¿Conoces las cinco heridas que impiden ser uno mism@?

¿Conoces las cinco heridas que impiden ser uno mism@?



Nuestra alma elige a los padres, hijos, familia, amistades, lugares, a las circunstancias de nacimiento y experiencias por razones muy precisas. Venimos a experimentar una serie de vivencias para sanar heridas, y así integrar la personalidad con el alma. Venimos a aprender a aceptar y amar incondicionalmente partes de nosotros que hasta ahora han vivido ignoradas, bloqueadas u olvidadas y con miedo. Somos atraídos hacia padres con heridas como las nuestras para recordarnos que hemos venido a amar.


Aprender a aceptar nuestras heridas es aprender a ser responsables y a amarnos incondicionalmente, ésa es la llave para la transformación y la sanación del alma. ¿Te has dado cuenta que cuando acusas a alguien de algo, esa persona te acusa a ti a veces de lo mismo? Obsérvalo y platícalo con la otra persona y, aparte de sorprenderte, verás cómo te liberas de juicios, pues nuestra principal falla es "suponer" y "etiquetar".

Cuando elegimos a nuestros padres, hijos, amistades, familia y tipos de vivencias nos situamos en un plano de consciencia más elevado. Cada vivencia probática en nuestra vida es elegida para desarrollar potenciales y limpiar fallas de memorias pasadas que han sido enfocadas de forma inapropiada para nuestro crecimiento interno. Sólo con circunstancias que nos afectan o causan ruido o dolor detectamos las fallas en nuestro ser que hay que corregir. Para sanar y limpiar esas memorias que no corresponden a un crecimiento interno sano y elevado de consciencia se necesita volver a vivirlas de una forma similar o que activen esa parte para reconocerlas, aceptarlas y trabajar en ellas para modificar ese aprendizaje erróneo en nuestro ser.


No aceptar nuestra herida, sentirnos culpables, con vergüenza o juzgarnos, o mostrar una actitud rebelde, desafiante o de apatía es atraer circunstancias y personas que nos harán sentir esa herida no aceptada. Aceptar la herida no significa que sea nuestra preferencia tenerla; significa que, como seres espirituales que elegimos vivir la experiencia humana para espiritualizar la materia, nos permitimos experimentar esa herida sin juzgarnos y aprender de la experiencia. Mientras haya miedo, ira y rechazo, quiere decir que hay herida y hay un juicio o creencia que bloquea su sanación y que es importante trabajarla. Cuando aprendemos a aceptar nuestras heridas estamos desarrollando el amor y estamos espiritualizando la materia.
La sanación de tu ser interno se produce totalmente cuando nos aceptamos a nosotros mismos. El perdón hacia uno mismo es lo que finalmente sana, y para eso hay que aceptar que uno mismo es responsable de todo lo que le ocurre, y aceptar que ha acusado a otros de hacer lo que uno mismo hace a los demás. En el fondo, todos somos seres espirituales en etapas de aprendizaje y crecimiento en un cuerpo humano que siente emociones, sensaciones físicas, pensamos y por ello también tenemos debilidades, y aceptar nuestras limitaciones es lo que nos hace humildes y nos permite descubrir nuestra herencia divina.


Las cinco heridas del alma más comunes son:

- El rechazo
- El abandono
- La humillación
- La traición
- La injusticia


No necesariamente tenemos las cinco heridas.

Con humildad y sinceridad cada cual puede reconocer sus heridas. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida.

Todos, como seres espirituales creados en el amor y hechos de amor, buscamos esa unidad, esa aceptación a ser parte del todo y, al ser humanamente rechazados, sentimos que estamos fuera de esa unidad. Sentimos incongruencia con el conocimiento elevado que poseemos como ser elevado de consciencia, razón por la cual se filtra el miedo, el dolor de no sentirnos amados y sentirnos rechazados. Nos sentimos solos, mas no estamos solos.

