Ley de Atracción: deja de enfocarte en los problemas parte II

Ley de Atracción: deja de enfocarte en los problemas parte II


Nunca, nunca te enfrentes a la realidad

Debido a nuestra educación y a ciertas actitudes que nos han sido transmitidas a lo largo de incontables generaciones, creemos que lo que estamos viendo y lo que estamos experimentando en este momento, es la forma en la que tienen que ser las cosas, hasta que encontremos una manera distinta, ya sea de erradicar lo que nos molesta, o de aceptarlo. Lo podemos ver, seguramente lo estamos experimentando, así que eso significa que se ha vuelto real. Y; sin embargo, la realidad -real no es más que el resultado de la forma en la que estamos produciendo y haciendo fluir nuestra energía.

Por ejemplo, digamos que estás viviendo en un cuerpo que no te gusta mucho. ¿Tú llamas a eso realidad, lo que significa que no puede cambiarse y debe ser aceptado? O digamos que estás viviendo en una precaria situación económica que está afectando tus ingresos. ¿Tú llamas a eso realidad; es decir, a una situación potencialmente desastrosa sobre la cual no tienes control?.

"Así es la vida, ¡acéptalo!"
"Así son las cosas."
"No puedes pelear contra el gobierno."
"Deja de golpearte la cabeza contra la pared."
''Así es el mundo."
"Aprende a aceptar la vida en sus propios términos."
"En la vida de todos hay un poco de sufrimiento".
"Baja de las nubes y pon los pies en la tierra"
"La vida no es justa."
"Hay que sufrir para lograr lo que uno quiere".
"Abre los ojos y enfrenta la realidad."
"No todos nacimos para ser ricos, a ti te toco una familia pobre, acéptalo"
"La vida es un reto".

¿Alguna te sonó familiar? He aquí lo esperanzador: no tenemos que enfrentarnos a nada, ni soporta nada. Todo lo que tenemos que hacer es aprender a que nuestra energía fluya en forma diferente, porque nada -nada- afecta a nuestra experiencia, excepto la forma en que fluye nuestra energía. ¡NADA!

Con algunas cosas de nuestra vida, las que nos parecen agradables, nuestra válvula se abre de manera natural. Debido a que estas condiciones nos satisfacen, nuestra energía positiva atrae más cosas positivas.

Pero cuando damos prioridad a la gran cantidad de condiciones negativas (problemas) que nos rodean, nuestra válvula se cierra bruscamente. La conexión con nuestra energía original apenas alcanza para que respiremos, y no reconoceríamos la vibración de alegría aunque nos golpeara la cara.

Estamos molestos con esto, furiosos por aquello, preocupados por lo de más allá, nos preguntamos cómo corregir esto, nos quejamos de aquello, tememos sabe Dios qué, estamos deprimidos por todo y vibramos con tantas corrientes de incesante energía negativa todo el tiempo, que es sorprendente que a pesar de todo tengamos siquiera algunos momentos de alegría.


  • Sólo porque estás viviendo la realidad de una época en la que el trabajo escasea, no significa que no puedas conseguir un empleo sensacional.
  • Sólo porque las casas no se están vendiendo, no significa que no puedas atraer un buen cliente que se sienta encantado de comprar la tuya.
  • Sólo porque tu cuerpo no es tan fuerte como el de otros, no significa que no puedas lograr la fortaleza suficiente para ganar la carrera de los 400 metros.
  • Sólo porque tú nunca has incursionado en ese ámbito, no significa que no puedas tener la habilidad que se requiere para triunfar en él.
  • Sólo porque nunca has podido dejar de fumar, no significa que no puedas tener la disposición para dejar de hacerlo hoy mismo.
  • Sólo porque te has divorciado dos veces, no quiere decir que estés condenado a otra relación catastrófica.

Sin importar en qué desastre (o en qué felicidad) estemos viviendo en este momento, ya sea como individuo, familia, nación o planeta, ese desastre es el resultado, único y directo, de cómo nos hemos estado sintiendo -y del fluido de energía que hemos estado produciendo- ayer, antes de ayer y los años anteriores también. La Ley de la Atracción no funciona un poco aquí y un poco allá. Simplemente es para ti, para mí, para el cosmos. Atraemos magnéticamente lo que vibramos, y nosotros creamos todo, desde las defensas sumidas del auto hasta las guerras globales.

Así que, a partir de este momento, nunca, jamás aceptes la realidad como algo a lo que debes resignarte. Lleva tus pensamientos más allá de lo que está frente a tu nariz, más allá de lo que no te guste, y colócalos exactamente en lo que te gustaría que sucediera. Si no lo haces así, eso que tú llamas realidad no cambiará nunca. Cierto, habrá algunas cosas desagradables que están claramente frente a ti en este momento, o que te están amenazando, o que parecen no tener solución, pero recuerda que no están grabadas en piedraNo deben tolerarse, ni siquiera un poco.

La realidad desagradable no es más que un efecto causado por flujo de energía negativa. Podemos vivir con esos efectos y sufrir con ellos, o evadirlos y tratar de que no nos afecten.

Consejos para cambiar el enfoque

Cuando eras pequeño, ¿nunca saltaste en la alberca de un trampolín muy alto? ¿Recuerdas esa vez en que subías a lo alto, y más alto, y más alto? Cada paso parecía llevarte más lejos del sitio seguro; pero, aunque estabas un poco asustado, seguiste subiendo.

Finalmente, llegaste hasta lo alto de la escalera y caminaste lentamente hasta la orilla del trampolín. El corazón te latía con tanta fuerza que apenas podías escuchar los gritos de los niños que estaban abajo, animándote a que te lanzaras. El agua te parecía estar a kilómetros de distancia. Tú no querías lanzarte en realidad, pero, al mismo tiempo, ansiabas hacerlo. Algo en ti sabía que esa era una hazaña, el momento más genial que vivirías, pues si lo lograbas, si lograbas lanzarte al agua, nunca volverías a ser el mismo. Saltaste. ¡Que emoción! Lo hiciste.

Y realmente, tu vida cambió para siempre.

La parte más difícil de lanzarse en un clavado así, es saltar. Lo mismo sucede con el hábito de enfrentarse a un problema tras otro (porque eso es lo que son realmente los problemas: hábitos). Enfrentar los problemas es obligamos a liberar la preocupación que nos produce. He aquí de qué manera:

Tú no tienes que cambiarlo. ¡Sólo tienes que dejar de enfocarte en ello!

¿Es difícil hacerlo? ¡Sí! ¿Puede hacerse? ¡Claro que sí! Pero tienes que empezar en algún lugar y ese "algún lugar" es una decisión que, de algún modo, va a cambiar tu enfoque. Sólo entonces empezarás realmente a hacerlo; y el cambiar tu enfoque hacia algo más agradable hará cambiar también tu energía. Es imposible resolver un problema en la misma frecuencia en la cual fue creado. Así que tienes que tomar una decisión en tanto el problema continúe contigo, y es la de cambiar la frecuencia. Cuando eso suceda, ese problema dejará de ser el punto central de tu vidacomo una cortada en el dedo, que sabes que está ahí porque te duele cuando piensas en ella, pero no permites que ese pequeño dolor controle tu vida diaria. Tú sabes que la herida sanará y que desaparecerá, y así ocurrirá aún sin que hagas nada por que cierre la herida.

Sólo recuerda que la parte más importante para cambiar las condiciones no deseadas es simplemente: no tienes que cambiar nada, lo que tienes que hacer es dejar de pensar en elloTodo lo que se necesita es que estés dispuesto a dar el salto.

Continuará...

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 96 Volumén 2