Cómo ser Feliz: ¿Cómo te expresas? 6/8

Cómo ser Feliz: ¿Cómo te expresas? 6/8


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¿Cómo te expresas? 

La expresión es algo muy importante para nuestra convivencia. Cotidianamente utilizamos formas de expresión que poco a poco van destruyendo nuestra convivencia.

Moralizamos: "tu obligación es..."
Juzgamos: "estás actuando como un..."
Imponemos: "tú has de..."
Insistimos: "no ves que..."
Diagnosticamos: "lo que tú has de hacer es..."
Amenazamos: "como no hagas esto..."

Hemos de tener especial cuidado en no utilizar un tipo de comunicación que pueda herir la susceptibilidad de la otra persona.

Cuando hayamos de censurar, critiquemos el hecho pero nunca a la persona. No conviene identificar a las personas con sus conductas. También con mucha frecuencia hacemos de una conducta concreta una forma de ser global. No se puede generalizar.

Cuidemos la ambigüedad semántica. Según como hablemos mejorarán las relaciones con los demás. Párate a pensar cuál es tu forma de comunicarte con los otros. En el hogar, en el trabajo o con los amigos.

¿Sabes escuchar? 

Es difícil saber escuchar por eso, te recomendamos que contestes con un sí o un no a cada una de las siguientes preguntas:

1. ¿Aunque te imagines el final, escuchas sin interrumpir?
2. ¿Escuchas sin dar importancia a los factores externos del interlocutor?
3. ¿Juzgas antes de finalizar la exposición?
4. ¿Dejas que tu interlocutor acabe de hablar sin interrumpirle?
5. ¿Intentas escuchar entre líneas?
6. ¿Tratas de comprender lo que te dicen y por qué te lo dicen?
7. ¿Te concentras en lo que te dicen ignorando el entorno?
8. ¿Miras a los ojos de tu interlocutor?
9. ¿Cuándo hablas con otra persona, interrumpes lo que hacías?
10. ¿Escuchas con la misma atención a personas de distinto sexo o edad?

Suma las respuestas afirmativas. Si tienes menos de cinco, fatal. De cinco a siete, has de seguir intentándolo. Más de siete vas por el buen camino, pero no cejes en tu empeño.

Si oír es percibir los sonidos que nos rodean, escuchar es captar su sentido. El arte de escuchar está basado en tratar de entender lo que nos dicen y lo que no nos dicen.

Cuando te piden que escuches y empiezas a decir el porqué no deberían sentir de aquella forma, te estás metiendo con los sentimientos de la otra persona. Cuando te piden que escuches y empiezas a dar consejos, no haces lo que te han pedido. Escucha, porque a veces lo único que te piden es que escuches. Dar consejos es barato, los dan en cualquier programa de radio o de televisión. Cuando tú no sólo escuchas sino que haces algo por la otra persona, algo que ella podría hacer por sí misma, estás contribuyendo a su sensación de incapacidad. Por lo tanto, por favor, sólo escucha.

Finalmente, te haré una pregunta: ¿Verdad que te gusta que te escuchen?

¿Tratas de comprender a los demás? 

Las personas nos relacionamos bajo unas premisas que son válidas prácticamente para todos. Teniéndolo en cuenta, comprenderemos y nos entenderemos mejor.
Pensemos que toda persona debe tener en cuenta las siguientes cuestiones:
-Ha de ser tratada de acuerdo con su forma de ser
-Tiene una conducta que muchas veces no es lógica, es psicológica
-Desea mantener su integridad
-Tiende a repetir lo que tiene éxito
-Desea conocer los resultados de su propia actuación
-Acostumbra a realizar los juicios comparativos
-Presenta resistencias al cambio
-Percibe la situación a través de su óptica

Si nos paramos a pensar en cada una de estas premisas, y las tenemos en cuenta en nuestras relaciones del día a día, encontraremos motivos y explicaciones de muchas conductas de los seres que nos rodean.

Saber perdonar.- Hay dos enemigos viscerales del perdón, la incomprensión y el orgullo. Una gran parte de los sufrimientos que padecemos están originados en las ofensas que sentimos. Nada nos tendría que hacer sentir esta sensación. Por ello hemos de perdonar, mejor dicho, saber perdonar.

Si somos capaces de perdonar a los otros y querer entender sus elásticos de motivación personal, perdonaremos.

Si somos capaces de ser humildes con nosotros mismos, reconociendo nuestra propia imperfección, perdonaremos.

Hay personas que dice: "Te perdono, pero no lo olvidaré". Puede ser que no se olvide, pero si inicialmente se perdona de todo corazón, se ha de intentar olvidar.
Si te perdonas a ti mismo y perdonas a los otros, encontrarás la felicidad.

¿Cómo acaricias? 

¿Qué entendemos por caricias? Es el estímulo intencionado dirigido de una persona a otra. Hay diversas formas de acariciar: las caricias positivas que hacen sentir bien a quien las recibe y las negativas que nos hacen sentir mal. Las caricias condicionales que se dan a cambio de algo y las caricias incondicionales que son a cambio de nada.

¿Te has parado a pensar cómo son las caricias que das? ¿Y las que recibes? ¿Y las que buscas? ¿Y también hay caricias que rechazas?

Tenemos caricias de todos los tipos: condicionales positivas, condicionales negativas, incondicionales positivas e incondicionales negativas. Si las caricias son aquellas que nos hacen sentir bien, nos dan bienestar y nos acrecentan nuestra autoestima ¿Por qué hemos de economizarlas?

Reflexiona por un momento sobre todo ello y no olvides lo que sigue:
1. Da más caricias de las que corresponda.
2. Acepta las caricias positivas que crees que mereces.
3. Rehúsa las caricias negativas que crees no merecer.
Finalmente, un consejo: llénate cada mañana los bolsillos de caricias positivas y repártelas entre las personas de tu entorno. Los bolsillos nunca se vaciarán.

Continuará...