¿Estás dispuesto a ir más allá de lo que crees hoy?

¿Estás dispuesto a ir más allá de lo que crees hoy?


Limitación de la capacidad interior

También hay muchas personas que piensan que lo saben todo. El problema de saberlo todo es que así no se crece, y nunca se aprende nada nuevo. ¿Aceptas que hay un Poder y una Inteligencia mayores que tú, o piensas que no y que eres tu cuerpo físico? Si piensas esto último, entonces debes estar lleno de temor debido a tu mente limitada, Si comprendes que hay un Poder en este Universo que es más grande y más sabio, y que formas parte de Él, entonces puedes penetrar en el espacio en donde se encuentra la totalidad de las posibilidades.

¿Cuán a menudo te sumes en las limitaciones de tu actual conciencia? Cada vez que dices «No puedo», te pones delante una señal de «STOP»Cierras la puerta a tu propia sabiduría interior y obstruyes el flujo de energía que es tu forma de saber espiritual. ¿Estás dispuesto a ir más allá de lo que crees hoy? Esta mañana te despertaste con ciertos conceptos e ideas. Tienes la capacidad de ir más allá de ellos para experimentar una realidad muchísimo mayor. Esto se llama aprendizaje, porque introduce algo nuevo, que puede encajar con lo que ya está allí, o ser incluso mejor.

¿Te has fijado que cuando te pones a ordenar un armario desechas algunas ropas y chismes que ya no necesitas? Haces un montón con las cosas que vas a regalar y tiras lo que ya no sirve. Después colocas las cosas con las que te quedas en un orden totalmente diferente. Así te resulta más fácil encontrar lo que buscas y al mismo tiempo dejas sitio para lo nuevo. Si antes de arreglar el armario te hubieras comprado algo nuevo, habrías tenido que meterlo apretadamente entre otras cosas desordenadas. Si despejas y ordenas el armario, haces sitio para colocar lo nuevo.

También es necesario que despejemos y ordenemos nuestra mente, que la limpiemos de contenidos que ya no nos sirven para dejar sitio a las nuevas posibilidades. Donde está Dios todo es posible, y Dios está en cada uno de nosotros. Si continuamos aferrados a nuestras ideas preconcebidas, entonces seguiremos bloqueados. Cuando alguien está enfermo, ¿dices: «Ay, pobrecillo, debe de sufrir mucho»? O miras a esa persona y ves la absoluta verdad de su ser y afirmas la salud del Poder Divino que lleva dentro. ¿Ves la totalidad de las posibilidades y sabes que pueden ocurrir milagros?

Un hombre me dijo una vez, con mucha seguridad, que era absolutamente imposible que un adulto cambiara. Vivía en el desierto y padecía todo tipo de enfermedades. Deseaba vender su propiedad, pero como no quería cambiar su manera de pensar, se mostró muy rígido cuando llegó el momento de negociar con un comprador. La venta tenía que realizarse a su modo. Era evidente que lo pasaría muy mal al intentar vender su propiedad en la medida en que estaba convencido de que no podría cambiar jamás. Lo único que necesitaba hacer era abrir su conciencia a una nueva forma de pensar.

Ensanchar nuestros horizontes

¿Cómo nos impedimos penetrar en la totalidad de las posibilidades? ¿Qué otra cosa nos limita? Todos nuestros temores son limitaciones. Si estás asustado y dices: «No puedo; no resultará», ¿qué sucede? Vuelves a tener experiencias terribles. Los juicios son limitaciones. A ninguno de nosotros nos gusta que nos juzguen; pero, ¿cuán a menudo juzgamos nosotros? Cada vez que te descubras juzgando o haciendo una crítica, por pequeña que sea, recuerda que lo que das lo recibirás de vuelta. Es posible que necesites dejar de limitar tus posibilidades y convertir tu manera de pensar en algo maravilloso.

Hay diferencia entre hacer un juicio y tener una opinión. A muchos se nos pide que emitamos nuestro juicio sobre algo. En realidad lo que damos es nuestra opinión. Una opinión es nuestro parecer respecto a algo, como, por ejemplo: «prefiero no hacer eso» o «Prefiero el color rojo al azul». Decir que alguien obra mal o se equivoca porque viste de azul, es un juicio. Es necesario distinguir entre ambas cosas. La crítica siempre supone un error o una mala acción por parte de ti o de otra persona. Si alguien te pide tu opinión o tu preferencia, no permitas que lo que digas se convierta en una crítica o un juicio sobre otra persona.

De igual manera, cada vez que te abandonas a la culpa te impones una limitación. Si haces daño a alguien, dile que lo lamentas y no vuelvas a hacerle daño nunca más. No vayas ahí arrastrando tu sentimiento de culpa, porque éste es un obstáculo que te impide experimentar cosas buenas y no tiene nada que ver con la realidad de tu verdadero ser.

Cuando no estás dispuesto a perdonar, limitas tu crecimiento. El perdón te permite corregir algo malo en tu yo espiritual, comprender en lugar de sentir resentimiento, tener compasión en lugar de odiar. Considera tus problemas como oportunidades para crecer. Cuando tienes un problema, ¿ves únicamente las restricciones de tu mente limitada? «Ay, pobre de mí. ¿Por qué me ha ocurrido esto?» No siempre es necesario saber cómo van a resolverse las situaciones. Es preciso confiar en el Poder y la Presencia interiores, que son muchísimo más grandes que uno. Es preciso afirmar que todo está bien y que todo se va a solucionar para el mayor bien. Si te abres a las posibilidades cuando tienes problemas, puedes hacer cambios; los cambios se producen de las formas más increíbles, de formas que tal vez no te podrías ni imaginar.

Todos nos hemos encontrado en nuestra vida en situaciones en que decimos: «No sé cómo voy a solucionar esto». Nos parecía que estábamos frente a un muro de piedra, y sin embargo todos estamos aquí ahora y lo hemos solucionado mediante lo que quiera que fuese. Tal vez no entendimos cómo sucedió, pero sucedió. Cuanto más nos comprometemos con la energía cósmica, la Inteligencia Única, la Verdad y el Poder que llevamos en nuestro interior, más rápido se hacen realidad esas maravillosas posibilidades.

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capítulo 125 Volumén 2: Aplicación de la Sabiduría Interior