Ley de Atracción: Atrévete a querer

Ley de Atracción: Atrévete a querer


Paso tres: encuentra el sentimiento que provoca tu "quiero".

Esa válvula mágica

Una de las mejores formas que he oído para describir la energía de "sentirse bien" es la analogía con una válvula o un grifo, semejante a los de una manguera para incendios. Nosotros somos la válvula, y la manguera es lo que lleva el flujo de energía que proviene de nuestra fuente, esa parte más grande de nosotros con la que estamos conectados para siempre.

Esa corriente de energía no física es lo que realmente somos, una fuerza incalculable de alegría, abundancia y seguridad. La mayor parte del tiempo nos mantenemos separados de esa gran corriente de energía. ¿Cómo? Con nuestra energía negativa de válvula cerrada.
Pero cuando nos sintonizamos, nos conectamos y nos sentimos bien, abrimos esa válvula mágica para dejar fluir la corriente de vibraciones de alta frecuencia a través de nosotros. Ahora nos sentimos vivos, elevados, vibrantes, llenos de energía, emocionados, sintonizados..., con lo mejor de lo que conocemos como felicidad.

Como la presión del agua, en nuestra manguera imaginaria la energía está siempre ahí, pero tenemos que dar pasos deliberados y propositivos para abrir la vieja válvula ya oxidada, si queremos que fluya la energía de alta frecuencia de nuestra fuente.

Tener la válvula abierta (sentirse bien) significa que la energía positiva está fluyendo a través de nosotros, y desde nosotros, y que estamos creando intencionalmente.

Tener cerrada la válvula (cualquier cosa que no sea sentirse bien) significa que estamos haciendo fluir energía negativa, que nos estamos resistiendo al fluido natural y que estamos creando las cosas por mera casualidad.

Lo anterior no significa que debamos andar por el mundo siempre felices, funcionando a alta frecuencia y volando como una cometa todo el día. Todo lo que tenemos que hacer es tener abierta nuestra válvula, aunque sólo sea un poco, y permitir que se vaya ensanchando gradualmente para liberar esa corriente llena de vida. Si podemos encontrar formas de sentirnos un poco mejor que antes, y aumentar el sentirnos bien cada vez más, pronto empezaremos a invertir las atracciones negativas que hemos tenido toda la vida.

Propóntelo

Una vez que has empezado a conseguir tus "quiero" abiertamente, hay un paso más que te ayudará definitivamente, y es el de convertir tus "quiero" en propósitos. Debido a que la palabra "quiero" podría causarte en este momento ciertas inquietudes emocionales, probablemente te sentirías mejor simplemente "proponiéndote" hacer ciertas cosas.

Proponerte es una especie de combinación de "quiero y espero", y un buen punto de partida para comenzar es intentar cosas pequeñas a largo del día. Esto no sólo nos proporcionará una valiosa práctica con evidencias inmediatas, sino que nos abrirá el camino hacia nuevas y necesarias rutas de energía, que nunca habíamos abierto. Y cada nuevo camino significa que estás recibiendo una mayor cantidad de energía procedente de la fuente, de la que estabas recibiendo antes, así que el sentirte bien todo se volverá más sencillo..., lo cual te prepara para producir una energía cada vez más elevada..., lo cual a su vez..., etcétera.

Las intenciones diarias nos brindan nuevas alternativas para que la energía fluya más fácilmente. Cuantas más cosas intentamos, más estamos usando la energía de alta frecuencia, que muy pronto se convierte en un camino de doble sentido; es decir, cuanto más usamos esa energía, más la recibimos. Esto crea una especie de cubierta protectora alrededor de nosotros, semejante a un chaleco de seguridad que nos protege de caer en viejas creencias que continúan atrayendo cosas que no queremos.

