Haz que Suceda

Haz que Suceda


"¿De qué sirve la inspiración si no va seguida de manera inmediata por la acción?" Alejandro Ariza Z.
Conferenciante y escritor mexicano

Este capítulo esta dedicado a de tu poder personal. ¿A qué llamo poder personal? Pues a la enorme fuerza que radica dentro de ti para emprender la acción. Eso es verdaderamente un poder personal: la habilidad para em­prender la acción.

En la vida no basta con tener sueños, ideales o propósitos; es necesario cristalizar ese sueño, vivir el ideal, conquistar la cima, hacer visible lo invisible.
Y para ello es necesario" actuar", haciendo que las cosas sucedan. Desde hace mucho tiempo he escuchado la frase: "Conocimiento es poder" yeso es ¡falso! El conocimiento es potencialmente poder, ya que el verdadero poder es cuando "actuamos" en consecuencia a ese conocimiento, antes no. Actuar para hacer que las cosas sucedan es donde radica el verdadero poder personal.

Te invito a que abras mente y corazón para que el ver­dadero poder surja de tu interior: la pasión por actuar de inmediato. No esperes ni un minuto más para hacer aquello que realmente quieres realizar. ¡Hazlo ahora! De hecho, si quieres hacer algo que te lleve a donde quieres ir, incluso puedes dejar de leer este momento para crecer y "haz que suce­da" ahora mismo lo que quieres hacer que acontezca hoy.
Mira, permíteme confesarte que en mi vida he teni­do momentos muy valiosos, momentos llenos de éxito y triun­fo personal, verdaderamente mágicos y repletos de emo­ción por existir. ¿Quieres saber qué los caracterizó? Pues que hice que las cosas sucedieran mediante la acción con­creta e inmediata. Mira, tú eliges: inspiración o desespera­ción. Sea cual sea la causa que te lleva a actuar, es buena. En mi caso personal, muchas veces he notado que llego a emprender la acción de inmediato por inspiración y otras veces por desesperación. Es cuando una voz interior me lle­ga a gritar a manera de alarido: ¡Ya basta! ¡Ya no puedes seguir así! Y de inmediato encuentro una fuerza propulsora en mi interior que me lanza a la acción. Esa fuerza es la misma que radica en tu interior y la puedes hacer surgir en cuanto quieras.

Voy a explicar paso a paso lo que debe uno pensar y hacer para emprender algo. Primero: busca qué es lo que quieres. Pero búscalo con tal pasión que logres encontrado rápido. La pasión, ese deseo ardiente o ferviente por algo o alguien, es lo que nos hace emprender la búsqueda de inmediato. Necesitas saber qué quieres para actuar en consecuencia. Por favor, observa dentro de ti para ver lo que realmente quieres. Los ejemplos son muy variados, por nombrarte algunos:

* Una novia, una amiga o amigo extraordinario con quien generes los mejores recuerdos de tu futuro. (¿Qué tal el planteamiento, eeeh?).

* Mejorar tu cuerpo y hacerlo una constante y diaria inspiración para vivir emocionado por tenerlo conti­go. Planear esos nuevos hábitos alimenticios y esa poderosa disciplina de ejercicio físico.
* Hacer esa llamada telefónica para decir: "Te quiero mucho...".

* Leer ese buen libro que tanto tiene ahí guardado en tu buró.

* Meditar y hallar más paz espiritual y emocional como nunca antes la has experimentado.

* Ganar más dinero que el año pasado. Tener una li­quidez financiera que te permita sacarle más jugo a la vida del que hasta hoy has saboreado.

* Estudiar esa carrera o ese diplomado o ese seminario al que tanto has querido asistir y que, por una u otra razón, has venido aplazando.

* Empezar ese diario o ese libro que desde hace tanto tiempo has querido escribir y no te das el tiempo.

* Convivir con esa persona que tanto quieres y que desde hace tiempo no ves y que en realidad extrañas.

* Obtener esos documentos oficiales que desde hace tiempo vienes aplazando el momento para ir por ellos: tu pasaporte, tu licencia, tu credencial de elector, tu tarjeta de crédito, tu título profesional, tu cédula, tu visa, etc.

