✨Hay que sanar...

✨Hay que sanar...


Tuve que alejarme para sanar, porque eso hacemos los valientes, SANAR.

Sanar para no repetir los mismos errores.

Sanar para no matar mundos ajenos.

Sanar para no ensuciar otros corazones.

Sanar para no herir.

Sanar para no dar amor a medias.

Sanar para no ser conformista.

Sanar para darme cuenta que las flores crecen en los jardines y no en el desierto.

Sanar para no autodestruírme.

Sanar para limpiar mis adentros.

Y aunque mi garganta cargaba miles de nudos.

Y aunque creía casi imposible dejar viejas costumbres, quise sanar, porque eso hacemos los valientes.

¡Perdonar!
¡Soltar!
¡Amar!
¡Sanar!

Hay que sanar

Me falta mucho, el Universo sabe que todavía me falta, pero día a día voy quitando de mi piel aquello que me hizo sufrir.

Lo estoy haciendo...

Lo hago...

Sigo sanando por la persona más importante

de mi vida. ¡Sigo sanando por MÍ!

Las heridas emocionales son una especie de "lesión" afectiva que nos impide llevar una existencia plena.

Su huella es tan profunda e inconsciente que incluso nos dificulta las relaciones interpersonales .También nos incapacita para afrontar los problemas con mayor soltura y resistencia.

¿Por qué nos saboteamos cuando estamos a punto de lograr lo que más deseamos?

¿Porque nos cuesta tanto trabajo decidir?

¿Porque dejamos cosas inconclusas?

¿Porque somos incapaces de reconocer y sostener relaciones con las personas que nos hacen bien?

¿Por qué permanecemos en relaciones tóxicas aun siendo conscientes?

La mayor parte de nuestros resultados de no-éxito están relacionados con la percepción o la interpretación que le dimos de niños a la relación que tuvimos con nuestros padres o personas que representaban autoridad o modelos a seguir.

Conocer la o las heridas que nos afectan es fundamental para poder sanarlas y trascenderlas... evitando así que la historia se extienda a nuestra descendencia,

Estas heridas son:
- Rechazo
- Abandono
- Humillación
- Traición
- Injusticia

Para vivir libre es necesario conocerse a uno mismo, y no me refiero a nombre y apellidos, a qué me gusta desayunar o a qué es lo que deseo o no hacer. Más bien, me refiero a esas partes que tanto nos cuesta mirar y que tanto nos duelen cuando los demás cometen la osadía de señalárnoslas.

¿Qué es eso que tanto daño nos hace? ¿A qué nos resistimos? A la envidia, a la soberbia o a la cobardía. Estas son cualidades que todo ser humano posee, que algunos niegan y que otros muchos rechazan.

No obstante, girar la cara ante lo que forma parte de nosotros no evitará que siga estando allí. Conocerse a uno mismo no es fácil, pero tampoco imposible.

Conócete a ti mismo (Nosce te ipsum, tal y como ponia en el Santuario de Apolo en Delfos) y conocerás todo el Universo y a los dioses. Conocerás tus luces y tus sombras.

No obstante, conocerse uno mismo es la base para desarrollar todo el potencial humano que llevamos dentro de nuestro ser. Todos somos diferentes, no obstante, todos tenemos la capacidad de dar al mundo algo que los demás no pueden. Conócete a ti mismo y descubrirás qué es.

¿Y tú, vas al encuentro y reconocimiento contigo y de ti mismo/a, o evitas ese encuentro proyectando todas tus sombras en los demás?

👍  COMPARTE lo positivo {+} en tu red social favorita 💡 ¡Asegúrate de guardarlo en tu tablero de Pinterest! Aprende a expandir tu consciencia y observar los cambios positivos en tu vida! Si llegaste hasta aquí, muchas gracias por leernos.

📚 Otros están leyendo...


Desconozco el autor

Vía Scribd