Cómo ser Feliz: Dar y recibir 5/8

Cómo ser Feliz: Dar y recibir 5/8


Dar y recibir

Decía Séneca que el mundo se compone de los que dan y los que reciben. Y que quizá los que reciben coman mejor, pero los que dan duermen mejor.

Es evidente que en un momento u otro de nuestra vida todos hemos recibido, sea dinero por nuestros servicios, o cariño, satisfacciones, disgustos, etc. Pero, ¿nos hemos detenido a pensar en cómo recibimos? Hay quien recibe obligando a quien le da, hay quien recibe con desprecio o hay quien lo hace con generosidad.

Ésta es precisamente la cualidad que nos ha de guiar cuando demos en lugar de recibir. Todos, en un momento u otro, hemos dado. En distintas ocasiones y por diferentes motivos, unos más y otros menos. Hemos dado amor, comprensión, consuelo, paciencia, favores, resignación, disgustos, trabajo, etc.

¿Has sentido satisfacción cuando has dado, sin esperar nada a cambio? La generosidad provoca satisfacción, practícala.

Cómo ser Feliz: Dar y recibir

La escuela de la vida

Escuchar, mirar, hacer. Tres asignaturas pendientes que nunca tendremos aprobadas en esta escuela de la vida por la que todos pasamos, pero que sólo algunos aprovechan.

¿Eres de las personas que escuchan o de las que oyen? Escuchar es ir más allá, es querer comprender, salir de uno mismo para entrar en el otro, en definitiva, es desarrollar la cualidad de la empatía.

¿Miras o ves? Todos vemos cuando se presenta a nuestro alrededor, pero tan sólo algunos miran con afán y curiosidad. Observa con detalle. Que no se te escape nada.

En cuanto al hacer, cada persona tiene sus gustos. Hagamos lo que sea, pero hagámoslo con el espíritu crítico positivo que nos ayudará sin duda a reconocer los propios errores.

Yo te diría más. En esta escuela de la vida podrás aprender de todos, unos como modelo y de los otros lo que no has de hacer.

¿Actúas con asertividad?.- La asertividad se basa en una filosofía de responsabilidad individual que nos hace ser conscientes de nuestros derechos y de los de los demás.

Ser asertivo es ser honesto con uno mismo y con los otros. Ser asertivo no es ser sumiso ni agresivo. Es saber decir sí y saber decir no, cuando convenga, sin temor al que dirán.

Es mostrar las emociones auténticas de alegría, tristeza, miedo, afecto, enfado. Es ser capaz de expresar y mantener una opinión distinta a la de la persona o personas con las que estamos hablando.

Una persona asertiva sabe pedir lo que necesita sin temor, sabe admitir los propios errores tanto privada como públicamente, sin temer por ello a la desvalorización de los demás. Sabe disculparse cuando ha ofendido a alguien o cuando ha cometido un error. También sabe aceptar los elogios.

Con todos estos datos que te proporciono, analiza si realmente eres una persona asertiva.

¿La culpa es de los otros?

¿Eres de las personas que piensan que en general la culpa es de los otros?

El re-aprendizaje no se ha de limitar únicamente a una manera de encontrar solución a los problemas. Ni tampoco a cómo comportarnos en determinadas situaciones.

Ha de centrar toda nuestra atención en identificar y corregir los errores de nuestro propio comportamiento. El re-aprendizaje ha de despertar la introspección, ya que su eficacia depende de la manera de razonar que tenemos las personas, sobre nuestra forma de ser y hacer. Esto comporta evitar posiciones defensivas, dejando de lado la autocrítica (es decir, dando la culpa a los otros).

Para que el re-aprendizaje sea eficaz, hemos de considerar críticamente nuestro comportamiento y empezar el camino del cambio.

Para ello hemos de empezar analizando nuestra forma de ser.

Cuestionario de reflexión

Te sugiero a continuación un cuestionario para reflexionar sobre tu persona. Toma papel y lápiz y contesta con sinceridad las siguientes cuestiones:

1. Tres defectos que te definan
2. Las tres cosas que más te gustaría hacer
3. ¿Qué es lo que haces mejor?
4. ¿Qué es lo que menos te gusta hacer?
5. Tu cualidad más importante
6. ¿Cuáles son tus tres valores más importantes de la vida?.¿Qué recuerdo te queda más destacado de tu padre?
8. ¿Qué recuerdo te queda más destacado de tu madre?
9. ¿Qué recuerdo te ha quedado de la escuela?
10. ¿Eres feliz?

A continuación, medita sobre las respuestas que has escrito.

El método de la silla vacía.- Si quieres profundizar en tu forma de ser y en su relación con tu infancia te sugiero el "método de la silla vacía". Has de instalarte en un lugar cómodo y tranquilo, sin que nada ni nadie pueda perturbar el silencio y la paz.

Coge dos sillas, una de ellas es para que te sientes cómodamente. En la otra, colocada frente a ti, sienta imaginariamente a tu padre o a tu madre. Se trata de mantener un diálogo con alguno de tus progenitores, ausente en este momento, pero presente en tu imaginación: a través del cual podrás analizar y quizá llegar a descubrir los porqués de tal o cual vivencia o comportamiento, que en tu infancia dejó un mal recuerdo, o bien un peso que llevas en tu mochila.

Cada una de las preguntas que le formularás y cuyos temas te voy a indicar a continuación, se las has de hacer pensando que está allí, frente a ti.

Piensa cuál era su opinión respecto a estos temas qué te hubiera contestado si estuviera presente. Respóndete.

Temas de preguntas a formular:
-Educación
-Sexo
-Trabajo
-Dinero
-Libertad
-Valores morales
-Normas sociales
-Amistades
-Algún otro tema de especial interés

Ahora hazte estas preguntas a ti mismo:
¿Crees que algunas de las opiniones de sus respuestas están influyendo actualmente en tu vida cotidiana?, ¿cuáles son tus sentimientos actualmente?, ¿hay un paralelismo con tu infancia?

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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 76 Volumén 2