Cómo detectar a un falso amigo

Cómo detectar a un falso amigo



"La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando la gente se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde."
"Miguel de Cervantes"

Muchas veces es francamente difícil diferenciar un bolso auténtico de un bolso de imitación. Tienen  la misma forma, el mismo color, el mismo tacto, la misma costura, las mismas medidas, incluso se han preocupado en afinar con la etiqueta de la marca. Pero hay pequeños detalles que los delatan con el tiempo.


El bolso de imitación se destiñe de una forma poco habitual cuando se moja o está expuesto al sol, los departamentos interiores para guardar tus cosas más intimas se descosen y te causan incomodidad, e incluso la cuerda que utilizas para colgártelo al hombro ya no es tan confortable como al principio.

Y qué vas a hacer. Podríamos decir "que te la han dado, pero que muy bien". Aun así lo sigues llevando porque te da pena tirarlo y todavía es "mono", aunque jamás lo llevarás más a un acto importante.

Lo mismo pasa con las relaciones con los falsos amigos.

Parecen perfectos para ti y tus circunstancias, pero no sabes porque extraña razón con el tiempo te van causando más incomodidad y quebraderos de cabeza de lo que se espera de alguien con el que debes compartir conversaciones interesantes. Parecen desteñirse con el tiempo.

Empieza a ser raro no discutir por tonterías, y no sentir tensión por determinadas reacciones. Sólo te pasa con esa persona y lo piensas desde mucho hace tiempo. Su comportamiento deja que desear, pero tú no quieres abrir los ojos del todo. Ir descartando amigos por la vida no es del agrado de nadie.

Vamos a darte algunas orientaciones sobre las falsas copias, en su "versión amigo del alma" que puede que te suenen.

¡Ojo! son muy sutiles y quizás creas que no son para tanto, pero tómalas en cuenta antes de que tus sentimientos se desborden completamente, como pasa con todas las cosas que caen desde un falso bolso por haberse roto por sus malas costuras. Era algo que sabías que más tarde o más temprano iba a pasar pero dejaste en beneficio a la duda.

Pero no hay duda. Si tu amigo presenta estas conductas, ve metiendo el bolso en el trastero y su número a la lista de contactos de "no deseados". O formatea todo, si lo cumple a rajatabla.

Allá vamos:
-Tu amigo parece encantado de hablar contigo, sí, pero siempre mal de otras personas. No deja títere con cabeza y en lugar de echar nubes de algodón por la boca echa veneno, del mortal.

Curiosamente con esa persona que critica parece llevarse genial cuando sales, de vez en cuando le suelta un cumplido. Claro, la persona en cuestión se encuentra delante.

-No habla de ideas, habla de personas. Habla de lo que le pasa constantemente. Es imposible entablar una conversación que no derive en analizar pormenorizadamente la vida de los demás comparándola con la suya.

No es sincero con sus sentimientos, por ello tú no lo entiendes,  se hace un lío, y tú más. Al final parece adoptar una actitud defensiva "por no estar entendiéndolo". Es agotador.

-Tu historia no es para tanto. Dice que te entiende, pero tú no necesitas eso, ni sobrecargarlo , sólo quieres comentar tu situación y que te escuche.

-Te dice que hay que alegrase y ser positivos, pero no lo aplica. Es decir, por no reconocer algo que le está doliendo, lo disfraza de falsa fortaleza que se desmorona en cuanto haces algo divertido. O descontrola, o está cansado, o el sitio al que lo has llevado es una lata. Otro punto a señalar en lo inútil que eres en esto de la amistad.

-Te hace comentarios fuera de tono" el mío estaba mejor" "eso ya lo hice yo" "ya pero yo también he pasado por eso" "no es para tanto…." su nivel de madurez es de 100 y el tuyo de 0. Dice que quiere ayudarte pero hace pocas cosas prácticas para ello.

Le da una importancia excesiva a las relaciones sociales, siempre quiere ayudar a todo el mundo, pero cuando lo hace se siente saturado. No sabe decir no, y para cuando son cosas serias parece titubear.

-Te dice que tienes muchas virtudes cuando estás en un momento bajo, le encanta estar contigo….pero no te atrevas a subir de nivel en cualquier campo. Ya pasaremos a las frases desmotivadoras, a "eso siempre sale mal" o "sé realista". Está contigo a las malas, pero no parece disfrutar cuando te encuentras en las buenas.

-No tiene sentido del humor, o al menos, el tuyo. Te encanta reír y si le comentas algo gracioso te dirá "pues no le encuentro la gracia". Ya no sabes de que hablar.

Te pregunta cosas sobre otros amigos tuyos y familia, y parece que con la intención también de juzgarlas. Ya a eso te niegas, pero es insistente, le gusta saber detalles que no le incumben.

-Repite las mismas historias una y otra vez. Como si perdiera la noción de a a quién se las ha contado o no.

- Ante varias personas ves que llega a decir: "Esto es un tema muy delicado, ¿pero no digas nada vale?".

Desde luego, no es un modelo de actuación ante los demás. Si no lo contara, no habría que pedir confianza a los demás.

-No existen los debates de política o religión. Ya tiene preparada una frase sentenciadora para acabar y quedarás como el loco que saca temas peliagudos. Te había parecido indignante esa noticia del periódico, pero acabas todavía más indignado con su actitud.

Es desagradable. Se queja, y es poco cariñoso. Tiene una enorme dificultad para decirte un te quiero o darte un abrazo. -Dice que es muy fuerte y que ha pasado por muchas cosas, pero eso no debe ser razón para descalificar tus propias preocupaciones, más cuando tú lo has escuchado en cualquier tipo de situación, por muy "light" que a ti te pareciese.

- Pero ya has llegado a un punto en que no puedes más, le comentas que hay que mejorar la relación. Se sorprende pero quedas con la idea de propósito de mejora. Te sientes culpable por comentarle estos problemas a alguien cercano porque no se debe hablar a las espaldas de un amigo.

Has llegado tarde. Ya hay demasiadas cosas que no te cuadran… tiras del hilo y ¡PUM!

Ha hecho caldo con tu persona con amigos y conocidos de la forma más rastrera. Con las mentiras más surrealistas. Y con las burlas más hirientes. No ha dejado ni una gota de ti a salvo.

Aunque de herir poco. Tú, ni sientes pena. Ahora esta persona estará temiendo que otros tiren del hilo y que tú no hables. No debe preocuparse.

Ante personas así, no hay que malgastar más ni un minuto de tu tiempo. Tú te has quedado en la gloria y él o ella con su lengua viperina.

Trato hecho. Hubiera firmado desde el principio, pero nunca me advirtieron así.

¡Toma nota!