Dime dónde te duele y te diré lo que te preocupa

Dime dónde te duele y te diré lo que te preocupa


Cada problema se localiza de forma diferente en la espalda. Descubre cuál es el origen del tuyo.

Enfrentamientos = tortícolis
Puede sucederte tras una reunión de trabajo o una discusión con tu pareja... Los músculos del cuello se ponen rígidos y dan paso a la tortícolis. Para aliviarla es necesario que aclares la situación en tu interior, así los músculos se relajarán y recuperarás la movilidad.
Frustraciones = dolor en las cervicales
Si te sientes humillada, confías poco en los demás y ves el futuro con pesimismo, la columna vertebral puede ceder, produciéndote dolor en la base del cuello. Para paliarlo, reúnete con personas positivas y desarrolla técnicas mentales que te ayuden a desechar los pensamientos negativos.   
   
Demasiados retos = sensación de ahogo
Un dolor en la mitad de la espalda que dificulta la respiración indica que no te sientes capaz de asumir retos. Un ejercicio que te ayudará es sentarte en una silla y expulsar el aire de los pulmones mientras emites un sonido (como una vocal). A los 5 minutos, el sonido y el aire surgen con menor intensidad.

Situaciones no previstas = dolor punzante
El dolor agudo en la espalda suele ser proporcional a la incapacidad para adaptarte a los cambios. ¿Qué debes hacer para evitar esos momentos? El consejo es aprender a analizar con tranquilidad los cambios recientes, consignarlos por escrito y contemplarlos con la suficiente distancia como para poder focalizarlos y adaptarlos a tu vida.  

Responsabilidad = Rigidez y dolor
Cuando las exigencias te superan, aparecen el estrés y la ansiedad. Esa tensión contrae los músculos y comprime los discos intervertebrales, produciendo dolor y rigidez. Para relajarte, pon la mano sobre el abdomen e inspira aire sintiendo cómo se llena. Expulsa el aire muy lentamente.
Tristeza = espalda encorvada
Cuando nos sentimos tristes, la espalda se repliega
sobre sí misma. Para contrastar esa carga, tenemos que recuperar la posición erecta e intentar caminar más erguidas. Para empezar a cambiar la perspectiva, lo mejor es hacer algo por nosotras mismas, como darnos un masaje o apuntarnos a algún curso interesante       
       
Vida sexual pobre = rigidez lumbar
Las vértebras lumbares están ligadas al vientre, sede de los impulsos sexuales. Si las relaciones sexuales son escasas o nulas, la parte baja de la columna puede resentirse y perder tono y movilidad. ¿Cuál es la causa de tu apatía erótica? Intenta recuperar tu vida sexual.

Exceso de autocontrol = pelvis sensible
La parte inferior de la columna es la sede de los impulsos más instintivos. Si sientes que la pelvis te duele al mínimo movimiento, puede que estés bloqueando la zona mentalmente. La solución al problema empieza por aprender a relajarte y dejarte llevar un poco más.

Fuente: http://www.demujeramujer.com.ar/salud/cuerpo/espalda/dondeduele_qpreocupa.html