Tipos de madres-tipos de hijas (2ª parte)

Tipos de madres-tipos de hijas (2ª parte)



3. Madre narcisista, bella y seductora:

“Ella siempre hará todo bien… su hija puede ser su rival causando en ésta graves problemas de autoconfianza”.

Este tipo de madre tiene problemas de identidad, ha sido poco amada y sus deseos están sin satisfacer. Alardea de su belleza y su objetivo es llamar la atención. Se compara constantemente con su hija para demostrarle que es más bella, inteligente y poderosa, entonces aparecen los celos y la envidia tiñendo todo el vínculo y produciendo un efecto destructivo.

Madre seductora:

- No aprueba las decisiones de su hija y no tiene en cuenta los sentimientos que su hija experimente por ello.

- Enseña a su hija que sólo cuentan sus necesidades.

- Tiene mucha dificultad para animar a su hija a que sea femenina.

- Se expresa con frases como “¡mira qué bonito!, lo he hecho yo, ¿quién si no iba a hacer algo tan perfecto?…”

Hija seducida:

- Se auto culpa y se descarga con su pareja. Se ve imperfecta y está desorientada por los constantes desprecios de su madre.

- Se viste con ropa que cubre su cuerpo para reaccionar a las continuas exhibiciones de su madre.

- Es eficiente en todos los  campos menos en el de la feminidad, donde acaba retrayéndose.

Este tipo de hija deberá alejarse de la madre para organizar su propia vida, olvidando la venganza y los accesos de cólera para conseguir su propia identidad.

4.  Madre creadora de culpas o madre vampiro.

“Vive a expensas de la hija quejándose de padecer una enfermedad psíquica o somática real o fantástica “.

Este tipo de madre es débil, dependiente y deposita en su hija deberes o responsabilidades que ella no asume. Magnifica las capacidades de su hija y sus posibilidades de hacer frente a grandes problemas y situaciones. Si la hija reclama su derecho de vida independiente o con otra persona aparece en ella el sentimiento de culpa, si su madre se autocompadece ella se sentirá culpable por ello. Este tipo de madre asegura sentirse sola y siempre se está quejando; dice a todo el mundo que ella es la víctima, que se ha sacrificado siempre tanto por su hija, anulando la propia identidad de esta.

Madre vampiro:

- Se autocompadece para buscar compasión en los demás, siempre le duele algo o está preocupada o sufre con los problemas cotidianos…

- Si no se está con ella, se está contra ella.

- Consigue que todo el mundo esté pendiente de sus necesidades aunque no lo admita y haga creer a los demás que es todo lo contrario.

Hija vampirizada:

- Se siente culpable de la vida que lleva, de la gente que la rodea, de la familia que tiene y hasta de ser feliz, pero no se atreve a comunicarlo.

- Necesita estar al lado de su madre protegiéndola de forma exagerada, culpándose en ocasiones con pensamientos compulsivos de hechos en los que nada ha tenido que ver: “si yo hubiera actuado de otra manera, nada de esto habría pasado”.

- Tiene un nivel de sobreexigencia muy alto acompañado en ocasiones de enfermedades psicosomáticas, ausencia de niñez y modelo de sacrificio. Piensa que debe superarse día a día para hacer feliz a su madre.

- En ocasiones y desde edades muy tempranas debe mantener la organización doméstica o sostener emocionalmente a sus padres.

Este tipo de hija debe dejar de ver a su madre como víctima y enfrentarse al complejo de culpa, actuando a pesar de su existencia.
5        Existen otros tipos de madres, como la EXHIBICIONISTA-MANIPULADORA, que se apropia de los éxitos de su hija como si fueran suyos y exhibe a su hija como la mejor y la más guapa del mundo, dependiendo imperiosamente de lo que piensen los demás; y en el otro extremo, la DESCALIFICADORA, que atrofia la autoestima de la hija pues los logros de ésta nunca la satisfacen, demostrando que ella misma no se valora y proyectando sobre su hija su poca valía.

Todas estas descripciones sobre los vínculos entre madres e hijas  ocurren en la realidad con variaciones y mezclas diversas, pudiendo llegar a ser insanos en función de la intensidad con la que desarrollen en cada caso concreto. Tema aparte por su complejidad  son las adopciones, ya que la relación de la madre con la hija adoptiva dependerá de las condiciones de la adopción, del planteamiento que aquella realiza para convertirse en madre que adopta, de las características  de la niña…

Para recuperar la valía de nuestra madre hay que “alejarse” de ella; es difícil para las dos cortar un vínculo consanguíneo repleto de similitudes y diferencias, pues el camino hacia la verdadera independencia nunca ha sido sencillo.

¿Existe la madre ideal?

Toda madre comete errores. Pero también ama, y puede ser modelo positivo en una etapa de la vida y modelo negativo en otra; por lo tanto es fundamental tener en cuenta los siguientes aspectos:

- Intentar no trasladar a nuestras hijas el comportamiento que tuvo con nosotras nuestra propia madre.

- Comprender que el dolor y las dificultades que hemos sufrido pueden ser de gran utilidad para mejorar la vida de nuestras hijas.

- Asegurarnos de que sabemos escuchar a nuestras hijas, la comunicación es muy importante.

- Ayudar a nuestra hija a descubrir las respuestas que necesita por sí misma, cuando acuda a nosotros buscando ayuda.

- No suponer que los deseos de nuestra hija son los mismos que los nuestros.

- Apoyar a nuestra hija cuando “se distancie “de nosotras para desarrollarse emocionalmente.

- Saber ver a nuestra hija como una persona con sus defectos y virtudes.

- Saber aprovechar nuestra experiencia de hijas para convertirnos en madres amantes y con sabiduría propia.

Ejemplos de madres de cine:

En las películas podemos encontrar varios ejemplos de mujeres que se esfuerzan para sacar adelante a sus hijos, buscando lo mejor para ellos; por ejemplo, el personaje interpretado por Susan Sarandon en la película “Quédate a mi lado”, da muestras de ser una persona  sufrida  que padeciendo una grave enfermedad,  es madre por encima de todo, y  que ante su muerte próxima busca una madre “sustituta” (interpretada por Julia Roberts) para que sus hijos siempre estén atendidos.

Otra película que ejemplifica a una madre audaz y aguerrida es “Erin Bronkovich”, papel también interpretado por Julia Roberts, quien lucha incesantemente por mantener a sus hijos sin ayuda y consigue un puesto de trabajo de cierta categoría; a pesar de sus difíciles circunstancias, por encima de todo está el bienestar de sus hijos sin proyectar en ellos sus propios problemas.

Otros ejemplos de madres esforzadas y sufridas los encontraríamos en las películas  “Mejor imposible” (en el papel interpretado por Helen Hunt, quien siendo una madre soltera lucha por mantener a su hijo enfermo), “Strip Tease” (en el papel de Demi Moore), “No sin mi hija” (basada en un hecho real, en el que una mujer norteamericana trata de recuperar a su hija cuando su marido se las lleva a un país islámico con ánimo de que la niña viva allí), etc.

Aparte de esta tipología de madres esforzadas,  también en las películas encontramos modelos de madres tremendamente peligrosas; un amor de madre llevado a extremos asesinos se puede ejemplificar en la película “Secretos de Sangre” (papel de Jessica Lange); quizá uno de los ejemplos más conocidos lo encontramos en la película “Psicosis”, cuyo personaje protagonista interpretado por Anthony Perkins sigue bajo las  nocivas influencias de su madre aún después de muerta, convirtiéndose en un psicópata asesino.