En fin, como ves, los ejemplos son muchos y de seguro te identificaste con alguno. Bien, pues ése es el primer gran paso. El segundo, donde radica tu poder personal, es: ¡Actúa! y ¡haz que suceda! Mira, de una vez por todas desengáñate: nada va a pasar, absolutamente nada, si no decides actuar ahora. Ahí radica tu poder personal.
"No hay que esperar que el barco venga por uno. Lo único que hay que hacer es tomar un bote y remar hacia él."
Thomas Burke
Escritor Inglés.


Quiero confesarte una gran y poderosísima verdad que generará un fortísimo momento para crecer en tu vida: "Para emprender la acción inmediatamente, no hay que pensar demasiado las cosas". He observado que la gente que piensa demasiado las cosas, que valora pros y contras durante mucho tiempo, que duda y pondera si lo que va a hacer es adecuado o no, es la que menos emprende y experimenta la desgastante emoción de la frustración al no ver sus sueños cristalizados y para colmo ¡no se explica el porqué!
Te pondré un ejemplo que me gusta mucho, ya que lo he analizado incluso en mi propia vida: Cuando invitas a alguien al gimnasio y ese alguien dice: "no, gracias", pues le podemos preguntar ¿Por qué no quieres ir? Es muy interesante saber que muy posiblemente su respuesta es "no" porque al pensar en "todo" lo que tiene que hacer para llegar al gimnasio a hacer ejercicio es demasiado y le resulta apabullante y una verdadera pérdida de tiempo el que pasa para llegar hasta allá. Es quien piensa así: Tengo que levan­tarme más temprano, cambiarme y ponerme los pants espe­ciales para hacer ejercicio, buscar las calcetas ideales para que no resbalen dentro del tenis mientras corro, apretarme muy bien las agujetas de los tenis, hacer la maleta con el cambio de mi ropa para cuando termine, sacar el coche y manejar hasta el gimnasio, pasar por varias calles que tiene el semáforo en rojo cuando llego, ir a pedir la llave de mi locker para guardar mi maleta y algunas otras cosas, cuidar muy bien esa llave mientras corro para que no se me vaya a perder y surja un desastre, pedir toallas para el asfixiante sudor que emana de cada poro de mi piel, luego enfriarme y meterme a bañar, después todo el camino de regreso, y en fin, mejor no voy y me evito todo esto.

Sin embargo, si a esa persona le preguntáramos: ¿Quieres ir a la playa? Pues bien podría responder: "Sí, claro". ¿Por qué crees que responde afirmativamente tan rápido? Pues porque no piensa demasiado en todo lo que hay que hacer para llegar ahí. Lo que pasa en la mente de alguien así es algo como lo siguiente: "Pues me levanto tempranito, arreglo mis cosas, me voy y llego de inmediato. ¡Eso es todo! ¡Manos a la obra!". ¿Ya viste por qué emprendió la acción de inmediato? Pues porque jamás pienso en algo así: tengo que levantarme más temprano, ponerme mi ropa de viaje, hacer la maleta, meter el traje de baño y buscar el bronceador, car­garla hasta el coche, sacar el auto del garaje, cerrar la puerta, manejar varias horas en la carretera, llegar al hotel, registrarme, subir al cuarto, abrir la maleta, cambiarme, cuidar la llave de mi cuarto, tener que broncearme, ir por toallas, buscar un camastro, cerrar mis ojos, etc., etc., etc. ¿Viste cómo fun­ciona la mente humana? Cuando divides en miles de acti­vidades lo que hay que hacer para conquistar un sueño, las ves tan numerosas que no emprendes la acción, pero cuando "no piensas (divides) demasiado las cosas" simplemente lo haces y ya. Cuando emprendes la acción (acuérdate de alguna vez que lo hayas hecho), ¿qué se siente? ¿Verdad que se siente muuuuuy bien? Es cuando experimentas que tu autoestima se va al cielo, es cuando crece enormemente la confianza en ti mismo al "saberte capaz de hacer" las cosas. Pon atención en esto: No importa tanto si la acción que empren­des es buena o mala, lo que importa es que emprendas la acción.

¡Haz que suceda ahora! Toma el teléfono ahora mismo y habla con esa persona que tanto quieres, ¡ahora! Empieza a ordenar tu cuarto, sus cajones y su closet ¡ahora mismo! No pienses en toooodo lo que tendrías que hacer, simplemente haz lo y ya. Pide perdón a ese amigo o amiga que tanto quieres y que vienes aplazando el verla o verlo. Ve al banco para solicitar información de esa cuenta que tanto has deseado abrir. Compra eso que tanto has querido en los últimos meses, pero ¡hazlo ya!

