Ser amado es la segunda mejor cosa del mundo; amar a alguien es la primera.

Ser amado es la segunda mejor cosa del mundo; amar a alguien es la primera.


¿Qué es una relación consciente?

Obviamente aquella que no es inconsciente.

En general, las relaciones conscientes se establecen entre dos seres completos en si mismos, y que no se sienten necesitados del otro.

Eso, por supuesto, no significa que no quieran compañía. Lo completo atrae lo completo, y lo incompleto a lo incompleto. Lo cierto es que cuando dos seres se reúnen, y se reconocen completos en sí mismos, ninguno siente la necesidad de apropiarse de nada de lo que cree carecer.

Establecen relaciones de amor y no de temor como es, por desgracia, tan frecuente. ¿Cómo encontrar un ser completo en sí mismo y no necesitado? Obviamente siéndolo.

Se puede buscar compañía pero no una relación.

No puede buscarse puesto que no puede encontrarse, solo puede atraerse. La diferencia entre ambos conceptos es abismal. La afirmación, de que no puede buscarse una relación, suele ser muy mal recibida por el ego quien desea creer en la suerte, el mérito, la búsqueda y cualquier otra opción en la que él asuma el control. No sirve de nada buscar a la persona adecuada con tal o cual cualidad. En su lugar, sé tú mismo la persona adecuada, posee tú esas cualidades.

Y como los iguales se atraen, no pasará mucho tiempo hasta que aparezca alguien con esas cualidades y que se reconozca en las tuyas. Las relaciones, ya lo sabes, siguen la atracción de iguales, no de los contrarios. Muchas personas no entienden porqué siempre llega a su vida un mismo estereotipo de persona. Una y otra vez sus parejas parecen fotocopias de un mismo patrón. Parece que no haya otra cosa en el mundo para ellas. Y de hecho, no la habrá hasta que no dejen de emitir y transmitir sus propias carencias. ¿Qué mejor objetivo puede establecerse que convertirse en el mejor compañero o compañera para la persona a quien se ama?

En una relación consciente, ninguno de sus partícipes huye de su infierno particular para refugiarse en los brazos del otro, ni escapa de su fuego individual para caer en las brasas compartidas.

Nadie que esté en su sano juicio desearía trasladar su dolor a una relación de amor.

Volcar el propio dolor en el otro es un acto egoísta y la antitesis del amor.
La relación consciente cura el dolor del pasado. Este es el regalo que te ofrece una relación consciente.

Nunca habrías curado tus viejas heridas sino estuvieras dispuesto a entregarlas por la única razón capaz de conseguir ese milagro: por amor. Únicamente por amor puedes desprenderte de todas las armas que usaste contra ti en el pasado y que a la vez usaste en tus relaciones.

Todo aquello que entregas a la visión del amor deja de ser una fuente de dolor. Las relaciones conscientes te libran del pasado, te enseñan lo dañina que fue tu pesadilla, te muestran que una nueva forma de relacionarse es posible, te brindan el amor en ausencia de todo dolor y culpa.

Cuando contemplas a tu pareja como a un ser completamente inocente de todos los miedos que proyectaste en ella, la pareja se halla por fin bendecida. La relación está inspirada por el amor, porque éste se ha unido a ambos previamente por separado. La relación sanada es aquella que antes estuvo enferma pero que gracias a la auto corrección se convierte en una bendición. No es el resultado de la suerte, la providencia, el destino, del karma, o de haber encontrado a la persona ideal.

La persona adecuada llega cuando uno es adecuado a su vez. Así de simple es. No hay nada que buscar en el exterior, sino que corregir en el interior. Muchas personas se preguntan “qué tienen que hacer” para obtener una relación satisfactoria. Si se formularán esa cuestión centrándose en “quien tienen que ser” comprenderían que en realidad hay que comprender.

Ser amado es la segunda mejor cosa del mundo; amar a alguien es la primera.
Y siempre sucede en este orden. Cuando entregas tu relación a una comprensión más profunda, se produce un acontecimiento milagroso.

Una pareja que se deshace para rehacerse en otra, fortalece a ambas personas; aunque es posible que perciban ese momento como la destrucción de lo conocido. Sanar una relación inconsciente es un autentico acto de valentía.

¿Cómo sino ambos iban a asumir la parte de responsabilidad que tienen en el colapso de la vieja relación? Sanar significa depositar la fe en el nuevo propósito de vivir una “nueva” relación consciente. Una relación con otra vibración acorde a lo que son ahora, distintos.
Significa fe en el otro. Y significa valentía al poner en una situación de precario la vieja relación con el único fin de hacerla verdadera. Contempla la sanación como una oportunidad y no como una amenaza que pretende destruir la relación. No caigas en la tentación de culpar al otro de la situación caótica.



El amor es el resultado de amar. Esperar que el amor se presente sin amar antes es una auténtica fantasía.

Entrega, por tanto, tus relaciones al amor. Y ya no podés decir: “nuestra relación” sino la relación que fluye “a través de nosotros”. Recuerda que ahora la relación pertenece al amor y es su instrumento.

Ya no existe necesidad de control, manipulación, ni expectativas egoístas. Hay un plan mucho mejor al que inicialmente estableció el ego.

Un plan que funciona.

Autor: Victoria Paz