Entrego, confío, acepto y agradezco. [Mantra]

Entrego, confío, acepto y agradezco. [Mantra]


Hace un tiempo trabajé con este “mantra”. ¿Funcionará si lo repites una y otra vez como un loro?, más bien no. Es más parecido a un recordatorio del compendio de actitudes que significa y que abren la mente y corazón ante cualquier situación. Veamos:

Entrego:
Muchas personas malgastan el tiempo en tratar de controlarse, controlar a los demás y de su entorno. Planes obsesivos, metas cuidadosamente diseñadas, horarios para todo, técnicas de control mental o parecido, críticas, culpas propias y ajenas, exigencias y perfeccionismos, etc... ¿Qué hay detrás de esto?. Lo contrario, por supuesto: inseguridad, desconfianza, ideales exagerados, falta de autoestima y arraigo personal.
Otros viven como si no hubiera mañana o como si no tuviesen fuerza o la convicción de lograr lo que quieren, con resignación y frustración constantes o con dudas y temores acerca de sí mismos. En ocasiones estas conductas están encubiertas por una falsa subordinación a un poder superior.
Se necesita una labor de conciencia para esclarecer los miedos y heridas sin sanar, así como una guía interna acerca de quiénes somos y qué deseamos crear. Así, limpios y claros, podemos entregarlo a Dios en la confianza de que se concretará.
Confío:
Rebosamos dudas acerca de nosotros mismos, nuestras elecciones, de lo que sucederá con cierto camino, de si tenemos lo que se necesita para ponerlo en práctica… vacilamos, dudamos, nos complicamos y quedamos paralizados.

En realidad, ya somos lo que deseamos ser, ya decidimos a un nivel superior, y eso desencadena una serie de acciones a las que debemos responder.
La simplicidad y la verdad son características de la nueva Energía. La complicación y las mentiras de la vieja. Lo que se pide es una elección. ¿Cómo lo harás?, ¿responderás a tu Ego o a tu Alma?. ¿Fluirás confiando o resistirás desconfiando?. ¿Darás el salto de fe que te lleve hacia el lugar,  situaciones y personas que corresponden a tu esencia verdadera?

Acepto:
Acostumbrados a resistir, a la lucha, a que el cambio venga por la fuerza o la voluntad, la aceptación nos suena a resignación, sometimiento, renunciación o conformismo. Ninguna de estas cosas. Pensamos que al aceptar perdemos eficacia, poder, objetivos y fuerza. Por el contrario generamos un gran dinamismo al reutilizar positivamente la energía que gastamos en luchar y ponernos en contra de nosotros mismo, de todos y de la vida.

Aceptar significa no clasificar ni juzgar, dejando que la vida se explique por sí misma, en la fe de que lo que pasa tiene un propósito (el mejor), aunque no lo entendamos en ese instante. Es una actitud de apertura, juego y aprendizaje, que va creando confianza interior.

Cuando aceptamos fluimos con la existencia; abrazamos la oscuridad y sanamos las heridas; encontramos el equilibrio, transmutando las polaridades; comprendemos desde el corazón; abrimos la puerta a las sincronicidades y a la manifestación milagrosa de la vida.
Agradezco:
Cuando vivimos resentidos, molestos, frustrados, quejosos de quienes nos ha tocado ser, de lo que nos sucede, de los demás, (¡de todo!), creamos un oscuro muro a nuestro alrededor que impide lo que más deseamos, ya que vibramos en tal negatividad que sólo podemos atraer lo semejante. Se cumplen nuestras peores profecías, ya que... ¿qué son los temores y críticas y auto-humillaciones repetidos una y otra vez sino la creación de lo que vendrá?.

Agradezcamos todo, constantemente. Es la clave del cambio, porque al hacerlo abriremos nuestro corazón y nos alinearemos con el flujo divino. ¿Crees que no tienes nada por lo que sentirte agradecido?, empieza por tu respiración, cuerpo, sentidos y piel, el alimento de hoy, el techo que te cobija, la manta que te arropa, la mano amiga tendida, la caricia siempre pronta, tu inteligencia, tu capacidad de elección y de creación, tus experiencias, tus conocimientos, la luz que te alumbra… ¿debes perderlos para que los aprecies?.
ENTREGO, CONFÍO, ACEPTO Y AGRADEZCO

En cada momento, en cada situación, en cada respiración…



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Fuente: Laura Foletto 
Vía: http://escuelainiciaticayosoyluz.com/