En el mundo humano transitan un sin fin de emociones, de energías generadas por cada ser viviente en el mundo. Al bajar nuestras frecuencias de vibración elevadas -y que obtenemos por medio de una práctica espiritual, con técnicas de contemplación o meditación y que no es de carácter religioso- no nos permitimos tener la capacidad de comprender aquello que cada ser vivo proyecta o comparte y se puede generar una memoria o recuerdo equivocado al ser mal interpretado (el objetivo de su presencia en nuestra vida). Lo que genera una actitud equivocada y puede provocar una cadena o efecto dominó de daños y dolor en quien interpreta las vivencias, que comparte esa mala interpretación.

Nosotros elegimos tomar lo que nos comparten y elegimos cómo almacenar esa experiencia y enseñanza en nosotros mismos ya sea benéfica o dañina.

Entonces, vemos las cosas del mundo desde una perspectiva o visión humana (del mundo) y no con una consciencia elevada. Causando daño en el entorno y generando como resultado lo que sucede en nuestro mundo.

Hablamos de un cambio necesario en el mundo y es porque una parte de nosotros nos dice que es necesario y que es el momento de modificar esas fallas. Como todo en el universo, tiene su ciclo, sus ritmos y tiempos, su momento de existir o de ser. Pero que, como todo en la vida, no puede ser estático. Todo tiende al cambio y a fluir en la evolución.

Actualmente estamos viviendo ese cambio, esa transición del ser inconsciente a uno con más consciencia y aptitudes con más acción hacia la corrección. Es un despertar que se está gestando y se puede apreciar claramente en las nuevas generaciones, solo que no todos los padres en la actualidad saben cómo manejar las situaciones. Esto es porque necesitamos derribar los viejos sistemas de creencias arraigados. Es necesario implementar un sistema más inclinado hacia lo bueno del ser y hacia la consciencia de una unidad total. Una consciencia de sanar y cuidar esa unidad y totalidad. Llevar una vida integral más sana y en equilibrio. En la actualidad han ido saliendo a la luz diferentes técnicas para ello, como lo son Ho'oponopono del Dr. Ihaleaka Hew Len; Técnicas de Liberación Emocional (Emotional Freedom Technique, EFT) de Gary Craig; el uso de digito puntura; Biomagnetismo, con el uso de imanes en puntos yuan para alcalinizar el cuerpo y como terapia del dolor o para desbloqueos de energía; Medicinas y tratamientos más naturales como lo son la medicina Ayurveda, Siddha, Naturopatía, Homeopatía combinadas con técnicas de Meditación, Programación Mental y Visualización; disciplinas como la Yoga, entre otras. Todo con la finalidad de poder depurar y sanar de forma integral al ser. También es importante tener consciencia de nutrición, cuidando el tipo de alimentación que llevamos, inclinándonos hacia alimentos más naturales y sanos.

En la actualidad la ciencia aborda con más interés cómo es el funcionamiento de energías en el ser humano, neurociencia, electromagnetismo, y descubrimientos asombrosos conducen hacia la investigación sobre técnicas de contemplación, sobre aspectos humanos como la compasión, la felicidad y una variedad de temas que nos conducen sin duda a un punto en común. Todo ello va desarrollándose y acoplándose de forma sorprendente como parte de ese proceso de consciencia y despertar en el cual se va armando el rompecabezas del sistema de la evolución de la vida. Ahora temas de interés común tratan de conciliarse sin importar religión, país o raza, lo cual es necesario para lograr esos cambios.



Esto sin duda es el inicio de grandes cambios que pueden resultar altamente benéficos para todos. Pero con la participación de cada uno de nosotros tomando responsabilidad de la parte que nos corresponde. Trabajando cada uno de nosotros en la parte interna que tenemos que sanar y reconstruir. Trabajando en ser cuidadosos de lo que generamos y provocamos en los demás y el entorno donde estamos. Pues para desear que haya un cambio verdadero en el mundo tiene que iniciar por cada uno de nosotros en nuestro interior. Es suficiente tarea la que tenemos, pero que sin duda nos llevará a una nueva y mejor etapa para todos en el mundo.

Extracto de "Las cinco heridas que impiden SER uno mismo" - Lise Burbeau