Yo recomiendo destinar siempre lo que me propongo durante el día a cosas pequeñas. Me propongo llegar a salvo a cualquier destino. Me propongo estar a tiempo y sentirme bien por ello. Me propongo encontrar un lugar adecuado para estacionarme. Me propongo sentirme bien con la ropa que llevo puesta. Me propongo cerrar la operación que estoy tratando de hacer. Me propongo mantener mi cuenta del banco con cierta cantidad de dinero, o quizá con más. Me propongo disfrutar de todo a lo largo del día (yeso no es cualquier cosa). Me propongo contribuir a que mis clientes se sientan bien. Y; en tanto mi válvula se mantenga abierta mientras expreso mis propósitos, éstos siempre se cumplirán.
En cuanto a otros asuntos más grandes e importantes, si tu propósito para ese día es sentir alegría, no deberás sintonizar un sólo programa en la televisión que te inquiete. Si tu propósito es que te instalen la nueva cocina sin mayor problema, así se hará, a menos que cierres la válvula debido a otra cosa. Si tu propósito es terminar a tiempo la cena, observa lo fácil que es lograrlo.

En el caso de "quiero" más grandes e importantes, si tú transformas cada uno de estos "quiero" en una declaración de propósito, y te permites sentir el poder que hay detrás de ello como si fuera un gran ¡sí!, te asombrarás de lo que sucede.

"ME PROPONGO cambiarme el año próximo", significa "no tengo la menor idea de cómo va suceder eso, pero sé que encontraré la forma, porque estoy decidido a lograrlo."
"ME PROPONGO tener una nueva relación."    .
"ME PROPONGO aprender a bailar salsa."
"ME PROPONGO tener una buena cuenta en el banco."
"ME PROPONGO encontrar la felicidad en todo lo que hago."
"ME PROPONGO hacer nuevos amigos".
"ME PROPONGO encontrar una conexión espiritual más profunda. "

Debes sentir la fuerza cuando hagas estas declaraciones. Siente la autoridad, la fuerza del mando, la potencia muscular detrás de la energía que sale de ti. Todo debe estar completo. Pero úsalo con precaución. Un propósito es una dinamo en sí mismo, del cual no se debe abusar y nunca convertirlo en un hábito ocioso.

Atrévete a querer

Sin importar si lo llamas propósito, o querer, decídete y hazlo.

Atrévete a querer. Atrévete a soñar. Atrévete a sacar del clóset tus viejos sueños, y a sacudirlos. Concédete permiso para querer; de hecho, oblígate a querer. Entonces selecciona algún pequeño e intrascendente "quiero" y empieza a hablar de por qué lo quieres, hasta que logres tirar de la palanca que lo convierta en sentimiento. Antes de que te des cuenta, tendrás manifestaciones físicas frente a ti, re lo puedo asegurar, y cuando eso suceda, se convertirá en la noticia de ocho columnas.

Verifica qué es lo que te gusta y lo que te disgusta de tu vida actual. Luego, sobreponte al sentimiento de culpa que te produce querer algo, y acelera el motor de ese "quiero" porque hacerlo te proporcionará el impulso necesario; eso te traerá alegría; la alegría te traerá más "quiero" y en ese momento estarás creando deliberadamente. Tú eres el inventor y el realizador de todo; eres ambas cosas en una sola persona (no te preocupes por ser el ingeniero diseñador hay una inteligencia infinita dentro de ti conectada que habrá de encontrar cómo ensamblar una cosa. Ése ya no es tu trabajo).

Desde luego, persigue cosas materiales para ti mismo, pero también solicita cosas universales o intangibles tales como: 

Quiero que la alegría irradie de mi corazón.
Quiero que toda mi familia se sienta contenta.
Quiero saber que siempre todo marcha bien.
Quiero tener un mayor sentido de libertad.
Quiero saber que tengo alternativas.
Me propongo buscar más opciones.
Me propongo confiar en que todo marcha bien en el mundo. Me propongo aprender a crear deliberadamente.
Me propongo aprender a manejar la energía.
Me propongo darme cuenta de mi resistencia.
Me propongo darme cuenta de mis sentimientos.
Me propongo disfrutar de la vida al máximo.
Me propongo divertirme más.
Me propongo mostrarme más entusiasta.
Me propongo tener una conexión más fuerte con mi fuente.

Lo importante es que te sobrepongas al mito de querer y hacerlo. Atrévete a querer cualquier cosa que exista en este mundo que te produzca placer, porque querer es hacerse cargo de las cosas.

Querer es crear. Querer -y manifestar en la realidad esos" quiero" - es cumplir con tu razón de ser. Y en ello se encuentra la verdadera riqueza de la vida.

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 95 Volumén 2