Misión de Jesús en la tierra parte II, en "Las Leyes Espirituales"

Misión de Jesús en la tierra parte II, en "Las Leyes Espirituales"



Entonces, si un espíritu elevado que encarna en un mundo poco avanzado sólo ha venido para enseñar y no para aprender, no evolucionará mucho en una vida en un mundo inferior. 
Al contrario, ya que vienen para enseñar y para aprender, porque de todas las pruebas de la vida se aprende. Ésta les sirve para evolucionar muy rápidamente, más que en un mundo de su mismo nivel, porque se pone a prueba su capacidad de amor y comprensión en cada momento. Además permite que afloren defectos muy escondidos que no se pondrían de manifiesto sino en circunstancias muy extremas, que nunca se darían en un ambiente más amoroso. De esta forma tienen la oportunidad de intentar mejorarlos y de avanzar así en el proceso de eliminación del egoísmo. 


Volvamos a Jesús. El trabajo ¿lo hizo sólo, no tuvo ninguna ayuda? 

Cuando alguien trabaja movido por el amor se hace digno de recibir la influencia de entidades espirituales todavía más evolucionadas. En el caso de Jesús, la del Logos o Cristo Planetario, entre otras. 


¿Y quién es el tal Cristo Planetario? 

La entidad espiritual máxima responsable de la evolución de vuestro planeta. 


¿Entonces las tres personas de la Santísima Trinidad son Dios, Cristo y Jesús? 

Pues no lo sé, porque no creo ni que los mismos que lo inventaron sepan qué significa ese galimatías. Pero sí os diré que Dios es único y que Cristo y Jesús son entidades diferentes y separadas de Dios. Por lo tanto, ni son Dios, ni manifestaciones de Dios, aunque los podéis considerar representantes de Dios o enviados de Dios, ya que se armonizan con la voluntad de Dios. Es decir, son seguidores de la ley del amor y están voluntariamente integrados en su plan de evolución. 


¿Y cómo actuó Cristo a través de Jesús? 

A partir de cierto momento, en los últimos años de su vida, Jesús actuó inspirado y fortalecido por el Cristo Planetario. Y realmente lo necesitaba para llevar acabo la misión que desempeñó. 


¿Pero entonces quién era el que hablaba, Jesús o Cristo? 

Digamos que actuaban en simbiosis. Hablaba Jesús con la inspiración del Cristo. Jesús jamás perdió su conciencia e individualidad, ni su libre albedrío. 


¿Volverá Jesús a encarnar en la Tierra? 

El Cristo se manifestará siempre que sea necesario, y lo hará a través de la encarnación de un espíritu en fase humana de evolución. Ya lo hizo antes de Jesús y lo volverá a hacer después, si la evolución espiritual del planeta así lo requiere. No es más importante que sea Jesús u otro ser de evolución semejante. Lo que ya os adelanto es que cuando encarne un nuevo Mesías, Profeta, Avatar, o como le queráis llamar, no lo hará vestido de Nazareno, con una corona de espinas, la cruz a rastras y las manos ensangrentadas con las heridas de los clavos, como los cristianos esperan. Será una persona aparentemente normal, pero con una capacidad de amar y una sabiduría espiritual fuera de lo común, pero sólo perceptible para aquellos que sintonicen con el mensaje de amor al prójimo y evolución espiritual que traerá. Y en caso de que encarnara en la actualidad, los primeros que se opondrían a él y harían lo imposible para que su mensaje no tuviera calado serían los grandes jerarcas de las Iglesias que supuestamente le han erigido en su estandarte, porque si su mensaje llega a penetrar en los corazones de los humanos de este planeta, tienen los días contados como aristócratas religiosos, y pasarán a ser personas normales y corrientes. 


Al principio de hablar sobre Jesús has dicho que había muchos añadidos a su mensaje original que incluso distorsionaban el mensaje que él había querido dar. ¿Cómo podemos distinguir el mensaje original de los añadidos posteriores? 

Sencillamente, todas aquellas creencias que están en contra de las leyes espirituales no pueden venir del mensaje de Jesús, el cual conocía estas leyes e intentó transmitirlas a los que quisieron escucharle. 


¿Podrías enunciar algunas máximas del auténtico mensaje de Jesús? 

Sí, claro. 

1. Todos los seres humanos, sin importar la raza, el sexo o la religión, son de la misma naturaleza, es decir, espíritus en proceso de evolución y, por tanto, hermanos. Este mensaje fundamental está recogido en las máximas: 


“Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la hacen.” (Lucas 8, 21) 

Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.” (Mateo 12, 50) 

De esto se desprende que nadie está excluido del proceso de evolución espiritual. Por mucho daño que pudiera hacer, jamás se le va a abandonar, ni se le condenará para siempre. Siempre va a tener oportunidades de rectificar y llegar a alcanzar la felicidad verdadera. Y esto se pone de manifiesto en el siguiente texto: 


Si algún hombre tiene cien ovejas y se extravía una, ¿acaso no dejará las noventa y nueve en las montañas e irá a buscar la descarriada? Y si sucede que la encuentra, de cierto os digo que se goza más por aquélla que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Así que, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda ni uno de estos pequeños.” (Mateo 18, 12-14) 


2. La vida del espíritu es eterna. La muerte no existe. 

No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma” (Mateo 10, 28) 
“Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo”. (Juan 3, 13) 


Del significado de esta segunda frase ya hablamos anteriormente. Significa que todo ser que encarnó materialmente a través del nacimiento venía del mundo espiritual (cielo), y vuelve a él tras la muerte de cuerpo. 

3. La misión de los humanos en la Tierra es la de aprender a amar incondicionalmente y a desprenderse del egoísmo. La evolución espiritual se mide exclusivamente en la capacidad de amar, y esto es lo que nos hace evolucionar, es decir, acercarnos a Dios. 

“Habéis oído que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.” (Mateo 5, 43 – 48) 

“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado.” (Juan 15, 12) 


4. La evolución espiritual depende del trabajo de uno mismo. 
El destino del hombre después de la muerte depende exclusivamente de las acciones a favor o en contra de la ley del amor que haya realizado en vida. 


“Más el que practica la verdad viene a la luz.” (Juan 3, 21) 
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra habrá sido atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra habrá sido desatado en el cielo.” (Mateo 18, 18) 


5. Cada uno tiene su propia conexión con Dios de manera que no ha de depender de intermediarios en su contacto con el mundo espiritual. 


“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas”. (Marcos 11, 24-25) 

“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.” (Juan 5, 14)

“Por eso os digo: pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, 
porque todo aquel que pide, recibe y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11, 9-13) 


6. La evolución espiritual no termina en una sola vida física, sino que es necesario encarnar numerosas veces para alcanzar la espiritualidad superior. 


“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. (...)Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo.” (Juan 3, 3-13) 


7. La ley de la Justicia Espiritual o ley de causa-efecto. Se cosecha lo que se siembra. 

“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá”. (Mateo 7:1-2) 

“Así que, todo lo que queráis que los hombres hagan por vosotros, así también haced por ellos.” (Mateo 7, 12) 


8. Aparte de este, existen otros mundos habitados que tienen el mismo fin que este, es decir, servir de escuela para la evolución espiritual. 


“Hay muchas moradas en la casa de mi Padre. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho.” (Juan 14, 2)



Continuará...  





Título: Las Leyes Espirituales   
Autor: Vicent Guillem 

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