"No siempre la acción tiene felicidad

pero no hay felicidad sin acción."
Benjamin Disraeli

Político inglés

He visto que algo que limita emprender la acción, algo que disminuye nuestro poder personal, es "el miedo". Miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a la burla, miedo a la pobreza. Definitivamente, la única manera de superar el miedo es afrontándolo cara a cara. ¡Hoy es el momento para hacerlo! Mira, cree en algo firmemente: ¡No existe el fracaso! Sólo existen resultados. Si en tu mente existiera la absoluta certeza de que nunca fracasaras, ¿qué serías capaz de hacer? Imagina por un momento la respuesta.

Eso es lo que quiero que hagas. ¡Confía en tu poder per­sonal!, o sería lo mismo decirte: ¡Actúa! Verás como te trans­formas de inmediato. Créeme. Ahora bien, sé que muchas personas no han de estar de acuerdo conmigo cuando digo: no importa tanto lo bueno o malo de la acción que emprendas. Sin embargo, pasaré al tercer paso de tu poder personal y me explicaré mejor. Hemos visto que tu poder personal radica primero en saber qué quieres, luego emprender la acción, y el tercer paso es: Analiza si el resultado que obtienes es real­mente lo que estabas buscando. De ser así, ¡felicidades! Estás haciendo visible lo invisible a través de tu poder personal. Si no es así, pues ¡cambia! Haz cosas diferentes para obtener otros resultados.

Varias personas en mi consulta me preguntan lo siguiente: "Y si no me funciona lo que hago, ¿qué debo hacer?". "Pues otra cosa" -respondo-o Algunos me vuelven a pre­guntar: "Y si me vuelve a fallar, ¿qué hago?". "Pues otra cosa" -vuelvo a responder-o En fin, el mensaje es muy claro, el ter­cer parámetro para disparar nuestro poder personal podría lla­marlo: flexibilidad. Siempre se puede cambiar. Siempre se puede empezar de nuevo. ¡Siempre!

No importa tu edad, tu condición social o tu nivel económico. ¡Siempre hay una ma­nera, si estás verdaderamente comprometido con lograr un resultado! ¡Siempre hay una manera! Lo que necesitas es actuar para empezar a ver resultados y éstos son los que te aportarán la valiosísima información de tu progreso. Sin acción nunca habrá resultados. Los resultados sí son los que pueden ser buenos o malos, es cuando se nos abre la posibilidad de cam­biar, de crecer, de seguir emocionados por existir. Como ves, las acciones nunca son malas o buenas, los resultados son los que pueden serlo o no. Con base en ellos es que necesitamos ser flexibles y cambiar la acción. Los resultados nos aportan información privilegiada para nuestro crecimiento. Ponte aler­ta de tus resultados y ¡haz que suceda lo mejor para ti y para los demás! Tú tienes la fuerza.

Te garantizo que el éxito deja pistas. Todo lo que has hecho en tu vida, en donde has saboreado las mieles del éxito, son anécdotas repletas de información muy poderosa para volverlo a vivir. Hoy mismo, inmediatamente después de leer este artículo, haz esa llamada telefónica que tanto quieres, ve a ver a esa persona que tanto anhelas, compra eso que tanto te gusta, asiste al gimnasio que tanto te reclama tu conciencia, limpia ese lugar que tanto te molesta ver sucio, arregla tu habitación, lee ese libro, etc. ¡Haz que suceda! ¡Ahora mismo!
"En el día final, no te preguntarán que Tanto sabias, sino que hiciste."


Jean de Gerson
Teólogo Inglés

Mucha gente quiere cambiar, pero ¡no hace nada para ello!, y lo peor es que ¡aun así quieren cambiar! Permíteme decirte algo: me emociona saber que si has llegado hasta esta altura de tu lectura, estás muy por arriba de los demás. El sim­ple gran hecho de leer éste capítulo, te posiciona en un nivel muy superior al de la media de las personas.

Definitivamente no cualquiera lee, y tú ya lo has hecho. ¡Esa acción es poder! Emprender la acción con tal pasión, te lo garantizo efusiva­mente, te lo afirmo con todo mi fuerza algo que te haga experimentar la formidable sensación de la verdadera... ¡Emoción por existir!

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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 82 Volumén 2