Cambie su Actitud 5/8

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LECCIÓN 5

ABRIENDO SU CUERPO
Cierre la mano en puño. 
Ábrala lentamente hasta extender los dedos al máximo. 
Vuelva a cerrarlos.  
¿Cuándo está así contraído? 
Comience a abrir suavemente, sintiendo cómo se expanden sus dedos.  
¿En qué momentos se siente abierto y amplio?. 
Permita que la mano se relaje.  Notará que queda en una posición intermedia.  
Permita que la armonía se instale en usted. 

¿Siente la diferencia de tonicidad de sus músculos en cada instancia?.  Si está acostado, descansando, su tonicidad será baja, ya que no está realizando ninguna actividad; si se tuviera que levantar rápidamente por una emergencia, su tono cambiaría bruscamente hacia uno alto, a fin de proporcionarle la tensión necesaria.  

La tonicidad cambia en cada actividad y también en cada estado de ánimo (como la respiración, ¿se dio cuenta?).  No es lo mismo caminar cuando está entusiasmado, que cuando está deprimido o cansado.  

Idealmente, el tono debería ser flexible, para permitirle pasar por toda la escala de sentimientos y volver a su tono habitual.  Pero, al igual que la respiración, el equilibrio de su tono general se rompió reiteradamente en su infancia, debido a distintas experiencias, y quedó fijado en uno hipertónico (alto) o hipotónico (bajo). 

Un individuo hipertónico tiene tendencia a hacer con el cuerpo más de lo necesario, a tensarse en cada actitud o movimiento más de lo útil.  

Un hipotónico está con un tono inferior al normal, por lo que propende a arrastrar un cuerpo pesado y pasivo.  

Estos son dos extremos del arco, con gradaciones diferentes para cada persona.
¿Con cuál se identifica más? 

¿Para qué le sirve saber cuál es su tono?. 

Porque, como se habrá dado cuenta, éste expresa su relación con usted, con lo que hace y con el entorno.  ¿Cómo?.


Si es hipertónico, parece estar siempre “en la lucha”, haciendo esfuerzos excesivos para conseguir sus objetivos. 
Si es hipotónico, parece haber abandonado toda posibilidad, esforzándose también para poder moverse hacia una meta
En síntesis, la falta de conciencia y de flexibilidad de la tonicidad produce una difusa  sensación de lucha contra el mundo, de exigencia y disconformidad con usted mismo y los otros y de falta de sostén y contención.

¿Por qué?.  Porque el tono está relacionado con el CONTACTO.

Estar en contacto con un objeto o sujeto es ir hacia él, comunicarse.  Sería parecido a “fundirse”, sin perderse en él.  Seguramente, lo  habrá observado entre un músico y su instrumento o lo habrá sentido cuando está consustanciado con un objeto o una persona a la que ama.
  • En este momento, es probable que esté leyendo sentado en una silla.  En un nivel inconciente, usted sabe que la silla existe y que su cuerpo está tocándola, pero, si está muy concentrado en la lectura o está contracturado, es como si estuviera literalmente sosteniendo su cuerpo en el aire.
  • Al terminar de leer este párrafo, cierre los ojos y haga lo siguiente: tome unas cuantas respiraciones profundas e imagine que toma contacto con la silla, que los límites entre ella y su cuerpo se desdibujan y los dos se comunican.  Se deja sostener por la silla.  Hágalo ahora.  ¿Puede notar la diferencia? 
ESTAR EN CONTACTO CON EL MUNDO ES DEJARSE SOSTENER POR EL.

ESTAR EN CONTACTO CON LA VIDA ES SENTIRSE CONTENIDO POR ELLA.  ES CONFIAR.

¿Cuál es el sostén de su cuerpo?.  EL ESQUELETO.
¿Cuáles son los soportes externos de su cuerpo?.  Todo lo que toca, los lugares o las personas en los que se apoya.
¿Cómo incorporar esto a la vida diaria?.

EJERCICIO

  • Si está parado, descargue el peso a la Tierra (que lo sustenta y nutre), sienta la estructura del esqueleto sosteniéndolo y deje que los músculos caigan por el propio peso de la gravedad hacia abajo.
  • Si está sentado o descansando, perciba los lugares en donde su cuerpo se apoya y suéltese en cada exhalación (nunca olvide la respiración).  SIEMPRE TOME NOTA DE SUS PUNTOS DE APOYO.
  • Si realiza cualquier actividad, sienta que la hace desde sus huesos (no desde los músculos): imagine la acción desde los huesos involucrados y use sólo la fuerza necesaria (no más).  Algunos ejemplos: quizás, tiende a apretar excesivamente el lápiz para escribir o el picaporte de la puerta para abrirla o un cuchillo para cortar la comida.  NO ES NECESARIO TANTA INTENSIDAD.
  • Quizás, al contrario, usted se siente pesado y apenas tiene fuerza para hacer algo.  Igualmente, realizar las cosas desde los huesos aligerará su tonicidad.  Tome nota de su pauta respiratoria, porque probablemente también sea “lenta y pesada”. Ejercite la práctica de la Lección anterior con constancia.
  • Si comparte una actividad con alguien (como empujar un mueble o levantar un peso), pónganse de acuerdo para hacerlo desde estas premisas: empujando el suelo con los pies, el objeto con los brazos, exhalando en el momento del esfuerzo (o respirando concientemente) y usando sólo la intensidad adecuada.

¿PARA QUE HACERLO?: La forma en que hace las cosas es consecuencia de su actitud interna, de lo que piensa y siente acerca de la vida.  Comience por cambiar las maneras y, poco a poco, irá transformando su actitud y dándose cuenta de que lleva esta concepción de esfuerzo excesivo hacia todas las áreas de su vida, privándolo de hacerlas con placer y entusiasmo. Comience a observar y se llevará muchísimas sorpresas

La conciencia de los soportes físicos (el suelo, la silla, la Tierra), ¿lo hace tomar conciencia de que también tiene soportes mentales (sus ideales, su apertura, su capacidad de aprender y crecer), emocionales (su autovaloración, su coraje, su amor), intelectuales (sus estudios, sus conocimientos), laborales (sus experiencias en distintos trabajos), familiares y amistosos,espirituales (sus creencias, su conexión con la Vida y Dios), de todo tipo?.

¿Los tiene en cuenta o cree que está solo, sin recursos, frente a los acontecimientos?. Por sobre todo, ¿toma conciencia de que la Vida, expresada de mil maneras, lo sostiene continuamente?. 

En la próxima Lección, entraremos de lleno en su actitud.  Vaya observando cómo se para, dónde siente tensiones, cómo posiciona la columna, los hombros, la cabeza.

 Ver capítulos anteriores del Taller de Autoestima
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 155 Volumén 2: Cambie su Actitud