no es cierto. Pero recuerda que las afirmaciones son como semillas que se plantan en la tierra. Cuando siembras una semilla no tienes una planta hecha y derecha al día siguienteEs preciso que seamos pacientes durante la época cimiento. Al continuar haciendo la afirmación, o bien dispuesto a dejar marchar aquello que no deseas y la afirmación se hará realidad, o se abrirá un nuevo camino ante ti. También es posible que tengas de pronto una idea muy luminosa o que algún amigo te llame y te diga: ¿Has probado con esto?. Y de este modo serás llevado al siguiente paso que te ayudará.

Haz tus afirmaciones en tiempo presente. Puedes cantarlas, ponerles una melodía pegadiza para que se vayan repitiendo una y otra vez en tu cabeza. Recuerda que con tus afirmaciones no puedes influir en los actos de otra persona. Afirmar por ejemplo: “X persona está enamorado de mí”, es una de manipulación, es tratar de controlar la vida de otra persona. Por lo general tendrá un efecto de bumerang sobre ti: te sentirás muy desgraciad@ al no obtener lo que deseas. En cambio puedes decir: “Ahora me ama un hombre maravilloso, que es...”. Y enumera todas las cualidades que deseas que tenga tu amado, así como tu relación con él. De esta forma permites a tu Poder interior que te presente a la persona que cumpla todos esos requisitos, e incluso puede ser la X persona.
Tú no sabes cuáles son las enseñanzas espirituales que ha de aprender otra persona, y no tienes ningún derecho a entrometerte en el proceso de su vida. Ciertamente no te gustaría que otra persona hiciera eso contigo. Si alguien está enfermo, bendícelo, envíale amor y paz, no pidas que se ponga bien. Me gusta pensar que hacer afirmaciones es como encargar la comida en la “cocina cósmica”. Cuando vamos a un restaurante y se acerca el camarero a tomar nota de lo que deseamos, no lo seguimos hasta la cocina para comprobar que el chef reciba el pedido o ver cómo prepara el plato. Nos quedamos sentados bebiendo agua, conversando con nuestro acompañante o incluso comiéndonos el panecillo. Suponemos que están preparando la comida y que cuando esté lista nos la traerán. Lo mismo sucede cuando hacemos afirmaciones. Cuando encargamos lo que queremos a la “cocina cósmica”, el gran chef que es nuestro Poder Superior se pone a trabajar en ello. De modo que continuamos con nuestra vida sabiendo que están preparando lo que hemos encargado. Está en curso.

Está ocurriendo. Ahora bien, si te traen la comida y resulta que no es lo que has pedido, ¿qué haces? Si tienes amor propio, la devuelves. Si no, te la comes. También puedes hacer lo mismo con la cocina cósmica. Si no recibes exactamente lo que deseas, puedes decir: “No, no, no es eso; esto es lo que quiero”. Tal vez no te expresaste bien cuando hiciste tu encargo.

Aquí también se trata de dejar marchar, de liberar. Al final de mis tratamientos y meditaciones empleo las palabras “Y así es”. Es una manera de decir: “Poder Superior, ahora está en tus manos, a ti te lo dejo”. El tratamiento espiritual de la mente, es muy efectivo.

Continuará...

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 109 Volumén 2: Afirmaciones Positivas