Juntando las Piezas: Sueña y cree

Juntando las Piezas: Sueña y cree


“Una vida larga, saludable y feliz es el resultado de hacer contribuciones, de tener proyectos importantes que sean emocionantes  personalmente y contribuir y bendecir la vida de los demás”  -Hanse Seyle

LA PRÁCTICA QUE FUNCIONA

Desdeel capítulo 169 hemos reflexionado sobre puntos fundamentales, que muchas veces conocemos pero a los cuales no damos, importancia suficiente por considerarlos meros consejos.

La verdad es que estos puntos están relacionados con leyes naturales tan consistentes como las leyes de la física, de la química o de las matemáticas. No son apenas consejos cuyo valor depende de cómo ve cada uno la vida y que pueden incluso no tener ningún valor.

Estos puntos son tan fundamentales que de ponerlos o no en práctica va a depender tu éxito o tu fracaso, tu vida o tu destrucción, tu realización o tu malogro.


Juntando las Piezas

BASE DE LA VISUALIZACIÓN CREATIVA

Imaginemos a un agricultor que sueña en tener éxito, o sea, en obtener una gran cosecha.

¿Qué pasos tiene que dar para conseguir lo que quiere?

1- Tiene que decidirse a sembrar en su tierra (decisión).

2- Tiene que escoger la semilla cuyo fruto irá a cosechar más tarde (objetivo definido)

3- Tiene que ir y sembrar la semilla (creencia y acción)

4- Tiene que esmerarse con cariño para que la semilla reciba el alimento.

5- Después del tiempo conveniente obtendrá con naturalidad lo que quería (objetivo alcanzado después del tiempo conveniente).

Ahora imagina lo siguiente: Ese agricultor nuestro está acariciando el sueño de una gran cosecha, pero, para empezar, no sabe que decisión tomar, no para de preguntarse si será mejor sembrar o usar su capital para una construcción. Esta duda, aparentemente tan sencilla y sin importancia, de hecho mantiene bloqueada toda su energía creadora y paraliza cualquier forma de acción.

Si esa duda se prolonga a lo largo de los días y de las semanas va a perder tiempo y dinero, y tal vez hasta la posibilidad de sembrar ese año, pues habrá pasado la época propicia para la siembra de la semilla en cuestión.

Date cuenta de la importancia de la decisión: Es esta la que desencadena la energía creadora.

Supongamos que el hombre ya ha tomado la decisión de sembrar. Ha dado un gran paso. Pero no sabe que semilla sembrar. Le gustaría sembrar judías, pero también le parece interesante sembrar guisantes o lentejas... Resuelve sembrar judías y lo hace, pero al día siguiente se levanta pensando que habría sido mejor sembrar guisante. Remueve la tierra, retira las judías y siembra guisantes. A la tarde, cambia de opinión y repite toda la operación: recoge los guisantes y siembra las lentejas… Si esa duda sobre la semilla persiste por mucho tiempo, no sólo habrá perjuicio y enorme desgaste humano. La energía creadora se verá en la imposibilidad de realizar su trabajo.

Esto muestra cuan importancia es tener un objetivo bien definido.

El agricultor debe sentirse efectivamente motivado para la siembra de una determinada semilla.

Objetivo claro y motivación suficiente.

Sólo cuando el agricultor se haya decidido a sembrar, cuando haya escogido la semilla y la haya sembrado, la cosecha estará de hecho en el camino.

Los pasos siguientes serán abonar, regar, cuidar con cariño lo que fue sembrado. Haciendo eso, el fruto vendrá de acuerdo con los planos.

Pues bien, es exactamente eso, todo eso, lo que debemos hacer en relación a cualquier cosa que queramos en la vida.

Decidimos a querer otra cosa. ¿Estas decidido a querer algo en la vida o prefieres continuar sin saber si realmente quieres alguna cosa? Mucha gente no llega a una decisión porque acaba viendo siempre el lado negativo de las cosas que querrían: Seria óptimo tener dinero, pero… ¡cuantos problemas me traería! Tendría que aplicarlo, sería observado con envidia aparecerían los ladrones…

Es mejor que todo continúe como está y… Dios dirá (¡!¿?).

