Tus Pensamientos son Dinero I

Tus Pensamientos son Dinero I


Hablar de dinero suele ser un tema que para los "principiantes" del desarrollo espiritual les puede parecer ofensivo y así optan por evadirlo prefiriendo irse a tomar un cafecito para platicar con otro amigo suyo acerca de algo que valga más la pena.
Y esa suele ser la razón por la que generan tan poco dinero y donde su otro amigo suele estar igual de pobre por ley de semejanza alcanzándoles sólo para un cafecito. Y si alguno de ellos dice que eso no les importa, pues una ley se cumple y por eso no lo tienen.

Algo que no me importa no lo atraigo. Sin embargo, si se decide avanzar espiritualmente, con el tiempo uno alcanza a ver la tremenda relación que hay entre nuestra verdadera espiritualidad y el dinero, la relación es directa e intensa. De eso quiero hablarte en éste capítulo.
“Millones vieron la manzana caerse, pero Newton se preguntó por qué” - Bernard Baruch
En muchas personas, existe una actitud negativa muy enraizada hacia el dinero, la cual tiene que ser necesariamente corregida. Esta actitud induce a que una gran mayoría de la gente como algo sucio y muy poco espiritual, una visión promovida mayormente por diversas religiones. De esa forma, la Pobreza y el sufrimiento se convirtieron en virtudes, y en sinónimo de algo totalmente espiritual. Inclusive hasta hoy, cuando el dinero viene a sus vidas, algunas personas se sienten culpables de ello, como si no merecieran tenerlo.

En realidad, el dinero es sólo una forma de energía solidificada, al igual que todas las otras cosas materiales que existen en el plano físico. De hecho, el dinero es neutral, vale decir, no asume simpatías por lo bueno o por lo malo. No lleva consigo ninguno de aquellos juicios morales que los seres humanos le imputan. Como cualquier forma de energía, el dinero responde a la Ley Universal de la Atracción. El dinero llega a la persona a quien le agrada, a quien lo aprecie. De la misma forma que cualquier otra energía, se alejará de aquellos que lo odien o, en secreto, lo desdeñen. Con seguridad, ustedes reaccionarían de la misma manera que lo hace el dinero, ya que se incorporarán y participarán a gusto, en un medio social donde se sientan aceptados, apreciados y valorados. En cambio, regirán estar presentes en otro tipo de escenario negativo, donde se sientan despreciados, no valorados y hasta desdeñados. Al igual que sucede con cualquier tipo de energía, en este caso, la del dinero, por la Ley Universal de la Atracción, o ustedes se aproximan totalmente o, en su caso, se alejan definitivamente de determinado medio social.
Sin embargo, los quiero invitar a pensar un momento ¿Qué pasaría si ustedes miraran al dinero como una de las expresiones de la Voluntad Divina? Es posible que algunos de ustedes al leer esta frase puedan sentirse algo recelosos. Inmediatamente, podrían preguntarse: ¿Cómo podría relacionarse el dinero con la Voluntad Divina? Otra vez, comprendan que esta su actitud contraria al dinero, reside en lo profundo de su Ser, y ésta es la razón fundamental por la que el dinero huye de ustedes. De una vez por todas, asuman que si el dinero es dirigido y utilizado apropiadamente, éste puede permitirles a ustedes implementar determinadas labores relativas a su Misión en esta Tierra y en estos tiempos, y así cumplir con su misión personal. 
La primera vez que yo escuché hablar de Economía Espiritual fue hace muchos años cuando llegó a mis manos un libro con ese mismo título, del afamado autor, célebre pastor de iglesia, Eric Butterworth. Sin duda, puedo afirmar que ese libro fue uno de "esos" que te marcan al leerlo. Las verdades vertidas en él, las había vivido desde muchos años antes de leerlo pero hasta ese entonces entendí la directa relación que hay entre de nuestra espiritualidad y el dinero; por ejemplo, el poderosísimo fenómeno de dar las gracias y realmente sentir gratitud, para luego descubrir ese acto como enorme fuente de abundancia. La relación "vibracional" entre uno y otro. Sin embargo, para fines prácticos, te comentaré uno de los temas más interesantes en esta relación, nuestros "pensamientos al respecto", algo que genera una relación emocional con el dinero y de ésta, su abundancia o carencia. 


Robert Kiyosaki en su afamadísimo libro "Padre rico, padre pobre", nos muestra las creencias a las que estuvo expuesto cuando vivió la interesante dinámica familiar de tener dos padres, uno rico y otro pobre. De esa forma pudo comparar lo que uno y otro le aconsejaban con respecto al dinero y ahí descubrió con toda evidencia las distintas creencias que cada padre tenía con respecto al dinero y, por supuesto, la consecuente realidad económica que vivían, uno rico y otro pobre. Por ejemplo, este contraste de creencias: "El amor al dinero es la raíz de todos los males", mientras que otro pensaba: "La falta de dinero es la raíz de todos los males". ¿Con cuál te identificas? Verás que será muy curioso analizar porqué está tu economía como está: por lo que piensas acerca del dinero. Es la fuerza del pensamiento en plena acción financiera. 

¿Qué puede decirle un padre pobre a su hijo acerca del dinero? Quizá algo como: "Quédate en la escuela y prepárate, estudia mucho, pero mucho para que luego puedas conseguir un buen empleo y ahí trabajes duro, durísimo para ganar dinero". Sin embargo, si trabajar duro, muy duro, fuera la garantía del éxito financiero, todos los burros tendrían enormes carteras. Y no es así. Los campesinos de todo el mundo es la población que más trabaja y las que menos tienen. Una persona puede graduarse con excelentes calificaciones, pero con una mentalidad y programación financiera que corresponden a una persona pobre. Yo tengo por ahí algunos amigos que creo ganan buen dinero como empleados de una afamada empresa internacional, pero que viven muy pobres, con una franca, franquísima actitud de pobreza. Les cuesta tanto, pero tanto trabajo gastar, ¡aunque ganen bien! Siempre viviendo con miedo. Siempre "ahorrando" para prevenir cualquier contrariedad. Y la pobreza en su actitud se incrementa enormemente cuando empiezan a tener hijos. Ganen lo que ganen, existe un miedo latente a que su jefe los despida, a que la empresa los corra, a que no agraden a sus superiores, a que contradigan lo que su jefe expresa. 
En los años que llevo de conferenciante en miles de empresas nacionales y extranjeras, concluyo que muchas personas no contradicen al jefe, no por no tenerle respeto, sino por temor a perder el dinero que acarrearía el posible despido al contrariar al jefe. Podría afirmar que por eso hay tanta hipocresía en el medio laboral y empresarial; incluso por ello son tan importantes esas "idas a comer con el jefe" para siempre "estar bien con él"..., pero con el dinero diría yo. Punto final.

Continuará...
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Del Taller de Autoestima Volumén 1 de Juan Carlos Fernández