Llega un momento en la vida en que todos y cada uno de nosotros nos sentimos heridos, ofendidos o apartados pensando que la vida no nos ha tratado con justicia.
La mayoría de las veces, en estas situaciones difíciles, adoptamos el papel de víctimas, compadeciéndonos de nosotros mismos.
Simplemente nos damos por vencidos en lugar de comprender que, sea lo que sea lo que nos ha ocurrido, ha creado una oportunidad para transformar por completo nuestra personalidad y nos está dando la oportunidad de aprender, de una vez por todas, una valiosa lección y seguir adelante.
En realidad, atraemos a las personas situaciones y problemas a través de los cuales necesitamos aprender algo; a través de los cuales nuestra mente y nuestra alma evolucionan más. Cada persona que conocemos es un gran maestro para nosotros.
Hay una gran historia sobre un Alma que tenía que elegir las mejores lecciones para aprender en la próxima reencarnación, así que decidió aprender sobre el perdón. El Alma fue a las otras Almas que también estaban tratando de prepararse para su próxima encarnación y les pidió que les ayudasen a aprender las lecciones.
Una de las Almas aceptó tomar el papel de tu pareja, quien ocasionalmente era violento y ofensivo, hiriendo tus sentimientos, para que aprendieras a perdonarlo. Otra Alma aceptó ser la madre que no comprendía a su hija y omitía su desarrollo como persona humillándola para que ella aprenda a perdonar a su madre. La siguiente Alma tomó el papel de una mejor amiga que la defraudó en una situación difícil sólo para que, de nuevo, le enseñe a perdonar, y así sucesivamente.
Al igual que el Alma, venimos a la Tierra para aprender lecciones valiosas como el perdón, la paciencia, la tolerancia y el amor. Diversas personas y situaciones vienen a nosotros para ayudarnos en nuestro aprendizaje. Por desgracia, cuando nacemos no recordamos las lecciones que hemos elegido aprender, así que a las personas que nos ponen en situaciones difíciles y nos hacen daño, solemos verlas como nuestros enemigos cuando en realidad son ayudantes y maestros.
Por favor, recuerda esto cada vez que te sientas víctima de ciertas personas y circunstancias y ten en mente que fuiste tú quien invitó a esta persona a tu vida y te pusiste en esta situación sólo para aprender una valiosa lección. Estas personas no son tus archienemigos; sólo están interpretando su papel, del mismo modo que tú interpretas tu papel en la vida de otra persona.
Así que te sugiero que hagas una lista de todas las personas que te han hecho pasar malos ratos, te han herido y te han hecho sentir desdichado, y que las mires desde este punto de vista recién adquirido.¿Por qué te las enviaron? ¿Qué te enseñaron? ¿Qué lección te han dado? Y si todavía no has aprendido esta lección, ahora es el momento perfecto para hacerlo.
En tus pensamientos inclínate ante cada persona y situación de esta lista; acéptalas con el corazón lleno de amor; perdónalas y déjalas marchar en paz y con profunda gratitud. En primer lugar, da las gracias a tus padres, que fueron tus primeros maestros en esta vida; después, a tus hermanos y hermanas, cónyuges e hijos, amigos, jefes, vecinos...
Sigue dando las gracias hasta que el sentimiento de gratitud y comprensión por la lección que te han dado no te haya colmado por completo, liberando tu alma de todo lo negativo.
Créeme, cuando experimentas a cada persona de tu vida como un maestro, la vida se vuelve mucho más fácil, porque ¿no es una estupidez estar enfadado con tu profesor en la escuela porque reprobaste, cuando fuiste tú quien no aprendió la lección?
Al igual que el Alma, venimos a la Tierra para aprender lecciones valiosas como el perdón, la paciencia, la tolerancia y el amor. Diversas personas y situaciones vienen a nosotros para ayudarnos en nuestro aprendizaje. Por desgracia, cuando nacemos no recordamos las lecciones que hemos elegido aprender, así que a las personas que nos ponen en situaciones difíciles y nos hacen daño, solemos verlas como nuestros enemigos cuando en realidad son ayudantes y maestros.
Por favor, recuerda esto cada vez que te sientas víctima de ciertas personas y circunstancias y ten en mente que fuiste tú quien invitó a esta persona a tu vida y te pusiste en esta situación sólo para aprender una valiosa lección. Estas personas no son tus archienemigos; sólo están interpretando su papel, del mismo modo que tú interpretas tu papel en la vida de otra persona.
Así que te sugiero que hagas una lista de todas las personas que te han hecho pasar malos ratos, te han herido y te han hecho sentir desdichado, y que las mires desde este punto de vista recién adquirido.¿Por qué te las enviaron? ¿Qué te enseñaron? ¿Qué lección te han dado? Y si todavía no has aprendido esta lección, ahora es el momento perfecto para hacerlo.
En tus pensamientos inclínate ante cada persona y situación de esta lista; acéptalas con el corazón lleno de amor; perdónalas y déjalas marchar en paz y con profunda gratitud. En primer lugar, da las gracias a tus padres, que fueron tus primeros maestros en esta vida; después, a tus hermanos y hermanas, cónyuges e hijos, amigos, jefes, vecinos...
Sigue dando las gracias hasta que el sentimiento de gratitud y comprensión por la lección que te han dado no te haya colmado por completo, liberando tu alma de todo lo negativo.
Créeme, cuando experimentas a cada persona de tu vida como un maestro, la vida se vuelve mucho más fácil, porque ¿no es una estupidez estar enfadado con tu profesor en la escuela porque reprobaste, cuando fuiste tú quien no aprendió la lección?
Por Alma Consciente
⚠️ Amigo lector: ⚠️ Usa siempre tu discernimiento, escucha tu corazón al leer un mensaje, sólo considera aquellos que te hagan vibrar, si alguno te molestara, deséchalo, sigue tu verdad interna
👍 COMPARTE lo positivo {+} en tu red social favorita 💡 ¡Asegúrate de guardarlo en tu tablero de Pinterest! Aprende a expandir tu consciencia y observar los cambios positivos en tu vida! Si llegaste hasta aquí, muchas gracias por leernos.