Hay personas que están cursando estudios una determinada facultad sin tener ninguna afinidad con ellas. Se siente mal en esos estudios, pero no se deciden a parar o cambiar de curso porque se sienten inseguras con relación a lo que podría ocurrirles después. Dejan correr las cosas: "¿Quién sabe, más tarde?"… Hay personas que no se sienten bien en su profesión o en su familia, pero tomar una decisión les produce pavor, pues… "¿y después?"

Es mejor dejar las cosas como están… Puede ser que cambie la situación.

Decídete a querer algo, y después escoge lo que quieras.

Después que hayas dado estos pasos, sueña, imagina, con libertad lo que quieras, imagina las satisfacciones que eso te va a proporcionar.

SUEÑA Y CREE

Imagínate en la posesión de lo que te has propuesto como objetivo, sin miedo, sin límites, sintiéndolo emocionalmente, con la convicción de que ya lo has alcanzado.

Si te resulta difícil imaginarlo, dibuja, fotografía, escribe, pon el objetivo delante de ti, tantas veces cuantas puedas. Vive las emociones que te produce ese objetivo y cree que estas en el camino de la realización plena.

Hay personas que sueñan con una vida mejor, con un mundo mejor, y llegan a emocionarse pensando, imaginando lo bueno que sería todo eso… pero no creen que esas cosas puedan llegar a ser una realidad de hecho.

Les falta la fe, les falta creer que es posible un cambio.

Para ser más exactos, ellos tienen, si, una fe, la que les hace creer que es algo imposible e irrealizable eso que están imaginando y que les parece maravilloso.

Muchas veces estas personas se juzgan poseedoras de una actitud positiva, piensan que están haciendo lo que los libros de "pensamientos positivos" aconsejan hacer… pero, en realidad suponen que esas cosas no sirven para su caso particular.

Y así llegan a la conclusión equivocada de que tales cosas no funcionan.

Les falta algo fundamental: Creer que el objetivo es posible y que ya están en camino de realizarse.

Muchas veces, también, el fallo de estas personas está en que les gustaría que las cosas ocurriesen como las imaginan, pero no consiguen decidirse a quererlas, por miedo, por inseguridad, por falta de convicción, por ciertas dudas, etc.: ¿Sería realmente mejor que cambiase mi vida? Parece que sí, sueño con una vida diferente y me siento muy bien, pero… ¿puedo permitirme este cambio? ¿Puedo darme el derecho a ser feliz? ¿Y los demás?

La duda y el miedo hacen que no consigamos el cambio a pesar de agradarnos la idea de ese cambio y de imaginarlo con fuerza. La razón de esto está en que, en el fondo, no queremos, no aceptamos ese cambio.

Nos sentiríamos culpables si lo efectuásemos y esto, debido, en la mayoría de los casos, a ideas equivocadas recibidas a través de la educación. Hay una lucha entre lo que se quiere y lo que está permitido querer, entre lo que resulta agradable y lo que está prohibido…

Esta lucha interior bloquea la energía, produce en nosotros: tensión, desgaste, desaliento, irritabilidad, nerviosismo sin razón aparente, y hace que nos sintamos presos, sin alternativa posible.

La lucha interior representa una falta de unidad en nuestro ser y esa falta de unidad trae siempre, como consecuencia, el sentimiento de culpa, la autodestrucción y la ausencia de realización.

La pieza fundamental para conseguir la armonía de nuestro ser es perdonar y complacerse, amarnos a nosotros mismos y sintonizar con los demás, perdonándoles y amándoles. Sólo así tendremos energía para materializar nuestros objetivos.

En la medida en que consigamos estar en armonía con nosotros mismos, con la creación, con el cosmos, en esa misma medida tendremos a nuestra disposición la energía necesaria para lo que queremos. La abundancia será nuestra herencia.

Continua...

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Ver capítulos anteriores del Taller de Autoestima

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 274 Volumén 2: Juntando las Piezas