Las relaciones interpersonales son complicadas, no sólo cuando se trata de la pareja sino en cualquier ambiente; por eso hay que tener mucho cuidado al momento de escoger a las amistades. Existen personas que, lejos de buscar compañía desinteresadamente, se dedican a manipular y a sacar provecho de otros.
La amistad y el amor de pareja suponen una relación de “dar y recibir”, pero hay gente que busca ejercer control sobre otros, aprovechando la bondad de éstos para lograr el éxito sin esfuerzo alguno pero con todo el reconocimiento. Amistades y parejas de este tipo decepcionan, traicionan, defraudan y se convierten en una pesada carga.
Al principio muestran un rostro amigable, fingen empatía y envuelven a sus víctimas para obtener de ellas atención, lástima y apoyo, pero nunca están dispuestos a dar lo mismo en los momentos complicados. ¿Cómo reconocer sus verdaderas intenciones? A continuación te mostraré algunas conductas propias de controladores y manipuladores. ¡Libérate de la gente que te quita energía y tiempo!
1. Mienten con frecuencia
Son muy hábiles para mentir, acostumbran torcer las palabras de su víctima para usarlas a su conveniencia y sus justificaciones son muy convincentes. Inventan historias e incluso son deshonestos con sus propios gustos y sus responsabilidades, para “quedar bien” ante los demás y ganar la confianza de la persona a la que buscan manipular.
2. Halagan demasiado a su víctima
Esto lo hacen para agradar a los demás; tratan de ser siempre amables, empáticos, y se muestran amigables al escuchar lo que el otro tiene que decir. Hacen halagos de forma excesiva aunque tengan poco de conocer a una persona. De esa manera puedes identificar que sus intenciones no son buenas, ya que además insisten en hacer favores no solicitados.
3. Presiona a otros a través de la culpa
Primero comienza a mostrarse muy amable y servicial, pero todo tiene un precio, y cuando lo cree más conveniente comienza a señalar o a “echar en cara” de manera indirecta que ha hecho mucho por su víctima; así ésta se siente presionada para devolver esos favores. El manipulador lo hace para que el otro piense que ayudarlo ha sido su idea, y no resultado de su enfermizo juego de poder.
4. Participa en chismes y exagera la realidad sin remordimientos
No se toca el corazón para hablar mal de otros, inventa mentiras para engrandecerse ante los demás y humilla a sus víctimas ausentes. ¡Cuidado!, ten por seguro que hace lo mismo contigo cuando no estás. Esto se debe a su baja autoestima y al miedo al rechazo.
5. Se altera si no pueden ayudarle
Estas personas no aceptan un “no” como respuesta; cuando su víctima no puede darles la ayuda solicitan toman una actitud de indignación, tristeza o reclamo. Usan frases como: “¿Pero por qué? ¿No ves que te necesito ahora?”, “¿Pero por qué? Yo nunca te he pedido nada”, “Pero el día que me necesitaste ahí estuve”, entre otras.
6. Responsabiliza a otros de sus errores
Cede a otros la toma de decisiones para no responsabilizarse de las consecuencias, así siempre tiene a quien culpar. Sin embargo se cuelga del éxito ajeno; si triunfa algún proyecto lo contará como si fuera idea suya.
7. Es sumamente egoísta
Vive pensando en sus necesidades, la única manera en la que “ayuda” a otros es para atarlos y pedir algo a cambio, en mayor medida de lo que aporta. Siempre habla de sí mismo, de sus logros, y no opina para ayudar sino para destruir; en una charla parece que sólo espera su turno para hablar sin poner atención a lo que el otro le dice.
¿Cómo poner un alto a las personas manipuladoras?
A continuación te damos algunos consejos para liberarte de estas personas tóxicas.
Aléjate de esa persona
De preferencia pon tierra de por medio. Las personas manipuladoras son víctimas de su propia inseguridad. Deben ser conscientes de su conducta negativa y de ellos debe llegar la voluntad para cambiar. No sigas su juego, ignora sus intentos de manipulación y no aceptes su ayuda; pues cuando estas personas hacen algún regalo, lo único que buscan es comprometerte ante sus peticiones.
Pon límites
Reconoce que tienes derecho a decir “no”, y que no necesitas explicar con detalle el porqué de tus decisiones, simplemente libérate de la culpa y dile al manipulador que no puedes estar sujeto a su voluntad, pues tienes asuntos personales que atender.
No eres responsable de los asuntos ajenos
No permitas que el manipulador te haga sentir responsable de sus fracasos. Las decisiones son responsabilidad de cada quien, y no debes asumir las consecuencias de actos ajenos.
Habla de frente y sé directo
Obliga al manipulador a que asuma la responsabilidad de lo que expresa y habla. Generalmente lo hace en plural (“estaban diciendo”, “algunas personas piensan que...”), pues así evita responsabilidad por sus palabras.
Procura tú hablar en primera persona y lo obligarás a que haga lo mismo; así podrás confrontarlo sin ser agresivo y lo sacarás de su juego. Por ejemplo: “Siento que me estás diciendo esto… ¿o a qué te refieres TÚ?” Es muy importante que uses los pronombres, así no tendrá más remedio que exponer su opinión directamente. Si trata de evadir la pregunta enfréntalo de distinta manera: “Pero yo quiero saber lo que TÚ piensas al respecto”, eso lo hará sentirse vulnerable y verá que su juego de manipulación no funciona contigo.
No guardes rencor a quienes padecen este mal, pues detrás de las personas difíciles siempre habrá historias de dolor, tristeza y cientos de inseguridades que aún no han sido superadas. Trata de comprender su sufrimiento pero no te enganches, y tampoco permitas que tu vida se vea afectada por ello.
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Fuente: Vuntu.net