Síguenos en nuestro canal de WhatsApp“Cuando te traicionan, te transfieren a un nivel de energía superior”
La traición es una prueba de confianza hacia Dios...
A veces sólo a través del dolor cambia el foco de atención de una persona y se abre una nueva realidad, nuevas posibilidades...
Una persona se libera para poder seguir adelante.
Al alejarse del viejo programa de vida, se abren al mismo tiempo nuevas posibilidades.
Cada vez que una persona experimenta el punto extremo del dolor, se le abre también la máxima gracia.
Si se vive el dolor físico - se abre la guía astral, si se vive el dolor emocional - se abre la guía mental.
La decepción mental abre una salida espiritual, respectivamente la decepción espiritual conduce a mundos más sutiles y así interminablemente.
Muchas personas a menudo y durante mucho tiempo se cuelgan en alguna situación, imagen y sólo a través del dolor y el sufrimiento es posible cambiar su foco de atención a una gama más amplia de objetividad vital.
¿No sufrir? Es imposible, porque esta condición está puesta en el ADN del ser humano por el Creador para el ascenso del Alma y su desarrollo activo, adquiriendo la experiencia correspondiente.
Cada vez que una persona quiere elevarse, revelar su esencia interior, pierde algo, pero gana muchas veces más, y no siempre se da cuenta de inmediato, a veces después de un tiempo. ¿Por qué ocurre esto? Es el proceso de elegir entre el pasado y el futuro.
Miedo a perder algo cómodo, familiar, conocido, tan claro y sencillo. Al mismo tiempo, siempre hay que elegir: miedo o amor. El miedo aprieta, frena, prohíbe, mientras que el amor crea, permite, expande, da.
Si una persona no confía en Dios, si no hay fe viva, empieza a jugar consigo misma. Construir tareas estratégicas que no están coordinadas con el programa del Creador conduce a la decepción en el sentido de la vida.
Una persona sueña con controlar cada día, las situaciones, las personas, los destinos y empieza a sufrir de nuevo cuando los planes se destruyen, cuando todo ocurre no como él ha planeado.
Una persona se ve así prácticamente obligada a coger un lienzo y pintar y plasmar la vida de un modo nuevo, pero vuelve a experimentar miedo, tensión, ansiedad, nerviosismo y decepción.
Por eso es imposible no sentir dolor mientras haya ataduras, haya convenciones, pero no haya confianza en Dios y en la providencia divina.
Por eso, la traición es una prueba de confianza en Dios, en el Yo Superior, en las Fuerzas Superiores, en el Universo, porque al final, por regla general, el miedo debe dar paso al amor y a la aceptación.
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